Sánchez anuncia su “plan
de desescalada” para conseguir su “nueva normalidad” a la que se llegaría tras
cuatro fases comprendidas entre el 4 de mayo y finales de junio; un plan
establecido sin acuerdo alguno ni con la oposición ni con las CCAA, ni con los
agentes sociales y económicos, por lo que, de entrada, tanto el PP como los
nacionalistas se desmarcan del mismo en medio de bastantes críticas por parte
de los demás agentes. El anunciado plan, decidido unilateralmente por el Gobierno,
se aplicará por provincias e islas a distinto ritmo, con lo que cada
demarcación irá avanzando (o no) para superar cada fase y poder pasar a la
siguiente, siempre que consiga una serie de criterios establecidos o parámetros
como, entre otros, camas libres de UCI, tasa de contagios, etc etc. Así, cada
una de las fases de dos semanas de duración, tendrá un nivel y posibilitará el
alcance de un disfrute diferente dentro del confinamiento. En líneas generales
para la primera fase, o fase 0, que abarcará del 4 al 10 de mayo, se permitirá,
entre otras cosas, paseos, peluquerías con cita y bares con comida para llevar;
para la fase 1, del 11 al 24 de mayo, apertura de terrazas e iglesias con aforo
limitado a un tercio del normal; para la fase 2, del 25 de mayo al 7 de junio,
centros comerciales, teatros y futbol a puerta cerrada; y para la fase 3, del 8
al 21 de junio, playas, discotecas y transporte público al 100%. Un plan, en
definitiva, impreciso e inconcreto, que más bien parece una declaración de
intenciones, una especie de borrador, aceptable desde el punto de vista teórico
pero que, en la práctica, deja demasiadas incertidumbres, preocupaciones y
contradicciones desde el inicio, entre ellas que, salvo cuatro islas
(Formentera, Hierro, Gomera y La Graciosa), que superan los parámetros de la
fase cero e iniciarán el itinerario desde la fase uno, todo el resto de
territorios inicie el plan de desescalada desde el nivel cero cuando hay
lugares que, como dichas islas, cuentan con idéntico nivel para iniciarlo desde
el nivel uno, y cuando incluso hay siete CCAA (Extremadura, Murcia, Valencia,
Canarias, Andalucía, Asturias y Baleares) que ya reúnen las condiciones para
iniciar el desconfinamiento desde la fase uno, pero se ven obligadas a
iniciarlo desde el mismo nivel cero que las restantes, cuando algunas de éstas
(especialmente Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha o Castilla-León) incumplen
los parámetros incluso para iniciar la fase cero, si nos atenemos a la tasa
actual de letalidad o de infección. Otros asuntos del plan en discusión son la
demarcación provincial (el Gobierno hasta se abre ya a cambiar las provincias
por áreas sanitarias), la limitación de la movilidad a la provincia hasta la
última fase o el timorato proceso establecido para reactivar la economía con
condiciones insuficientes e inviables para lograr tan necesario objetivo. Todo
ello cuando se tiene la sensación de que, al no haberse hecho los deberes en
tiempo y forma, se pretende ahora cargar las tintas en evitar, como sea y al
precio que sea, un rebrote de la infección, cuando, siendo este objetivo muy
importante, lo esencial y lo que hay que garantizar es que, en caso de que
surja un rebrote (siempre posible salvo que toda la población estuviera
confinada eternamente y aislada en sus casas), se cuente con los medios
suficientes para controlarlo y erradicarlo lo antes posible, lo que requiere,
entre otras cosas un previo y concienzudo estudio de la situación de la
pandemia, que, lamentablemente, no se ha hecho en España, entre otras cosas por
la escasez de test (y otros materiales sanitarios), admitiendo por fin el Gobierno
que ha hecho menos test de los que dice al dar Sanidad, por vez primera, datos
precisos al respecto (pese a que Illa habló de 47.000 PCR diarias, en diez días
