En este difuso, y a
veces confuso, entramado de competencias institucionales territoriales que
caracteriza nuestro Estado de las Autonomías, que tantos quebraderos de cabeza
nos viene dando a los españoles, y en la necesaria adaptación a las exigencias
de la UE en materias como la libre competencia y la eliminación de monopolios,
cabe enmarcar la desmadrada “guerra del taxi”, que tanto daño está causando a
la población. Sería prolijo por mi parte, y además no es éste el espacio
adecuado, hacer un análisis pormenorizado de un problemón añejo, no de hace
cuatro días, y, por tanto, no cabe entrar en las consecuencias de la aplicación
de la famosa ley española 25/2009 de 22 de diciembre, conocida como “Ley Ómnibus”,
liberalizando, entre otras cosas, la concesión de licencias de VTC, que
desembocó en decenas de miles de ellas entre 2009 y 2013, ni en la posterior
modificación de dicha ley intentando frenar las concesiones, muchas de ellas
otorgadas a través de resoluciones judiciales como es de ley en un Estado de
Derecho. Por tanto sólo trato de resaltar la incompetencia irresponsable de
nuestros gobernantes, incapaces de resolver un conflicto de intereses entre
taxistas y VTC, justificando su inoperancia al respecto en las competencias
territoriales (estatales, autonómicas y municipales) mientras se atropellan
derechos fundamentales de los ciudadanos que, desamparados, son los que pagan
definitivamente las consecuencias de tamaña irresponsabilidad. En efecto, al
margen de quien tenga delegadas las licencias de VTC y taxi, que son
competencia estatal y de aplicación nacional aunque las otorguen las CCAA por
delegación del Estado, el Gobierno de España no puede ni debe quitarse el
muerto de encima y mirar a otro lado, ante problemas tan graves de orden
público o huelgas salvajes, sin ni siquiera establecer servicios mínimos, como
viene sucediendo con el colapso de Madrid y Barcelona tras la toma y bloqueo
por parte de los vehículos de las principales arterias impidiendo la libre
circulación de las personas. La Castellana madrileña y La Diagonal barcelonesa,
tomadas literalmente por los taxis y bloqueadas, suponen un conflicto que
trasciende las legítimas reivindicaciones de taxistas y conductores de VTC, que
no tienen derecho alguno a impedir el libre tránsitos y la movilidad de los
ciudadanos españoles, que no pueden ni deben depender de las concretas y
caprichosas decisiones de entes territoriales, ni, menos aún, de las
politizadas reyertas de los distintos niveles de la Administración. En
definitiva, Torra transige con los taxistas, que levantan el asedio en La
Diagonal de Barcelona, y provoca ahora el de los conductores de VTC, mientras
el madrileño Garrido no lo hace y prosigue el asedio de los taxistas, que
abogan ahora por que actúe al respecto como ha hecho el mandatario catalán….. y
el Ministerio de Fomento no dice ni esta boca es mía. Al final, mientras los
taxistas acosan la sede del PP, hay una amenaza de ERE en las VTC de Barcelona,
que dejaría a miles de trabajadores en la calle, iniciándose despidos masivos
en Uber y Cabify, se conoce que el...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 30 de enero de 2019
domingo, 27 de enero de 2019
MANIQUEÍSMO POLÍTICO INDECENTE
La caótica crisis
venezolana pone en evidencia, una vez más, el uso irresponsable de un
maniqueísmo político indecente tanto en España como en otros países, lo que
debiera causar la repulsa global por parte de todos los demócratas del mundo.
