Los vetos de Reino
Unido, Francia y Bélgica, a los que de alguna manera se suma Alemania (ya son
ocho países los que vetan el turismo a España) hunden definitivamente el sector
turístico en nuestro país, cuando es uno de los principales pilares de nuestra
Economía, y a Simón (la imagen por excelencia del Gobierno en asuntos
sanitarios) sólo se le ocurre decir que “nos favorece que no vengan los británicos”,
aunque puntualiza que es desde un punto de vista sanitario, pues, según él,
“que exijan una cuarentena….es un riesgo que nos quita”; en definitiva, una
absurda obviedad ya que, obviamente, si todos nos quedamos encerrados en casa
los contagios se reducirían a la mínima expresión, pero, obviamente esa no
puede ser jamás la solución. Los turistas británicos, como el resto de
ciudadanos de otros países, son vitales para el desarrollo económico de un país
turístico por excelencia como es el nuestro y la principal obligación de sus
gobernantes es buscar por todos los medio posibles hacerlo más atractivo
todavía para que cada vez sean más numerosos los visitantes, tanto extranjeros
como nacionales. Pero se ve que los actuales gobernantes no están muy por la
labor, pues a la absurda obviedad de Simón, se suma la de la ministra de Asuntos
Exteriores que, ante la grave situación económica, manifiesta que “España tiene
la situación controlada”, mientras cargos del ministerio lamentan que Laya se
haya dedicado sólo a la agenda climática y muchos ya sostienen que “la ministra
de Exteriores desprecia la diplomacia”. La trágica realidad es que el alza de
casos de rebrotes infecciosos en España es un hecho (la incidencia del virus es
la quinta más elevada de los países europeos) y genera alarma en Europa, y que,
mientras el Gobierno, tras el veto británico al turismo, negociaba con Londres
excepciones para Baleares y Canarias (las demás CCAA que se busquen la vida
como puedan), la respuesta de Reino Unido es contundente y en vez de suavizar
las restricciones con las islas españolas endurece más su veto pidiendo
taxativamente no viajar a las mismas, mientras Sánchez critica la decisión
británica por “desajustada” y dice que seguirá negociando, en tanto que Sanidad
baraja restringir vuelos con los países más afectados para evitar casos
importados y el sector turístico, ante el varapalo a su tímida recuperación,
teme la ya evidente sangría de viajeros y habla de “ruina”, temiendo un efecto
imitación del veto inglés por coronavirus tras la cancelación de los
turoperadores británicos. En definitiva, Sánchez evita tomar el control pese a
la alarma en Europa y deja en manos de las CCAA la gestión de los rebrotes,
mientras Exteriores fracasa en las negociaciones con Reino Unido; el Gobierno
descarta una “segunda oleada” y defiende que los contagios, cada vez más
numerosos, están controlados y el PP le reclama un “mando único sanitario” ante
esta tendencia de incremento de rebrotes que ya superan en nuestro país los mil
casos diarios por primera vez desde mayo (el número de diagnosticados llega a
1.153, la mayoría en Aragón, Cataluña y Madrid), cuando los hospitales
aragoneses ya comienzan a sufrir la presión de este incremento y Madrid se
moviliza tras un alza en los casos del 413% en una semana, imponiendo Ayuso el
uso de mascarillas, límites al ocio nocturno y una especie de pasaporte serológico
que rechaza la OMS, reabriendo, por si acaso, dos pabellones de Ifema, ante el
“cambio de tendencia en los contagios”. Y ante este ninguneo a....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 30 de julio de 2020
domingo, 26 de julio de 2020
ESPAÑA, EL PATITO FEO
Tras ser uno de los
destinos vacacionales preferidos a nivel mundial, esta España del desmadre
político, económico e institucional corre el riesgo de convertirse en el patito
feo de Europa, que se moviliza ante el temor a una segunda ola de coronavirus y
señala a España ante la manifiesta oleada de rebrotes y, sobre todo, por la
pésima imagen de descoordinación que estamos dando para atajarlo con cierta