habrían aumentado sólo en 100.000), mientras a la OCDE se daba un dato inflado
(incluyendo todo tipo de test y no sólo los PCR), con lo que situaba a España
entre los mejores países, el octavo, para, resuelto, el entuerto, tener que
bajarla al lugar decimoséptimo. Al final,....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 30 de abril de 2020
lunes, 27 de abril de 2020
HACIA LA DESESCALADA
El Gobierno se dispone a
iniciar una desescalada gradual y progresiva en medio de discrepancias con las
CCAA, que quieren pivotarla en sus respectivos territorios, aunque Sanidad lo
tiene bien claro y afirma que “la desescalada la dirige el Gobierno” y que las
CCAA, cuya presión para el fin del encierro ya desborda al Ejecutivo, sólo
saldrán del confinamiento cuando hagan test a toda persona con síntomas (los
famosos y escasos test que ya debieran haberse aplicado a gran parte de la
población). Es obvio pues que las CCAA proponen y el Gobierno, con todo el
poder en sus manos, dispone en una desescalada por territorios mientras Illa
enfría las expectativas de las autoridades autonómicas vetando sus hojas de
ruta ya que será el Ejecutivo y no las comunidades quien dirigirá y autorizará
los planes para un desconfinamiento gradual seguro cada vez más deseado. De
entrada, las CCAA que quieran suavizar el actual encierro tendrán duras
condiciones del Gobierno que les exige un nivel de capacidad sanitaria para
evitar que el sistema colapse en caso de un rebrote de contagios y pide
“habilitación de hoteles para casos leves que no puedan aislarse en un
domicilio”, pues no se trata de salir pronto y mal sino a su debido tiempo y
bien, con las mayores garantías de éxito posibles. No obstante las CCAA
presentan sus planes y alternativas, como dividir entre días pares e impares, por más que el
Ministerio las rechace y diga que es competencia “suya” el desconfinamiento.
Así las cosas, por decisión gubernamental, los niños menores de catorce años ya
pueden salir a pasear por un área inferior a un kilómetro de su domicilio y durante
una hora diaria acompañados por un mayor que conviva con ellos, mientras los más
mayores amenazan con protestas si son los últimos en poder abandonar el
confinamiento, tras el anuncio de Sánchez de que a partir del 2 de mayo, si
siguen disminuyendo los contagios, se podrá salir a pasear, correr y hacer deportes
individuales, aclarando que el Consejo de Ministros del martes día 28 aprobará
por fin el plan de desescalada progresiva, mientras Illa admite ante los
alcaldes que no existe aún un plan para desconfinar y el ministro Duque
reconoce que “no teníamos planes concretos y operativos para una pandemia”, lo
cual es cierto, lo que no debe servir de excusa para no reconocer los aciertos
y errores de gestión que se cometan para salir del laberinto. Entretanto, Illa
anuncia que hay por primera vez menos contagiados que curados tras eliminar a
los diagnosticados con los test rápidos o de inmunidad, afirmando que se han
“limpiado” los datos para valorarlos mejor. La realidad es que con 223.759
infectados, 23.190 fallecidos y 98.732 altas médicas, nuestros niños vuelven a
salir a la calle después de 42 días de confinamiento, quejándose algunos de que
“ni siquiera podemos jugar a la pelota”, mientras los expertos alertan de un
brote tras la salida de los menores y de que son necesarios los test para
garantizar la seguridad, que obviamente dependerá, entre otras cosas, de la responsabilidad
individual de cada uno de nosotros. Y aunque el primer día de paseo de los
niños se ha vivido con bastante normalidad, lamentablemente se han dado algunas
aglomeraciones indeseables en espacios públicos, pues..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 23 de abril de 2020
RECTIFICAR ES DE SABIOS, PERO….