En efecto, las dictaduras, sean del signo que sean, son intrínsecamente
repudiables, y la de Maduro lo es sin lugar a dudas. No cabe pues el argumento
maniqueo de dictaduras buenas y malas, todas son malas y algunas pésimas, por
lo que no cabe ponerse de lado ante ellas ni esgrimir ambigüedades sobre el
apoyo incondicional a los pueblos que las sufren, como es el caso del pueblo
venezolano que, tras apostar decididamente por la libertad en unas elecciones
medianamente decentes, ve restringida y desautorizada su Cámara Legislativa, su
Parlamento democrático, por el mero capricho del dictador que no acepta lo que
el pueblo ha decidido, y, ante ello precisamente, su legítimo Presidente, Juan
Guaidó, viendo la imposibilidad de otras vías de transición democrática y como
Presidente legítimo de la legítima Asamblea Legislativa, se autoproclama
Presidente interino del país, frente al ilegítimo Presidente Maduro, con el
propósito, claro y conciso, de convocar inmediatamente unas elecciones, creíbles
y contrastadas democráticamente, en las que el pueblo pueda decidir
definitivamente su propio destino en plena libertad. Y, ante semejante hecho,
sólo cabe ponerse de su parte de forma incondicional, pues, aunque no sea el
cauce habitual de elegir al Jefe del Estado y del Gobierno, es el único cauce
pacífico y aceptable que permite una transición hacia la libertad y la
democracia. Sin embargo, no todos están por la labor de reconocerlo, con lo que
algunos gobiernos y partidos políticos, tal como se esperaba, prefieren
utilizar indecentes escusas para evitar la caída del régimen dictatorial, por
considerarlo afín o más acorde a su ideología de izquierdas, cuando serían los
primeros en repudiarlo si se tratara de un régimen dictatorial de derechas; es
decir, aplican el maniqueo e indecente principio de dictaduras buenas y malas.
Así, tras EEUU, el primer Estado en respaldar a Guaidó y reconocerlo como
Presidente, provocando con ello que Maduro rompa relaciones diplomáticas con la
Administración Trump, mientras ordena detener a Guaidó, las reacciones de otros
países no se han hecho esperar. En el Continente Americano respaldan a Guaidó como
legítimo mandatario EEUU, Canadá, Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Paraguay,
Honduras, Guatemala, Panamá, Ecuador, Chile y la OEA; se decantan por Maduro
Cuba, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y Bolivia; y se mantienen
neutrales Méjico y Uruguay; y fuera del Continente Americano, cabe destacar el
reconocimiento de Guaidó por el Reino Unido, la neutralidad de Portugal y el
apoyo a Maduro de Rusia, China y Siria; mientras la UE, más reticente y
cautelosa, pide..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 23 de enero de 2019
NUEVO PP; NUEVO PODEMOS; NUEVO….
Sin
lugar a dudas los partidos políticos de ámbito nacional, tras los errores
cometidos y el pertinente descrédito acumulado, intentan lavarse la cara ante
los comicios que se avecinan, intentando vender una nueva imagen. Así, a la ya
manifiesta transformación del PSOE, dando lugar al nuevo PSOE de Sánchez, que
poco tiene que ver con el PSOE que protagonizó la Transición, se suma ahora el
nuevo PP de Casado y, ¡quién sabe!, si también, el nuevo Podemos de Errejón, de
Iglesias, de Carmena, de Colau….o vaya usted a saber de quien, con el nombre de
Adelante Andalucía, Mas Madrid, Compromís, Mareas, Barcelona en Comú…..o vaya
usted a saber con qué nombre, pues son tantas sus marcas de camuflaje
territorial que nadie sabe en qué acabará al final si quiere ser referente de
todos los españoles amantes del populismo callejero transversal, como dicen
ellos, en vez de un partido de izquierdas tradicional. En efecto, estos nuevos
partidos transformados, que no partidos nuevos (salvo Ciudadanos, que parece no
apostar de momento por la transformación de imagen ante su progresiva ascensión
en términos de votos) buscan en el manido “cambio” una lógica renovación para
adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias de la cambiante sociedad
española, aunque no se sabe bien si lo hacen para bien o para mal de cara al
futuro, pues el cambio, obviamente, puede ser a peor o a mejor, y no pocas
veces se tiene la sensación de que es esto último lo que prevalece.