coherencia, eficacia y credibilidad. Y es que en esta España de las CCAA cada
vez con más tendencias centrífugas, que amenazan directamente al Estado de
Derecho, y con el gobierno central más débil, pintoresco y problemático de toda
su historia democrática, enfrentado internamente incluso en asuntos básicos de
Estado, se hace cada vez más difícil confiar en la búsqueda de soluciones a los
problemas planteados, que no son pocos, mientras la ruina económica avanza a
pasos agigantados y el futuro se presenta cada vez más negro. Así las cosas,
Bélgica prohíbe viajar a Lérida y Huesca, Francia recomienda no viajar a
Cataluña, y Reino Unido se suma a la iniciativa de Noruega e impone de nuevo
una cuarentena de dos semanas a las personas que lleguen desde España a dichos
países, matando así cualquier esperanza de recuperación del turismo (uno de los
sectores vitales para nuestra Economía), justo cuando, con tremendas
dificultades y sacrificios, el sector intentaba levantar cabeza tras el
desastre sufrido por el confinamiento. España, por desgracia, ya es otra vez el
país de Europa con la epidemia más descontrolada, pues la incidencia se ha
triplicado en sólo dos semanas y registra ya casi un millar de nuevos contagios
en días consecutivos, sin que se vislumbre cualquier atisbo de solución a la
expansión de la pandemia. Entretanto, seis autonomías restringen la actividad
del ocio nocturno (la Generalitat cierra las discotecas y Madrid valora aplicar
más restricciones) ante el fuerte repunte de contagios, señalándolo como el
origen de los grandes focos, como el que ha llevado a volver a la fase 1 a
Totana en Murcia, mientras el Ministerio de Sanidad, que ha pasado de tener
todo el poder durante el estado de alarma a ser un monigote en la “nueva
normalidad” (yo la denominaría “vieja anormalidad”), reconoce una segunda
oleada tras dispararse los rebrotes, especialmente en Aragón y Cataluña, que
espera “días críticos”, cuando no hay ni rastro de los rastreadores (los focos
de los rebrotes sólo tienen un 10% de los rastreadores necesarios y cada vez
son más los infectados que relatan que nadie les contactó tras conocerse su
infección). Y mientras se espera como agua de mayo una vacuna, cuyos
fabricantes piden inmunidad en caso de que fallen, los presidentes autonómicos
califican de “desastre” la gestión sanitaria de Torra (Cataluña no comunica el
90% de las hospitalizaciones por coronavirus) y piden al Gobierno inoperante un
“criterio de país” ante los rebrotes, lo que, obviamente, para los radicales y
secesionistas que apoyaron la investidura de Sánchez suena a maldición
centralista, incluso para la parte gubernamental podemita que no está por la
labor de tocar ni un ápice las competencias transferidas a las CCAA, incluidas
las que, diseñadas constitucionalmente como competencias del Estado, fueron
transferidas irresponsablemente por gobiernos anteriores (tanto del PP como del
PSOE) a cambio del apoyo en Madrid de los nacionalistas (hoy independentistas),
haciendo imposible la viabilidad futura de este Estado de las Autonomías en que
se cuestiona ya casi todo, incluido el modelo de Jefatura de Estado, no ya sólo
por partidos secesionistas o antisistema ajenos a la gobernabilidad, sino
también por los populistas que cogobiernan con Sánchez, cuando entre todos
ellos...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 23 de julio de 2020
MENOS AYUDAS Y MÁS AJUSTES
Con menos ayudas y más
ajustes de los previstos en la propuesta inicial se cierra en la UE un acuerdo
histórico tras varias jornadas maratonianas en que los gobernantes de los
diferentes países-miembros, partiendo de posturas muy enfrentadas, han sido
capaces de hacer las pertinentes renuncias hasta llegar a un consenso
satisfactorio. La UE no se podía permitir el lujo de fracasar en la puesta en
marcha del prometido fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros tras
los destrozos de la pandemia del coronavirus, y, al final, lo ha conseguido,
