Permítanme,
aunque no suele ser lo habitual, que hoy comience con noticias del exterior y
deje las nacionales para el final, pero es que dos de ellas tienen tamaña
repercusión internacional que, desde mi punto de vista, merecen de sobra esta
distinción. No se trata de que ni Rusia, ni Pakistán, hayan decidido determinadas
acciones que preocupen al mundo, en el primer caso, o lo horroricen, en el
segundo, por sus objetivos amenazantes al resto del mundo. Se trata, en el caso
de Rusia, de una crisis económica de tal magnitud, que obviamente, preocupa a
este mundo globalizado; y, en el caso de Pakistán, de un ataque terrorista
sufrido, que, por su magnitud, causa horror a raudales más allá de los límites
hasta ahora soportados en la Comunidad Internacional.
En efecto, la crisis del rublo, que ha
perdido ya la mitad de su valor en el año, así como el desplome del petróleo y
las sanciones por la actuación de Putin en la crisis de Ucrania, amenazan no
sólo al Presidente de Rusia y a los rusos, que ya sufren la situación, sino a
todos los mercados del mundo, conformando una nueva amenaza para las Bolsas.
Lamentablemente, la economía rusa se hunde y las consecuencias inmediatas son
significativas. El Banco Central sube los tipos de interés en un día 6´5
puntos, situándolo en el 17%; el euro se revaloriza frente al rublo un 87%, cambiándose
a 85 rublos por euro; en 2014 cae la Bolsa de Moscú un 56% a causa de la fuga
de inversores; se prevé una caída del PIB para el año próximo del 4´5% si no
sube el petróleo…. Y todo ello ya se hace notar con la imagen de colas en las
tiendas como cuando cayó el comunismo. Un panorama desolador sin duda, cuyos
efectos, no tardarán en aparecer, si ya no lo están haciendo, en el resto de
las economías, pues no en vano, Rusia es toda una potencia económica mundial. ... (sigue leyendo en
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