Por
un lado el PP cierra su Convención con una llamada a recuperar la confianza de
los votantes de Vox, y Casado, su nuevo líder, utiliza, al efecto, su discurso
más duro para proclamar el regreso del “PP verdadero”, como si el de los
últimos tiempos hubiera sido falso, y llama a los votantes a rechazar copias,
mientras presenta su hoja de ruta para llegar a La Moncloa, que va desde reinstaurar
el orden en Cataluña hasta una revolución fiscal sin precedentes, ofreciendo un
“contrato liberal” para regresar de nuevo a ese autoproclamado “PP verdadero”
con un discurso entusiasta de autoafirmación ideológica con el objetivo de
“unir el voto para unir a los españoles de nuevo” y con la promesa de que, si
llega a La Moncloa, apostará por “menos poder político y más libertad”. En
definitiva, un decálogo ideológico-programático basado en.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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domingo, 20 de enero de 2019
GANAR MADRID, NO ASALTAR EL CIELO
A la pareja
Iglesias-Montero, líderes de IUPodemos por la gracia de Dios, le crecen los
problemas sin lugar a dudas, mientras, desde su lujoso chalet, situado en las
entrañas de la “casta”, va renunciando al sacrosanto objetivo de “asaltar el
cielo”, que tanto jaleaba el patriarca desde su humilde pisito de Vallecas
cuando se autoproclamaba como indiscutible líder del proletariado decimonónico,
y se conforma ahora, lo que no es poco, con intentar ganar Madrid (será por
aquello de que “de Madrid al cielo”) y, al efecto, busca el mayor número de
votos en los próximos comicios, como hace cualquier otro líder de cualquier
otro partido político burgués. Y es que Iglesias desde que perdiera el contacto
diario y cotidiano con los trabajadores vallecanos, dándoles los buenos días,
las buenas tardes y las buenas noches a los vecinos de abajo en la escalera, y
desde que se hiciera único e intocable líder del populismo podemita tras
relegar de la dirección del partido, al resto de sus cofundadores (Bescansa,
Alegre, Monedero, Urban, Errejón….), no levanta cabeza ni a nivel interno ni
externo, porque, seguramente tal como decía, no es compatible ser líder radical
de los trabajadores y de las clases más humildes y vivir en lujosas moradas
adosadas a las de la indecente “casta” política y económica, ni se lleva ya en
las burguesas democracias europeas carismáticos liderazgos absolutistas
poseedores universales de la verdad absoluta. Así las cosas, la batalla por
Madrid enfrenta a Iglesias y Errejón, su “número dos” en Podemos hasta que el
Jefe decidiera sustituirlo por Irene Montero, su compañera y madre de sus
hijos, pues éste, siendo candidato podemita a presidir la Comunidad Madrileña,
decide renunciar a la lista de Podemos para encabezar la de Más Madrid,
plataforma electoral de la alcaldesa Carmena, quien, presume de no ser de
Podemos, aunque detenta el cargo gracias a dicho partido (y al PSOE), y se
niega a encabezar su lista (no quiere imposiciones ni manejos), provocando que
Podemos, ante el temor a perder, no presente lista municipal y se ponga a las
órdenes de la alcaldesa, quien además decide fichar a Errejón para que encabece
su lista para la Comunidad en vez de la de Podemos, tal como estaba asignado.