por lo que todos los pueblos europeos y sus gobiernos pueden sentirse
satisfechos a pesar de que, como es lógico en cualquier negociación, ninguno de
ellos se haya visto complacido totalmente en sus iniciales pretensiones por lo
que ahora les toca vender el producto de la mejor forma posible en sus respectivos
países, pues obviamente afectan a las promesas programáticas hechas a sus
ciudadanos y especialmente a sus votantes. En efecto, aunque se mantiene la cuantía
del fondo en los 750.000 millones iniciales, se varía sustancialmente el
equilibrio entre lo destinado a subvenciones a fondo perdido y lo destinado a
préstamos a devolver, pues, si la propuesta inicial del Consejo era de 500.000
millones para transferencias directas o ayudas a fondo perdido y 250.000 para
préstamos blandos reembolsables, al final, queda en 390.000 para ayudas y
360.000 para créditos (es decir, 160.000 millones menos para ayudas y 110.000
millones más para préstamos). Si además aumenta las compensaciones al norte y
refuerza la condicionalidad para asegurar reformas de calado, es evidente que
el acuerdo se cierra con menos ayudas y más ajustes de los previstos en el
inicio. En todo caso el acuerdo supone el mayor paquete financiero en la historia
de la UE, que da el mayor paso de integración desde la creación del euro y los
27 se endeudarán de forma masiva por primera vez en su historia ya que Bruselas
pacta por vez primera emitir deuda europea de forma conjunta, a diferencia de
lo que hizo en la crisis del euro anterior, con lo que la Unión entra, sin
lugar a dudas, en una nueva era. España, el segundo país más beneficiado
después de Italia (ambos son los más castigados por la pandemia y los que
sufren una mayor crisis histórica), recibirá del Fondo Europeo durante los
próximos tres años un montante total de 140.000 millones de euros, de los
cuales la mitad serán subsidios o ayudas, que no computarán contablemente como
aumento de deuda y son a fondo perdido, y la otra mitad serán préstamos blandos
a devolver. Para acceder a dichas cuantías, España, al igual que el resto de
países, tendrá que presentar un plan de reformas, obviamente en la línea de las
preferencias de la UE, lo que, entre otras cuestiones, obstaculiza la anunciada
derogación de la reforma laboral de Rajoy (del gusto de Bruselas) y otros
asuntos como las pensiones, amén de otros gastos eludibles, que en nuestro país
no son pocos (baste reseñar, por ejemplo, que en Holanda, el país más reticente
en conceder estas ayudas y el más insistente en que sean controladas, su
gobierno tiene la mitad de ministros de los que tiene España), pues los países
europeos, según el acuerdo alcanzado, podrán controlar el gasto, herramienta
que, en principio, choca con la tendencia del Gobierno español de gastar y
gastar a “troche y moche” a instancias de Podemos para satisfacer ante su
electorado sus demagógicas propuestas populistas. La primera prueba de fuego será...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 20 de julio de 2020
RESPETO Y UNIDAD
En la ceremonia civil de
Estado para homenajear a las víctimas del coronavirus el Rey Felipe instaba a
superar la crisis con entendimiento, “tenemos un deber cívico” decía, invocaba
“el espíritu de superación del pueblo español”, recordaba la “obligación moral”
de honrar a los fallecidos y pedía “respeto y unidad”……valores todos ellos de
trascendental importancia para nuestra convivencia pacífica, pero que hoy,
lamentablemente, se pisotean con bastante frecuencia y cinismo cuando conviene
a unos u otros. No obstante, un emotivo homenaje a las víctimas en el Palacio
Real que exhibía el valor de la unidad reuniendo a autoridades, fuerzas
políticas y sociedad civil, en el que la enfermera Aroa López recordaba “hemos
trabajado al límite de nuestras fuerzas”, pero en el que, lamentablemente por
unas razones políticas u otras, se ausentaban Vox, ERC, Bildu y BNG, con lo que
eso de la unidad en realidad brillaba por su ausencia incluso en un acto de