Cierto que rectificar es
de sabios, pues mantenerse en el error es sencillamente irracional, pero, dicho
esto, también es cierto que rectificar permanentemente es de necios, pues
proponer inconvenientes de forma permanente pone en evidencia la ausencia de
racionalidad en las propuestas, lo que, si es anecdótico, tiene un pase
(cualquiera se equivoca alguna vez en la vida), pero si es permanente, es muy
preocupante. Y algo de esto sucede a Sánchez y a su gobierno de coalición que,
instalado en el error, sólo acierta cuando rectifica. El último de los ejemplos
(los hay a decenas) atañe al precipitado anuncio de un permiso para que los
niños puedan salir a la calle en pleno confinamiento acompañados de sus
progenitores, lo que simplemente requiere decidir a qué niños se aplicará y
cuándo, cómo y dónde lo harán para garantizar por un lado su necesidad de
disfrutar diariamente del aire puro y hacer ejercicios físicos en pleno periodo
de crecimiento, y, por otro lado, mitigar al máximo posible el riesgo de
contagio del coronavirus en plena pandemia. Pues bien, algo tan simple como
establecer dicho plan y, una vez establecido y concretado, anunciarlo
públicamente con pelos y señales, se ha convertido en un espectáculo desde que,
sin tenerlo hecho todavía, el Presidente se permitiera anunciar
precipitadamente la salida de los niños sin ninguna concreción, al extremo de
no saber ni qué niños se verían beneficiados por la medida según su edad. Y no
conforme el Gobierno con la incertidumbre e inquietud generadas, da un paso más
y, por fin, anuncia que los niños sólo saldrían para acompañar a alguno de sus
progenitores a supermercados, bancos o farmacias, lugares como ven totalmente
idóneos para el esparcimiento de los menores y el alejamiento de contagios,
generando un aluvión de críticas tanto de los partidos de la oposición, como de
los padres y especialistas, al extremo de obligar al ministro Illa a volver a
improvisar en pocas horas para no poner en peligro la convalidación inminente
del decreto de nueva prórroga del estado de alarma en el Congreso, de tal
manera que, si a las 15 horas el Ejecutivo sostenía que los niños sólo podrían
acompañar a sus padres al “súper” y a otros inadecuados lugares, a las 21
horas, sin mucha mayor concreción (seguía instalado en la improvisación),
anunciaba que los menores de 14 años “podrán dar paseos”, dejando el resto de
detalles (nada menos que el cuándo, el cómo y el dónde) para el próximo sábado,
en que Illa, supuestamente, nos dejará clara la medida para que al día
siguiente pueda ser aplicada a los menores….y a sus padres. Una innecesaria
tormenta política, generada por un Gobierno rebasado, poco reflexivo e
incoherente, que propone absurdas medidas improvisadas que tiene que rectificar
al instante por mero sentido común. A estas alturas, aunque el ministro Illa
dice que no explicará los detalles hasta el sábado por más que el PP le exige
que lo haga ya, vamos conociendo con cuentagotas algunos pormenores, filtrados
a la prensa, como que los niños hasta los catorce años podrán salir a pasear
con su padre o madre, quienes podrán hacerlo llevando hasta tres niños, a menos
de un kilómetro de sus viviendas y siempre, en todo caso, “acompañados de un
adulto”. Y es que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 20 de abril de 2020
RENTA MÍNIMA VITAL
Sin lugar a dudas se ha
generado una polémica acerca de la pretendida renta mínima vital, que propone
el Gobierno de coalición, polémica no sólo dentro de los propios miembros del
Ejecutivo sino en el resto de opciones políticas y sectores sociales. Y no es
para menos, pues un somero cálculo económico de la medida, que no es coyuntural
o circunstancial sino que viene para quedarse, nos llevaría a un compromiso de
gasto mínimo anual de unos 5.500 millones de euros en plena crisis económico-social
y sanitaria, por lo que habría que ver cómo se afronta en circunstancias de
clara recesión económica y laboral que se avecina. No es pues baladí la
polémica generada, dentro del Ejecutivo como en el resto de fuerzas políticas y
sociales, sobre la aplicación de esta medida, necesaria por otra parte, pues no