Pero Iglesias no está decidido a tragar con tamaña osadía de Carmena y Errejón
(bastante tiene con tragarse la lista municipal de la alcaldesa) y anuncia que
Podemos sí presentará lista propia para la Comunidad de Madrid, dándose la
paradoja de que Más Madrid (el tándem Carmena-Errejón) será la idónea opción de
Podemos en Madrid-ciudad y a su vez la perversa y enemiga opción a batir en la
Comunidad de Madrid. En definitiva, Errejón, se rebela contra el absolutismo de
Iglesias y provoca la fractura, una más, en Podemos, dejando a su líder
Iglesias “tocado y triste” mientras desprecia al cofundador de la formación con
el argumento de que “Íñigo no es Manuela” (es decir, hay que tragar con ella,
pero no con él) tras abandonar éste las listas podemitas para presentarse en
las listas carmenitas de Más Madrid, el movimiento de la alcaldesa. Un cisma
total en el quinto aniversario de la fundación de Podemos, que deja al
cofundador Errejón al borde de la expulsión, esperando que el “ex número dos”
entregue su acta de diputado, mientras la alcaldesa consuma su pulso al líder
morado fichando a Errejón y retando al partido a que presente también lista
alternativa a su plataforma en Madrid, con lo que el descalabro sería
mayúsculo, o a que se someta a su antojo apoyando su personalísima lista. Y en
medio de tan incomprensibles contradicciones, la dirección de Podemos considera.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 16 de enero de 2019
LAS CUENTAS Y LOS CUENTOS
En pleno año electoral
donde los haya el Gobierno, para no ahogarse definitivamente, busca a toda
costa que, al menos, se aprueben las cuentas del Estado y haya Presupuestos,
asunto todavía no resuelto dado que el variopinto paisaje político que le
prestó sus diputados únicamente para que triunfara la moción de censura y se
echara a Rajoy del Gobierno, una vez conseguida la proeza de echar a la derecha
del poder, casi ninguno de los partidos que le apoyaron (de distintos colores e
ideologías, algunas hasta antagónicas) está dispuesto a apalancar a tan
minoritario Gobierno de Sánchez (jamás existió otro con menos apoyos en la
Cámara) y, en todo caso, le venden bien caro seguir prestándole sus escaños
para salir de tan irresponsable trance. De momento pues las cuentas siguen en
el aire, el Gobierno en precario y los aliados coyunturales del mismo
frotándose las manos para ver qué pueden sacar de tan incomprensible situación,
mientras para edulcorarla un poco aparecen demagógicos cuentos sobre las poco
creíbles cuentas. Como prueba de ello María Jesús Montero, la Ministra de
Hacienda, sostiene que “estos Presupuestos son el mejor antídoto contra la
extrema derecha”, mientras Sánchez, el Presidente de Gobierno, reta a la
oposición, es decir a PP, Cs y Vox (los demás partidos son sus insólitos socios-oposición
circunstanciales), diciéndoles “que esperen sentados, vamos a gobernar hasta
2020”, apelando a las medidas sociales para insistir a ERC y PDeCat que
abandonen su “monólogo” (reconoce así que de diálogo nada de nada) y que voten
“sí” a los Presupuestos más expansivos desde la época de ZP y, sin reparar en
su propio ejemplo (apoyándose en Bildu y en el secesionismo más radical y
totalitario), desprecia los pactos cerrados en Andalucía aludiendo a Casado y
Rivera como los “voxoneros” de la política española, lo que por analogía le
convertiría a él en el “podemitero” y “secesionismero” de la política española,
es decir, en el “puigdemontero” de la política catalana y el “otegiero” de la
política vasca. Lo cierto es que, dejando a un lado los cuentos y yendo a las
cuentas, los Presupuestos aprobados por el Gobierno elevan sustancialmente el
gasto social (son los más expansivos desde el 2010) y proponen inversiones
desorbitadas en Cataluña (disparando un 66% la inversión en infraestructuras en
dicha Comunidad y prometiendo que todavía hay “margen de mejora”), que se
convierte en la Comunidad que más inversión recibirá, mientras todo ello supone
endeudar más al Estado en otros 35.000 millones…..que, obviamente, habrá que
pagar después y en una época de probable recesión económica según apuntan los
analistas. Y, obviamente, ante tamaña expansión del gasto, hay que elevar los
ingresos a base de subidas de impuestos (la mayor desde 2012 y no se descartan
otras). No en vano surgen las críticas en el sentido de que estos Presupuestos
