Descartada por parte de
Sánchez desde el minuto uno tras el 20-D la única fórmula de gobernabilidad
para España, la de la gran coalición PP-PSOE, propuesta desde el minuto uno por
Rajoy (por cierto, única fórmula matemática parlamentaria sólida y deseable
capaz de afrontar los retos que España tiene planteados), descartada pues dicha
fórmula porque Sánchez no quiere ni hablar con el PP, el más votado en las
elecciones, la gobernabilidad de España se ha convertido en una misión
imposible tal como demuestra el encuentro de ayer entre Pedro y Pablo, después
de que el intento de investidura de Sánchez con el apoyo de Rivera fuera
rechazado estrepitosamente por el Congreso de los Diputados. En efecto, el
líder socialista pide fe en una misión imposible, salvo que reconozcamos que
los líderes políticos mienten adrede descaradamente al pueblo, considerándolo
idiota, o que los idiotas de remate son ellos mismos. Misión imposible la de
Sánchez que pretende ahora sumar a su fracasado e insuficiente proyecto con
Rivera el apoyo de Iglesias, cuando tanto Rivera como Iglesias se han declarado
incompatibles por activa y pasiva. Pero Sánchez, erre que erre, pretende
gobernar con Podemos y Ciudadanos a toda costa, con lo que, por más que intente
vender lo contrario, la cita con Iglesias concluye sin progreso alguno, por más
que representantes de los tres partidos decidan hablar en los próximos días,
cuando el mismísimo Rivera dice que prefiere volver a las urnas antes de que
Iglesias, es decir, Podemos, llegue al poder, y el líder podemita manifiesta
que con Rivera, es decir, Ciudadanos, en el gobierno ni a la vuelta de la
esquina. Un jarro de agua fría de Rivera, que a pesar del pacto con Sánchez no
le acompaña a la reunión con Iglesias cuando se dijo que negociarían juntos, al
optimismo congénito de Sánchez, que se ve desbordado ante la “renuncia” de
Iglesias a ser Vicepresidente en su hipotético gobierno, ofertando que lo sea
en vez de él Bescansa, Errejón o Echenique, esquivando así el veto del PSOE con
el órdago de que sin él se decida Sánchez a romper con Rivera y materializar el
tan renombrado gobierno de izquierdas con el concurso por activa o pasiva de
PSOE, Podemos, Compromís, Mareas, PNV, IU, CC e independentistas… lo que ya se
conoce como el gobierno de la “sopa de letras”. No sé si Sánchez aprovecha la
debilidad de Iglesias para activar el pacto, sé que, salvo que estén mintiendo
(como ya se hizo en Cataluña entre Junts pel Sí y la CUP), el pacto de gobernabilidad
sigue desactivado. ¿Alguien piensa en su sano juicio que... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)