lunes, 30 de octubre de 2017

AVISO PARA NAVEGANTES


                        Dice Pablo Casado, vicesecretario del PP, que “el 155 es un aviso para navegantes en Cataluña y otras regiones” mientras el Gobierno toma el control de la Generalitat pese al desafío de Puigdemont que, una vez destituido, mantiene el pulso por la independencia y, haciendo caso omiso a su cese, ignora su destitución, compareciendo en TV3, que le sigue presentando como President de la Generalitat, para, como tal, dirigirse a los catalanes pidiéndoles “oposición democrática al 155”, un nuevo boicot del ex President que, en caso de proseguir, podría enfrentarle a un nuevo delito por usurpación de funciones que se sumaría a los, más que probables, delitos de desobediencia, malversación, prevaricación, sedición y rebelión. Por tanto la aplicación del 155 es incluso mucho más que un “aviso para navegantes” en aguas turbulentas antidemocráticas ya que además de ser cesados los gobernantes democráticamente, se enteren o no de ello, pueden dar con sus huesos en prisión durante una larga temporada. Y en esta toma de control, para restaurar la democracia en Cataluña y afianzarla en España, el Presidente del Gobierno español, delega sus funciones en la Vicepresidenta para dirigir y coordinar la operación, en tanto que sus ministros asumirán las competencias concretas que desempeñaban sus consellers homólogos cesados, quienes, con mayor o menor agrado, van asumiendo su realidad personal de destituidos. Así pues Santamaría y Montoro serán las piezas clave de la intervención en Cataluña para garantizar unas elecciones legales (y no chapuceras e ilegales como las de Puigdemont) con todas las garantías democráticas al amparo del 155 que ya venían preparando desde abril ante la deriva del Govern, hoy destituido. Ya de entrada Ferrán López, hasta ahora “número dos” de los Mossos (Zoido les ha dicho “os recuerdo vuestra obligación de obedecer”), releva en el cargo al cesado Trapero, quien, a diferencia de Puigdemont, ha asumido con normalidad su cese decretado por Zoido, el Ministro de Interior, a cuya disposición se ofrece López, asumiendo el control de los Mossos y dejando sin escolta a los exconsellers. Rajoy confía así en Santamaría para aplicar un 155 de “trámite” en la Generalitat, siendo piezas clave de la intervención ya iniciada el control de las cuentas, el de la Informática y el de la policía autonómica. Por otro lado los partidos secesionistas se inclinan finalmente por presentarse a las elecciones del 21-D, convocadas por Rajoy (la CUP había dicho que no se presentaría y que ese día lo convertirían en una jornada de paellas -pero ya ven, las palabras y las promesas se las lleva el viento…. y la pela, traducida en sueldos, es la pela- y los demás dudaban si presentarse o no), con lo que, despejada la incógnita, los líderes de ERC, PDeCAT (o PDeCUP, como más les guste) y la CUP se plantean ahora si conformar una lista única o cada uno por separado, mientras que en Podemos Pablo Iglesias desautoriza a los anticapitalistas podemitas (más afines con la CUP que con la confusa amalgama ideológica que convive en Podemos) que reconocieron la “república catalana”. Mientras tanto... (sigue leyendo en

