Después de estar
deshojando la margarita sobre la comparecencia de Puigdemont en el Senado y
hacerlo con absoluta intención de seguir choteándose de las instituciones
democráticas del Reino de España (incluida la Generalitat de Cataluña), el
President catalán decide a última hora no acudir a la Cámara Alta, donde se
debate acerca de la aplicación del artículo 155 solicitada por el Gobierno de
España, demostrando, una vez más, que el totalitario President no está por la
labor de dialogar donde corresponde sino de seguir mareando la perdiz con el
objetivo de imponer antidemocráticamente su santa voluntad y proclamar la
independencia unilateral de Cataluña. Y, ante tan temeraria perspectiva,
Junqueras asegura que no tienen más opción que proclamar la República de
Cataluña de forma unilateral, mientras el secesionismo convoca a manifestarse
contra la aplicación del 155, que pretende restaurar la democracia y la
normalidad institucional en tierras catalanas. Y, como era de esperar, ante
esta nueva vuelta de tuerca totalitaria, el PSOE vuelve a ponerse del lado del
Gobierno, tras alejarse la posibilidad de que Puigdemont convoque elecciones,
lo que para los socialistas sería suficiente gesto para aparcar la aplicación
del 155, frente al criterio de PP y Ciudadanos que, a estas alturas del
desafío, consideran que el límite está en garantizar la vuelta a la democracia
sin ningún resquicio de dudas. Así liquidaba Puigdemont cualquier esperanza de
regresar a la cordura democrática argumentando que no acudiría al Senado para
hacer alegaciones porque “ya han decidido arrasar con el autogobierno en Cataluña”,
como si no hubiera tenido demasiadas oportunidades para evitar la aplicación
del 155, mientras los senadores independentistas de PDeCAT y ERC anunciaban
acudir al amparo del Tribunal Constitucional, cuyas sentencias han pisoteado
reiteradamente diciendo que no reconocen su autoridad, para que impida la
aplicación del artículo. Hay que tener jeta, más que un cerdo con paperas, para
burlarse así de tan Alto Tribunal, depreciándolo y desautorizándolo
antidemocráticamente cuando sus resoluciones no son favorables a su locura
independentista y acudiendo a él con la pretensión de que avale sus políticas
totalitarias y les ampare en sus amenazas al Estado de Derecho, para, en caso
contrario, alegar que es un tribunal politizado. Hay que tener jeta para amenazar
con proclamar unilateralmente la independencia de Cataluña, frente al sentido
común y el rechazo generalizado de cualesquiera instancias democráticas, tanto
nacionales como internacionales, negándose a comparecer ante las Cortes
Generales y a su vez apelar a aquellas instituciones con el único fin de seguir
confundiendo a la ciudadanía y apelando a un victimismo inexistente, mientras
Forcadell, la Presidenta del Parlament, se niega a que se vote la ruptura en la
Cámara Catalana (sabe lo que se juega, si es que ya no se la ha jugado) y apela
a la Asamblea de Electos; mientras los Comités de Defensa de la República,
agitados por la CUP y la ANC, lanzan... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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