homenaje a las víctimas de un virus que, lamentablemente, sigue golpeando de
nuevo……¡imaginen la ausencia de unidad en otros actos de naturaleza más imputable
políticamente a unos u otros!, que es lo que cotidianamente venimos respirando
y lo que pone en evidencia la desunión política en España. Desencuentros
políticos, la mayoría de las veces absurdos, que generan un ambiente
preocupante para afrontar con éxito los serios retos que nuestro país tiene
planteados, empezando por la superación de esta pandemia infame que día a día
nos sigue amenazando, pues el aumento de casos dispara el temor a un brote
generalizado mientras España tiene menos de la mitad de rastreadores de los que
precisa (según se publica, hay 3.500 y serían necesarios al menos 8.500),
cuando la falta de estos profesionales complica la evolución y el control de la
pandemia. En plena subida de rebrotes, que nos llevan a las mayores cifras
diarias de contagios desde mayo, el Gobierno de Aragón ya pide no salir de
Zaragoza, la Generalitat de Catalunya recomienda no salir de casa a los cuatro
millones de personas que habitan el área de Barcelona y las mascarillas se
imponen finalmente como obligatorias en casi todas las CCAA, mientras, al
parecer, los datos diarios de Sanidad sólo reflejan una cuarta parte de los
contagios reales, ocultando Simón que estamos en transmisión comunitaria desde
el 20 de junio, para finalmente reconocer que “en Cataluña hay una transmisión
comunitaria nada desdeñable” en tanto que se dispara el temor a un brote
generalizado y descontrolado, que podría llevar a Francia a cerrar las
fronteras. En definitiva, con este desmadre de control de la pandemia en los
diferentes territorios españoles, se inicia una semana clave para frenar los
rebrotes y evitar la transmisión comunitaria, cuando, al parecer, los contagios
entre jóvenes evidencian el riesgo del ocio nocturno, llevándose la palma los
rebrotes de discoteca y botellón. Y para atajarlo se va poniendo de moda esta
especie de régimen de confinamiento “voluntario”, ya establecido en Barcelona y
ampliado a otras tres localidades catalanas…..¿será suficiente con estas
apelaciones a la responsabilidad individual para frenar la expansión del virus?
Me temo que no. Lo cierto es que se requieren más medios materiales y humanos
para intentar evitar una nueva catástrofe cuando la actual todavía no se ha
ido…..y, sobre todo, se requiere..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 16 de julio de 2020
HACIA UN NUEVO CONFINAMIENTO
En medio de un
desbarajuste competencial y legislativo por el que el Gobierno central ha
pasado de ser el único protagonista con el estado de alarma a no pintar casi
nada en esta “nueva normalidad”, los españoles, salvo que alguien lo remedie,
estamos condenados a volver a un nuevo confinamiento ya que, de forma
preocupante, los rebrotes de contagio no dejan de crecer sin que haya un plan B
coherente para atajarlo para toda España. Y es que el vacío legal tras la
alarma, sin otra alternativa que el caos variopinto de que cada autonomía
proceda como mejor entienda o quiera entender, frena sin duda la lucha contra
estos nuevos brotes, mientras se desencadena un conflicto jurídico-político,
como el protagonizado por Torra, desobedeciendo al juez y confinando Lérida por
decreto, en tanto que los epidemiólogos temen que la falta de herramientas
normativas provoque nuevos contagios, pues el virus no entiende de
competencias, de territorios o de intereses políticos y simplemente avanza
mientras quienes tienen que atajarlo se entretienen en el quién, cómo y dónde
hay que hacerlo. Así las cosas, el caos político de la Generalitat de Cataluña
complica el control del coronavirus, insistiendo Torra en recluir a Lérida a
pesar de la prohibición judicial, Aragón devuelve a Zaragoza y Huesca a la fase
2 y, como otras CCAA, obliga a llevar mascarillas, mientras Simón, él único y
todopoderoso actor durante la alarma, se limita ahora a manifestar que “la