se trata de un debate entre buenos, que quieren dotar a todo el mundo de
condiciones dignas de supervivencia, y malos, que pretenden matar de hambre a
los sectores más desfavorecidos. Ni se trata de vender la medida como una
novedad, un antes y un después desde la nada al todo, en la protección de los
sectores más desprotegidos ya que en la actualidad, tanto las CCAA como los
Ayuntamientos, ya destinan buena parte de sus recursos a tan noble objetivo social,
como no podía ser de otra forma en una sociedad avanzada como la nuestra. Se
trata por tanto de generalizar y homogeneizar a nivel de Estado una urgente necesidad;
de coordinarla con los territorios para que sea lo más homogénea posible y no
surjan desajustes indeseables; de estudiar una serie de situaciones familiares
y de cuantías suficientes de renta mínima para que no sirvan de acicate a un
rechazo de un mercado laboral precario con rentas más bien escasas, temporales
y a tiempo parcial en un contexto crónico de economía sumergida en nuestro país;
y, en definitiva, de buscar pactos con las autonomías y municipios para
completar sus rentas de inserción y absolver progresivamente los subsidios no
contributivos actuales articulando la ayuda a través de las familias, de las
que ya se definen hasta doce tipos distintos, con el objetivo de optimizar los
recursos, siempre escasos, evitando duplicidades y picarescas que serían
contraproducentes para el objetivo que se pretende. Y todo ello no se consigue de
la noche a la mañana, requiere tiempo, pues no es cuestión de hacerlo rápido y
mal, como pretende el populista Pablo Iglesias, sino adecuadamente y bien, como
quiere el socialista Escrivá, pues, no en vano, la medida estaba prevista para
ser aplicada y estudiada concienzudamente a lo largo de la legislatura y ahora
no se puede, ni se debe improvisar ni tomarla precipitadamente, aprovechando la
tragedia provocada por la crisis del coronavirus. No en vano, el ministro
Escrivá, frente a lo que sostiene Iglesias, cree que faltan “flecos”, mientras
Iglesias intenta a toda costa imponer una medida, que no es coyuntural sino
permanente, al margen de otras consideraciones, entre ellas la viabilidad de la
misma una vez pasada la tormenta. No en vano los ministros económicos
socialistas intentan frenar la presión de los populistas y sus contubernios con
el Presidente Sánchez, al extremo de que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 16 de abril de 2020
EL FMI VATICINA LA HECATOMBE
Menuda semanita llevamos
desde que acabara la Semana Santa y la industria y la construcción salieran de
la hibernación para incorporarse al trabajo en plena guerra por las mascarillas
y poder trabajar con unas mínimas condiciones de seguridad sanitaria. Y para colmo
el FMI, a quien líderes de América Latina urgen a dar un apoyo decidido, nos da
la puntilla vaticinando una hecatombe mundial a causa de la pandemia, dejando
como peor malparados a países como España o Italia, que no acaban de levantar cabeza. En efecto, el
FMI, que estima que el déficit en España se disparará al nivel que dejo
Zapatero, prevé un paro del 20´8% y una caída del PIB del 8% para este año,
siendo la recesión pronosticada para nuestro país la más acusada desde la
Guerra Civil, mientras la economía global retrocederá un 3% y la de la eurozona
un 7´5%, aunque, si la pandemia queda pronto bajo control, el crecimiento será
vigoroso en 2021. Un dantesco panorama que nos lleva a la época de la Gran Depresión,
ya que, a nivel mundial, sería la mayor recesión desde el crac de 1929, que tan
aciagas consecuencias trajo; asimismo advierte de que España e Italia tardarán
más en salir de la crisis que el resto de países desarrollados y que la
recuperación mundial se retrasará a 2021, siempre que no haya otro repunte de
la pandemia. España e Italia sufrirán daños más intensos, no sólo ya por sus
estructuras económicas, sino por haberse visto forzadas a tomar medidas muy
drásticas, algunas incluso algo tardías. Y en este siniestro panorama, nacional
e internacional, lo menos deseable son desencuentros políticos, titubeos e
