domingo, 1 de octubre de 2017

SEDICIÓN Y REBELIÓN


                Desde que los gobernantes independentistas catalanes decidieron poner jaque mate a nuestro sistema constitucional, que algunos llaman “régimen del 78”, denigrándolo públicamente como si no fuera homologable con el resto de democracias europeas, una serie de politicastros, que tanto abundan en España, han vertido públicamente tal cantidad de barbaridades y mentiras que finalmente han calado en buena parte de la ciudadanía para mayor desprestigio de nuestro Estado de Derecho y, por ende, mayor beneficio para sus espurios objetivos. Por ello, cuando este acoso y derribo contra el Estado de Derecho es inminente y peligrosísimo, mientras muchos se preguntan si desde sus instituciones no se puede hacer algo más para parar el Golpe de Estado institucional secesionista, conviene hacer un acelerado esfuerzo pedagógico-político para que la ciudadanía conozca en toda su dimensión la situación y obre en consecuencia, pues de tanto repetir interesadas mentiras, va calando la idea de que los españoles, incluidos los catalanes, soportamos un Estado opresor, liberticida y casi dictatorial, en el que hasta proliferan los “presos políticos”, cuando, comparado con el resto de países de nuestro entorno europeo, sucede todo lo contrario, ya que si de algo adolece nuestro Estado de Derecho es precisamente de cierta debilidad en uno de los instrumentos esenciales para la defensa del ordenamiento constitucional, como es el Código Penal, casi al margen de afrontar con nitidez los gravísimos delitos de sedición y rebelión, que cometen quienes pretenden la liquidación del Estado y de su organización. En efecto, desde la reforma del Código Penal de 1995 del ex ministro socialista Juan Alberto Belloch, añadiendo a la redacción de dichos delitos el requisito de “violencia”, la aplicación de los mismos se hace más compleja que en la redacción anterior y en la de la República, con la que, sin lugar a dudas, los promotores de este golpe de Estado auspiciado desde las instituciones ya hubiesen sido procesados por dichos delitos, como sucedió al President Lluis Companys, procesado junto al President del Parlament, Joan Casanova, y.... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)

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