epidemia es diferente, ahora afecta a menores de cincuenta y a niños” y Sanidad
rechaza el estado de alarma sin plan B ante los rebrotes activos que van
surgiendo por toda España y que ya son 123, mientras el Gobierno se pone de
perfil y no diseña una alternativa jurídica para la actual “nueva normalidad” y
sólo actuaría si la propagación de la pandemia afectara a varias comunidades autónomas
limítrofes. Torra se otorga a sí mismo plenos poderes para confinar y, con el
aval de Moncloa y en contra de la Justicia, cierra Lérida y el Segriá con un
nuevo e improvisado marco jurídico sin tener que aplicar el estado de alarma,
mientras el ministro Illa rechaza que invada competencias y avala el texto para
evitar que acabe de nuevo ante los tribunales y se materialice con pequeños
retoques que lo hagan más digerible. La cruda realidad es que los contagios de
Covid se disparan en España, especialmente por Cataluña y Aragón, que los
ambulatorios de L´Hospitalet de Llobregat ya rozan el colapso, que Barcelona
triplica sus casos y estudia ampliar las restricciones, que el ejército se
despliega en Huesca por la transmisión entre los temporeros o que en Madrid se
produce el misterio de tener muchos casos pero pocos brotes detectados. La
única esperanzadora noticia es que en el mundo más de veinte vacunas para el virus
ya están en fase de pruebas con humanos que esperemos estén pronto al alcance
de todos. Y mientras Sanidad, cargando contra la iniciativa privada, culpa a
los laboratorios del gasto en medicinas y pide que devuelvan 8.000 millones,
estalla la guerra Colau-Torra en Cataluña pues el virus pone cerco a Barcelona,
la segunda ciudad de España, afeando la alcaldesa al President la falta de
efectivos para seguir los contagios…..y es que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 13 de julio de 2020
LOS REBROTES QUE NO CESAN
Los rebrotes de
contagios por coronavirus no dejan de crecer en España, que registra ya más de
setenta brotes activos….. y lo preocupante ya no es esta previsible
reactivación contagiosa tras el final del estado de alarma, sino la presunta
incapacidad sanitaria para controlarla y atajarla con éxito, por lo que el
fantasma de los peores momentos de la pandemia, con los hospitales desbordados,
sigue amenazando de forma inexorable. La trágica realidad es que Sanidad no
tiene un plan nacional para afrontar un repunte masivo del Covid-19, mientras
diecisiete CCAA, unas más afectadas que otras y con las competencias sanitarias
(y educativas) transferidas, hacen lo que pueden o quieren, cada una por su lado,
sin el más mínimo interés de aunar esfuerzos coordinados por el Gobierno de
España, no vaya a ser que ello derive en menoscabo de sus sacrosantas
competencias y dé alas a una odiada recentralización política según los
nacionalistas. Los rebrotes destapan en definitiva la falta de gestión y de
medios ante otra oleada, mientras los sanitarios denuncian errores en la
detección y el rastreo de los casos contagiados, y los expertos piden imponer
los PCR para volar a España, en tanto que el Gobierno valora ahora la demanda
de los epidemiólogos ante la inevitable llegada de infectados pese a los
controles, a todas luces insuficientes, y seis autonomías estudian obligar a
llevar mascarillas (algunas de ellas ya lo han impuesto), en medio de un caos
normativo impuesto por cada Comunidad Autónoma o Ayuntamiento, lo que hace
imposible que los ciudadanos sepan a qué atenerse en cada circunstancia
territorial. Al parecer el 40% de los focos del virus se origina en reuniones
familiares, mientras las infecciones diarias suben a 333 por picos en Cataluña
y Aragón, donde el 60% de los afectados son jóvenes asintomáticos, aunque la
atención se centra especialmente en Galicia y Euskadi, donde la celebración de
elecciones autonómicas ha generado un nuevo debate sobre la conveniencia o no
de suspenderlas, sumiendo en la incertidumbre la jornada electoral, después de