sábado, 28 de octubre de 2017

QUE DECIDAN LOS CATALANES


                        Esperpéntico, se mire como se mire; estos dos últimos días hasta el desenlace final del totalitario “procés” soberanista, finiquitado ayer tarde, pasarán a la historia como paradigma de lo que un gobernante democrático jamás debe hacer. En efecto, justo anteayer, Puigdemont deja vía libre a la aplicación del artículo 155 de la Constitución negándose definitivamente a convocar elecciones autonómicas y trasladando al Parlament la posible declaración de independencia, mientras el Senado, donde el President se niega a ir para alegar lo que considerase oportuno y debatir al respecto, proseguía con el procedimiento para poner en marcha el artículo en cuestión, que tanto está dando que hablar, y permitir a Rajoy intervenir la Autonomía Catalana y restablecer la legalidad atropellada por el Govern. Así, en medio de una serie de especulaciones sobre qué sucedería finalmente, se va conociendo que Puigdemont, presionado por unos y otros para proseguir con su locura totalitaria o abjurar de ella, pretendía hacer el último chantaje al Estado de Derecho proponiendo determinadas exigencia a Rajoy a cambio de apearse del burro totalitario y convocar elecciones en Cataluña. Chantaje y exigencias que, obviamente son rechazadas por Rajoy, entre las que cabe citar la liberación de los Jordis (dirigentes de ANC y Omnium), la inmunidad judicial para presuntos delitos relacionados con el soberanismo, la salida de la guardia civil y refuerzos policiales que permanecen en Cataluña y la no aplicación del artículo 155, poniendo en evidencia su mentalidad totalitaria como si del Ejecutivo dependiera incluso el destino final de los ya encausados judicialmente. Y, ante la tajante respuesta de Rajoy, de que la única salida era “el retorno a la legalidad”, Puigdemont despeja por fin el asunto, anunciando cobardemente que dejaba en manos del Parlament la decisión de declarar la independencia. Atrás quedaban sus amagos de convocar elecciones si se suspendía el 155 y sus peticiones al gobierno trasladadas por Urkullu e Iceta, mientras en el Palau de la Generalitat un secesionismo dividido debatía sobre si se declaraba la DUI o se convocaban elecciones, con una Plaza de Sant Jaume repleta de gente, convocada para celebrar el anuncio de la independencia, quienes, ante los rumores de que el chapucero President optaba por lo segundo, gritaban sin cesar “Puigdemont traidor”, hasta que éste, frustradas sus expectativas totalitarias y tras retrasar tres veces su anunciada comparecencia para anunciar su definitiva decisión, se permitiera finalmente comparecer públicamente para aclararla al final: el Parlament decidiría al respecto. Finalizaba así una jornada caótica y vergonzante, mientras el Senado seguía tramitando el 155 y el conseller Santi Vila, el más crítico con la forma de pretender proclamar la independencia, dimitía de su cargo, evidenciando el malestar en el bloque independentista, que llegó a... (sigue leyendo en

jueves, 26 de octubre de 2017

HAY QUE TENER JETA


                        Después de estar deshojando la margarita sobre la comparecencia de Puigdemont en el Senado y hacerlo con absoluta intención de seguir choteándose de las instituciones democráticas del Reino de España (incluida la Generalitat de Cataluña), el President catalán decide a última hora no acudir a la Cámara Alta, donde se debate acerca de la aplicación del artículo 155 solicitada por el Gobierno de España, demostrando, una vez más, que el totalitario President no está por la labor de dialogar donde corresponde sino de seguir mareando la perdiz con el objetivo de imponer antidemocráticamente su santa voluntad y proclamar la independencia unilateral de Cataluña. Y, ante tan temeraria perspectiva, Junqueras asegura que no tienen más opción que proclamar la República de Cataluña de forma unilateral, mientras el secesionismo convoca a manifestarse contra la aplicación del 155, que pretende restaurar la democracia y la normalidad institucional en tierras catalanas. Y, como era de esperar, ante esta nueva vuelta de tuerca totalitaria, el PSOE vuelve a ponerse del lado del Gobierno, tras alejarse la posibilidad de que Puigdemont convoque elecciones, lo que para los socialistas sería suficiente gesto para aparcar la aplicación del 155, frente al criterio de PP y Ciudadanos que, a estas alturas del desafío, consideran que el límite está en garantizar la vuelta a la democracia sin ningún resquicio de dudas. Así liquidaba Puigdemont cualquier esperanza de regresar a la cordura democrática argumentando que no acudiría al Senado para hacer alegaciones porque “ya han decidido arrasar con el autogobierno en Cataluña”, como si no hubiera tenido demasiadas oportunidades para evitar la aplicación del 155, mientras los senadores independentistas de PDeCAT y ERC anunciaban acudir al amparo del Tribunal Constitucional, cuyas sentencias han pisoteado reiteradamente diciendo que no reconocen su autoridad, para que impida la aplicación del artículo. Hay que tener jeta, más que un cerdo con paperas, para burlarse así de tan Alto Tribunal, depreciándolo y desautorizándolo antidemocráticamente cuando sus resoluciones no son favorables a su locura independentista y acudiendo a él con la pretensión de que avale sus políticas totalitarias y les ampare en sus amenazas al Estado de Derecho, para, en caso contrario, alegar que es un tribunal politizado. Hay que tener jeta para amenazar con proclamar unilateralmente la independencia de Cataluña, frente al sentido común y el rechazo generalizado de cualesquiera instancias democráticas, tanto nacionales como internacionales, negándose a comparecer ante las Cortes Generales y a su vez apelar a aquellas instituciones con el único fin de seguir confundiendo a la ciudadanía y apelando a un victimismo inexistente, mientras Forcadell, la Presidenta del Parlament, se niega a que se vote la ruptura en la Cámara Catalana (sabe lo que se juega, si es que ya no se la ha jugado) y apela a la Asamblea de Electos; mientras los Comités de Defensa de la República, agitados por la CUP y la ANC, lanzan... (sigue leyendo en