improvisaciones, pues ningún gobierno por fuerte que sea puede sacar por sí
sólo a su país de semejante agujero, ni ningún país puede sacudirse las pulgas
sin contar con ámbitos internacionales más amplios. Lamentablemente no es el
camino que está tomando España, pues los desencuentros entre Gobierno y
Oposición son manifiestamente visibles, y los desencuentros entre distintos
ministros del Ejecutivo de coalición sufren del mismo mal. Valga como ejemplo de
lo primero la patética sesión de control al Gobierno en el Parlamento, la
primera desde que se decretara el estado de alarma, en la que Casado se planta
ante Sánchez, tachándole de “arrogancia” y un “insulto” por haberse enterado
por una rueda de prensa del Consejo de Ministros en televisión de que el
Presidente le convocaba a un encuentro para hoy sin consultarlo previamente con
Génova, con lo que el líder popular aplaza el encuentro para la próxima semana
“por sus mentiras” y exige a Sánchez que
se negocie “con luz y taquígrafos en el Congreso” ya que no se fía de él,
desligándose de momento de un gran pacto y abogando por acuerdos parciales. Por
otro lado, mientras VOX y la CUP se desligan totalmente de cualquier acuerdo
con Sánchez, PNV y ERC, que no lo descartan, asumen que no pueden cobrarse lo
pactado en la investidura y marcan distancias con los PGE. Y valga como ejemplo
de los segundo, es decir, de los desencuentros dentro del Ejecutivo (el enésimo
desencuentro) el asunto de la “renta vital mínima” que, entre tiras y aflojas,
parece que finalmente Sánchez, tras optar por el plan Escrivá y desautorizar a
Pablo Iglesias, rectifica de pronto y, como pretende éste, lo adelanta a mayo tal
como exige el líder de Podemos, al extremo de que el Ministro Escrivá dice
públicamente que....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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viernes, 10 de abril de 2020
LA PEOR DE LAS FORMAS
Con un balance de
152.446 infectados y 15.238 fallecidos (la peor tasa de mortalidad del mundo),
así como 52.165 altas médicas (único dato realmente positivo) no se puede, ni
se debe sacar pecho por parte de ningún Gobierno y, menos aún, cuando, siendo
minoritario, comparece en el Congreso de los Diputados para pedirle a la
oposición que le respalde una prórroga en el ya concedido “estado de alarma”,
que le otorga plenos poderes, y para que apoye unos decretos socio-económicos
unilateralmente aprobados en el Consejo de Ministros sin previa negociación.
Que le pregunten a Rajoy cuando tuvo que afrontar la gestión de la anterior
crisis económica, heredada de Zapatero y enmarcada en una crisis global, en
medio de las lógicas críticas de la oposición de entonces (hoy en el poder) en
aquellos momentos delicados, aunque no tanto como los de ahora. Ni aquella
crisis, ni ésta, son imputables a los gobernantes de turno, a los que simplemente
les toca gestionarlas, con aciertos y errores como es lógico, siendo siempre los
gobiernos gestores los principales responsables de la gestión y de la habilidad
para concitar consensos necesarios y amplios respaldos, que faciliten la salida
de las crisis de la mejor manera posible. Para ello se requiere autocrítica
(ningún gobierno es perfecto) y asumir las críticas de la oposición (a veces
exageradas, inconvenientes e incómodas), rebatiéndolas, en todo caso,
respetuosa y razonadamente, desde la humildad y la serenidad, especialmente si,
tratándose de gobiernos débiles y minoritarios, necesitan su apoyo para sacar
adelante las soluciones que proponen. Pues bien, todo lo contrario de lo que
acabamos de ver en el Congreso de los Diputados con motivo de la petición a la
oposición por parte del Gobierno de Sánchez de respaldo a una nueva prórroga
del estado de alarma, que el PP apoyaba, a unos decretos económicos, que el PP
rechazaba, y a otros sociales, sobre los que el PP se abstenía, obviamente,
todo ello sin renunciar a su derecho y obligación de criticar al Gobierno con
mayor o menor dureza. En efecto, Sánchez y el PSOE optaron por la peor de las
formas en el Congreso tendente a concitar ese respaldo parlamentario a sus
propuestas y Sánchez, alardeando de su gestión sin autocrítica alguna, desafía