que los gobiernos gallego y vasco hayan decidido a última hora prohibir a los
infectados que ejerzan el voto, mientras los expertos cuestionan esta
prohibición de ir a ejercer su derecho a votar. Y mientras la Generalitat
Valenciana busca cancelar el contrato de la residencia con 73 muertos,
previendo devolver el centro de Alcoy a la gestión pública, Torra, que tarda
una semana en tomar medidas de confinamiento en Lérida con más casos que en
marzo (el 27 de junio tenía un 50% más de contagios que en el pico de la
epidemia), viendo que los casos se multiplican en varias localidades catalanas,
decide confinar en sus casas a unos 160.000 ciudadanos de Lleida, pues el
descontrol del brote de coronavirus en la comarca de Segriá es evidente y muy
preocupante, devolviendo así la zona a la prohibición de salir de casa salvo
causa justificada, mientras el regreso a esta especie de Fase 0 en Lérida es
puesto en cuestión por la Justicia, ya que Fiscalía se opone al citado encierro
ordenado por la Generalitat, entre otras cosas porque “es competencia estatal”
(maldito concepto para los separatistas). Es la consecuencia lógica de ..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 9 de julio de 2020
UN GOBIERNO A LA ALEMANA
Dice Feijóo,
probablemente con razón, que “a España le iría muy bien un gobierno a la
alemana”, lo que en nuestro país equivaldría a un gobierno de coalición
PSOE-PP, que, con amplia mayoría parlamentaria tendría la solvencia necesaria
para afrontar esta grave situación de crisis social, política, sanitaria y
económica que estamos atravesando. Sin embargo, todo indica que estamos muy
lejos ni siquiera de plantear dicha solución, ya que nuestros políticos en
general están más por la labor de ir cada uno a la suya para seguir tirándose
los trastos a la cabeza y ver si con ello ganan algún puñadito de votos para
mantenerse y mantener con ello una situación políticamente inestable con unas
Cortes Generales atomizadas cada vez más crispadas e insostenibles que sólo
satisfacen la estrategia de “dejarte ciego aunque yo me quede tuerto”. En
efecto, ni la pandemia, ni la crisis generalizada, ni las discrepancias
manifiestas internas del actual gobierno minoritario de coalición PSOE-Podemos
(apoyado según conviene por nacionalistas, secesionistas y abertzales) han
inclinado a Sánchez, principal responsable como Presidente del Gobierno, a un
acercamiento con la derecha popular para buscar una solución fiable,
prefiriendo mantenerse en el filo de la navaja y consolidando su temeraria
estrategia de descartar una coalición con el PP (única solución sólida de
gobernabilidad, salvo elecciones anticipadas) pues jamás tuvo la mano tendida a
los de Casado, a quienes, por otra parte, no les viene nada mal mantenerse en
una frontal oposición sin verse obligados a tener que decidir qué respuesta
darían en caso de que, como en Alemania, el partido mayoritario gobernante les
retara a mojarse ofertándoles la solución de gobernar en coalición con ellos
dada la relación de fuerzas en el Parlamento. Por tanto, todos los políticos
contentos, cada uno de ellos cómodo en su sillón, mientras los ciudadanos
estupefactos sufren el caos en que les han metido sin certeza alguna de que sus
gobernantes estén interesados en dejarse algún pelo en la gatera en la búsqueda
de una solución viable, sólida y estable para sacarles de este maldito
infierno. Al contrario, desde el Gobierno, que es el principal responsable de
la situación, son incapaces de afrontar con seriedad las graves discrepancias
internas, creyendo Moncloa que la “fragilidad” de Iglesias afianza la
coalición, mientras el Vicepresidente sigue a la suya atacando a la prensa,
exhibiendo su machismo congénito y su populismo demagógico y aprovechando las
presuntas conductas delictivas de Don Juan Carlos para arremeter contra el
modelo de Estado acordado en 1978, la Monarquía Constitucional actual, con la
pretensión de que en medio del caos se introduzca en el peor momento para
España un debate público sobre Monarquía o República que inevitablemente
conduciría, en el mejor de los casos, a una reforma constitucional de
envergadura que, en todo caso, para tener éxito requeriría una mayoría
parlamentaria cualificada imposible de materializarse con el actual atomizado
Congreso de los Diputados, y en el peor de los casos nos llevaría a un
enfrentamiento político y social de imprevisibles consecuencias, muy
inconveniente en el actual escenario de crisis que vivimos y cuando no son
capaces nuestros gobernantes de ponerse de acuerdo ni siquiera para intentar
solventar conjuntamente la salida de una enorme crisis, que, entre otras cosas
requiere...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 6 de julio de 2020
LAS CLOACAS DE PABLO IGLESIAS
Con un discurso
antisistema contra el modelo democrático y a favor de dictaduras populistas
como la venezolana, se abre paso el actual partido Unidas Podemos, surgido en
definitiva del conocido Movimiento 15-M o “de los indignados” de 2011, que,
aprovechando el descontento generalizado de la población, acampa y ocupa las
plazas de diferentes ciudades españolas para promover, según ellos, una
democracia más participativa, que se aleje del bipartidismo PP-PSOE, del
dominio de bancos y corporaciones, para instaurar una “auténtica división de
poderes” y, en definitiva, mejorar el sistema democrático. Los distintos
colectivos participantes en aquel movimiento y en una España sumida en plena
crisis desde 2008, venían a sostener en sus distintos lemas “no somos
marionetas en manos de políticos y banqueros” y apostaban por “democracia real,
¡ya!, no somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, dejando bien claro
su aversión por la política y la banca y su rechazo a nuestro sistema por no
ser verdadera democracia, mientras, paradójicamente, se iban formando desde el
movimiento nuevos partidos, como Podemos en 2014, con el objetivo de finiquitar
nuestro sistema, dominado por la “casta” (es decir, todos los instalados en el
sistema), y sustituirlo por otro auténticamente democrático, sin especificar
exactamente en qué se trataría, aunque las simpatías de sus dirigentes por
populismos autoritarios, como el venezolano, dejaban claro por donde irían los
tiros. Un hábil y demagogo Pablo Iglesias con un grupo de colaboradores se hace
con el liderazgo del partido, que alcanza cierto éxito electoral, y, tras
depurar a quienes no comulgan con su discurso, es hoy el indiscutible dirigente
de Unidas Podemos. Hoy, instalado plenamente en la “casta” y en el “sistema
democrático” que quería destruir, atraviesa, como Vicepresidente del Gobierno,
sus peores momentos, a causa del ya famoso “caso Dina” (investigación del robo
de una tarjeta de móvil de su excolaboradora), al haber pasado Iglesias de ser
perjudicado a posible investigado en el “caso Villarejo”, cuando en campaña
electoral denunciara una trama orquestada por las cloacas del Estado para evitar
que UPodemos llegase al poder. Y es que, a medida que avanza la investigación
sobre el robo de la tarjeta de Dina, lo que más parece es que las cloacas no
están en el Estado, sino que las cloacas están en el mismísimo Pablo Iglesias,
quien ahora, al salirle el tiro por la culata en el “caso Dina”, sostiene que
las cloacas del Estado, que en caso de ser ciertas no impidieron su acceso al
Gobierno, lo que tratan es de echarlo del Ejecutivo. Lo cierto es que, para
tramar la estrategia de Iglesias en el “caso Dina”, según conversaciones
telefónicas entre abogados de Podemos, “en el
partido quieren montar la película del robo del móvil; estamos locos” y
que aunque su responsable jurídico quiso evitarlo no pudo, pues “ha visto en el
caso Tanden la gallina de los huevos de oro para abrir una causa general contra
el Estado”. Y es que ahora resulta que la tarjeta robada la tenía el propio
Iglesias. Para colmo, el hoy Vicepresidente justifica su actuación en el “caso
Dina” en que la eurodiputada era “una mujer de veintipocos años” a la que tenía