a Casado, el líder de la oposición, mientras además le exige respaldo total a
sus pretendidos “Pactos de La Moncloa”, para, seguidamente la portavoz
parlamentaria socialista llamarle “indigno”, “desleal” e “incompetente”,
provocando que el líder popular rechazara tajantemente dichos pactos porque
“han dinamitado todos los puentes con sus insultos” y se limitara a apoyar la
prórroga del “estado de alarma”, absteniéndose en las medidas sociales y
rechazando las económicas, al extremo de que el Gobierno sólo logró sacarlas
adelante con más abstenciones que síes. Mal asunto pues para la gestión de un
Gobierno que, gracias a la oposición, consigue prolongar el estado de alarma
hasta el 26 de abril, que anuncia en sede parlamentaria que seguramente tendrá
que solicitar en su momento otra prórroga más allá de ese día y que tendrá que
afrontar la gestión de una inminente crisis económico-social de consecuencias
incalculables, que requerirá sin duda un consenso político-social y económico
difícilmente asequible con estas formas inaceptables de tratar a una oposición
que necesita dada su debilidad parlamentaria y el rechazo incluso de algunos de
los que le auparon al poder. Sánchez optó erróneamente por...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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martes, 7 de abril de 2020
UNA LUZ DE ESPERANZA
Los datos de la pandemia
en España, totalmente desgarradores, dejan hasta hoy un saldo de 135.032
infectados, 13.055 fallecidos y 40.437 altas médicas, sin embargo la tendencia
a la baja de defunciones y contagiados y al alza de los recuperados aporta una
luz de esperanza en medio de esta crítica oscuridad generalizada. En efecto, la
presión sobre las UCIs empieza a reducirse (y con ello la angustia) tras
semanas desbordadas al borde del colapso, aunque los expertos alertan de que en
ningún momento cabe relajar la guardia para evitar una nueva ola de contagios y
sugieren que, incluso después de doblegar el coronavirus, se imponga el uso
obligatorio de mascarillas, el control de movimientos, los test masivos, la
prohibición de viajar y las concentraciones. El Gobierno, que ya ha prorrogado
el estado de alarma y el confinamiento hasta el 26 de abril, con la pertinente
autorización del Congreso de los Diputados, y no descarta solicitar otras
prórrogas, encarga ahora fabricar millones de mascarillas y otros materiales
sanitarios mientras los juristas avisan de que pudiera incurrir en
responsabilidad penal en caso de extralimitarse y no respetar escrupulosamente
el Estado de Derecho y la oposición le afea que ahora recomiende el uso masivo
de mascarillas cuando el portavoz Simón, aquejado de coronavirus, siempre dijo
no entender la fiebre por el uso de dichas mascarillas y cuando, desoyendo las
recomendaciones de la OMS, España exportó test hasta el 15 de marzo y el
Gobierno no intervino la producción de las empresas hasta el estado de alarma
ni hizo acopio del material, anunciando pruebas masivas “en 2 o 3 días” que aún
no han empezado, mientras los hospitales comprueban que los test adquiridos no
tenían fiabilidad (el doctor Julio García, portavoz del SMIC, deja bien claro
que “ninguno de los test chinos que hemos
probado hasta ahora funciona”). En fin, decisiones, acertadas o no, que
en un futuro habrán de aclararse, aunque las críticas ya no se dejan esperar,
al extremo de que el CSIF, el sindicato mayoritario de los funcionarios,
denuncia al Ejecutivo en los tribunales por homicidio imprudente ya que “no
hicieron caso a las advertencias de la OMS ni acopio de material”. Por su parte
la oposición se queja de que el Ejecutivo les trata con desprecio y ninguneo,
denunciando como juego sucio el proceder de Sánchez, quien, eludiendo toda
autocrítica, en otra intervención televisada de una hora anunciaba que prorrogaba
la alarma hasta finales de abril y que después hará sucesivas ampliaciones, en
tanto que el PP exige que el Parlamento retome el control del Ejecutivo y la
Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se queja de que
“Madrid se ha sentido muy solo y el Presidente ni me contesta”. Este es el