que proteger, traicionándole, una vez más, su subconsciente machista disfrazado
de feminismo radical, lo que ha generado malestar entre las ministras del PSOE,
sus compañeras de Gabinete, lamentando sectores del mismo “la carga de machismo
que hay detrás” de sus palabras y que “Iglesias transmite una imagen sórdida
que a la gente le desagrada”. No obstante...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 2 de julio de 2020
HACIA UN PACTO IMPOSIBLE
El Banco de España, en
sintonía con las tendencias pesimistas de otros organismos nacionales e
internacionales, retrasa dos años la recuperación económica de España, propone
un ajuste con alza de impuestos (subir el IVA reducido, impuestos especiales y
ambientales….), pide un plan plurianual para bajar el déficit y la deuda, eleva
el desplome económico al 15% del PIB (el primer trimestre cae un 5´2%, el mayor
desplome desde que hay registro) y, en el peor de los escenarios, apunta a que
se llegaría a una tasa de paro del 24% el próximo año, mientras la Bolsa
española cierra su peor semestre con una pérdida del 24%. Un catastrófico
panorama agravado además por la existencia de un Gobierno débil y minoritario,
cuando para despejarlo se requiere de un Gobierno fuerte y, en todo caso,
fortalecido mediante pactos, sólidos y solventes, con otras fuerzas políticas
que garanticen apoyos mayoritarios fiables en el Congreso. Por tanto Sánchez,
quien como presidente de este Gobierno está en el ojo del huracán, tiene que
decidir entre seguir apostando por el variopinto elenco de fuerzas a su
izquierda y los nacionalistas, poco fiables dentro y fuera del país, o cambiar
el rumbo y apoyarse en las fuerzas situadas ideológicamente a su derecha, más
acordes con las tendencias mayoritarias en Europa. Pero pactar, supone optar y,
obviamente, negociar, con los costes que ello suponga de cara al electorado,
pues pretender parchear la situación de debilidad actual con apoyos
coyunturales tanto de izquierdas como de derecha, sumando partidos
irreconciliables entre ellos, es, de entrada, ir hacia un pacto imposible y, en
todo caso, poco estable, justo lo contrario de lo que necesita la caótica
situación por la que atraviesa España. Sin embargo Sánchez se empeña en
mantener su gobierno de coalición con Podemos, sumando los apoyos de
Ciudadanos, además de ERC y el resto de fuerzas que le apoyaron en la
investidura, cuando tanto Podemos como ERC no están por la labor de que se
pacte con los naranjas, y cuando el PP ya ha dicho por activa y pasiva que para
sentarse a negociar un acuerdo global, que no sólo sectorial, de gobernabilidad
habría de liquidarse primero la alianza PSOE-Podemos y estudiar otra fórmula
más estable, mientras el mangoneo del secesionismo pone la guinda para
invalidar el pacto. No obstante Sánchez, pone a prueba a los de Arrimadas
asegurando que va a reanudar la mesa de negociación con los soberanistas, a
pesar del riesgo que ello supone para el diálogo con Ciudadanos, que, contra lo
que han venido diciendo, mantienen su relación con Sánchez, pese a anunciar
éste la polémica mesa con Torra, con el argumento de que tienen “todos los
canales de comunicación abiertos” para negociar con el Gobierno y tildan de
“bluf” la negociación con los soberanistas, confiando en que no se celebre. Y
mientras PSOE y Ciudadanos reafirman su alianza con vistas a los Presupuestos,
ERC en la mesa de reconstrucción ya avisa a Sánchez de que no apoyará las
cuentas “que le vote Casado”, en tanto que el PP, dando por hecho un pacto con
el Gobierno para la UE y Sanidad, se suma a los acuerdos con Sanidad y, por su
parte, Podemos boicotea un gran pacto social. En efecto, en este tablero de
postureos, PSOE, Podemos, PP y Ciudadanos pactan al fin reforzar la sanidad,
salvando la comisión de reconstrucción con la promesa de más medios y
retribuciones a profesionales de la salud. Al menos, mientras..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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