ambiente que se respira cuando el Gobierno, dispuesto a afrontar una nueva
etapa en la lucha contra la pandemia, ya se prepara para adoptar nuevas
medidas, como confinar a los asintomáticos fuera de sus casas (en hoteles,
albergues u otras instalaciones), lo que, en principio requeriría un ingente
esfuerzo de aplicar test masivos (varios millones de ellos) para la detección
de los mismos, pidiendo al efecto a las CCAA que le hagan un inventario de
posibles recintos para alojarlos en medio de un debate sobre la legalidad o no
de la medida, pues en principio no podría obligar a un confinamiento fuera de
sus casas, por lo que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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viernes, 3 de abril de 2020
BATACAZO DEL EMPLEO
El mercado de trabajo
sufre en marzo un catastrófico batacazo sin precedentes, pues en solo catorce
días han sido arrasados nada menos que 834.000 puestos de trabajo (dos de cada
tres, trabajos temporales). Una caída histórica por el coronavirus que hace que
el número de parados en España se eleve a más de 3´5 millones, siendo Canarias,
Andalucía y Comunidad Valenciana las más golpeadas por este desastre laboral de
consecuencias impredecibles, en que sólo el sector turístico, motor de la
economía española, alerta ya de pérdidas de hasta 90.000 millones de euros. Pese
a los esfuerzos del Ejecutivo y su plan para proteger a los sectores más
vulnerables, en tan pocos días se han perdido tantos empleos como en los tres
meses y medio posteriores a la crisis de Lehman. Bruselas plantea un fondo de
100.000 millones para ERTEs, con créditos directos a los países afectados para
evitar despidos, mientras siete CCAA se oponen a la intervención de sus fondos
para el empleo por parte del Ejecutivo, que sólo informa de 620.000 afectados
por los ERTEs y acusa a las CCAA de no compartir información. Es, sin duda, el
peor dato de la historia y además la forma de contabilizar los ERTEs puede
disparar las cifras a cinco millones, mientras Trabajo “expropia” a las
autonomías el dinero para el empleo frente a la oposición de éstas y en el PP,
principal partido de la oposición, se quejan de que “Sánchez aún no ha
llamado”, anunciando que acudirán a una “mesa de unidad” frente al coronavirus si Moncloa le cita pero
no apoyará las medidas impuestas por Podemos, en tanto que Casado ya trabaja
con un “gobierno en la sombra” de ex ministros. Por su parte el Gobierno de
Sánchez lanza unilateralmente un plan (ya veremos cómo, quién y con qué se
paga) para proteger a los sectores más vulnerables, con medidas que benefician
a parados, inquilinos, pymes y autónomos (como suspensión de los desahucios y
créditos al 0% a los inquilinos; prohibición de cortes de suministros básicos
como luz, agua y gas; seguro de paro para trabajadores precarios y empleadas
del hogar; subsidio de 440 euros a quien no acceda al paro; ampliación de la
moratoria de hipotecas a oficinas y locales; moratoria en el pago de las
cotizaciones para los autónomos y de pago en los créditos para el consumo;
planes de pensiones rescatables si se necesita….) que al no ir acompañado de
una memoria económica genera incertidumbres sobre su viabilidad, con las
pertinentes frustraciones que ello generaría en la ciudadanía si no se pudiera
llevar a cabo, mientras el Ejecutivo ignora todas las advertencias de que el
“escudo social” que pretende generará más desempleo. En definitiva, un plan de
subsistencia ante el colapso que, al margen de las buenas intenciones, que
nadie duda, no acaba de agradar de forma palpable, pues las autonomías andan
descontentas al habérseles arrebatado 2.400 millones en fondos de formación,
los autónomos se quejan de que sólo se le ofrezcan moratorias y créditos que
luego tendrán que afrontar, etc etc, mientras otros acusan de que Iglesias ha
arrinconado a Calviño y su intento de controlar el déficit y el gasto tal como
exige la UE, anteponiendo la ideología a la difícil y dura recuperación que se
avecina. Pero Sánchez....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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