son demagógicamente electoralistas (ficticio gasto social desorbitado) y riegan
de millones al separatismo para obtener su apoyo (2.251 millones a cambio de un
“sí” de los secesionistas). Y mientras la Abogacía del Estado rectifica al..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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sábado, 12 de enero de 2019
EL CAMBIO EN ANDALUCÍA
Como era de esperar,
salvo que algún partido hubiera querido hacerse el harakiri, asunto improbable
donde los haya, en Andalucía se consolida un cambio político, mayoritariamente
votado por los andaluces ya que hasta IUPodemos así lo proponía durante la
campaña; y dicho cambio histórico, tras cuatro décadas de gobierno socialista
sin alternancia política porque así lo decidieron los andaluces durante nuestra
ya no tan joven democracia, se consigue ahora gracias a un rocambolesco acuerdo
entre tres enemigos íntimos (PP, Ciudadanos y Vox), dentro del amplio espectro
de la derecha política española, incapaces de sentarse para negociar, por lo
que el PP ha tenido que negociarlo por separado con Ciudadanos y con Vox, al
igual que en su día el PSOE intentó hacerlo con Ciudadanos y Podemos para la
frustrada y frustrante investidura de Sánchez, ya que en aquella ocasión el
pacto no prosperó por la tozudez de los podemitas en no respaldar ni siquiera
la investidura socialista, permitiendo que, finalmente, siguiera gobernando la
derecha, hasta la posterior moción de censura a Rajoy. En esta ocasión, Vox no
ha querido imitar la anterior tozudez de Podemos y, permitiendo la investidura
de los populares, posibilita la alternancia política en Andalucía, tras
constatar que, en caso de abortarse el pacto, Podemos ya ofertaba la
continuidad del gobierno socialista aunque, eso sí, con la flecha envenenada
para los socialistas de que no fuera Susana Díaz la presidenta, buscando así
matar dos pájaros de un tiro: poder vender el “cambio” prometido en la campaña
con esta especie de cambio a medias (si a los socialistas pero no a Susana) y a
la vez ahondar en las rivalidades internas del PSOE entre Susana y Pedro. Así
las cosas, el PP asume parte del discurso de Vox mientras éste retira buena
parte del órdago radical inicial y Ciudadanos, tras pactar con PP un pacto
minoritario de gobierno, como en su día hiciera con el PSOE, deja la
responsabilidad de la gobernabilidad a otros, aplicando el refrán de las lentejas…..”si
quieres, las tomas; y, si no, las dejas”. Los juegos malabares salieron ahora
bien a sus protagonistas y, de momento, PP y Cs toman el control de la Junta
con un gobierno de coalición: Juan Manuel Moreno Bonilla del PP será el
Presidente y Juan Marín de Ciudadanos el Vicepresidente, mientras Susana retira
su candidatura tras el acuerdo y se convierte en la Jefa de la oposición. El
pacto del PP por separado con Ciudadanos y Vox ha dado sus frutos….y ahora a
esperar el desarrollo de la gobernabilidad andaluza. Los populares aceptan la
agenda reformista de Ciudadanos, como, entre otras cosas, suprimir aforamientos
o la dimisión forzosa de los imputados por corrupción, y conquistan Andalucía
sin ceder al “órdago” de Vox, que consigue la foto del acuerdo con el PP, pero
no con Ciudadanos, y rebaja su órdago radical, renunciando, entre otras cosas,
a la deportación de inmigrantes o a la derogación de las leyes de violencia de
género e igualdad. Así nace este histórico Gobierno andaluz del “cambio”, cuya
investidura se realizará en breve, con el que Andalucía experimenta, como ya
han hecho el resto de CCAA, por vez primera la lógica y saludable alternancia
gubernamental que revitaliza la democracia. Ahora, toca gobernar, pasar de las
promesas a los hechos. Y mientras...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 9 de enero de 2019
LÍNEAS ROJAS Y CORDONES SANITARIOS
La gobernabilidad de
Andalucía, la estabilidad del Gobierno de Sánchez y el “procés” independentista
ponen en evidencia el uso torticero que hacen nuestros políticos en general
sobre “las líneas rojas” y los “cordones sanitarios” con meros intereses
electoralistas y no con profundas convicciones de fortalecer la democracia.
Cabe pues aclarar, para que nadie se lleve a engaño, que en términos
democráticos ni caben previas y genéricas líneas rojas ni cordones sanitarios contra
ninguno de los partidos legalmente constituidos, dado que, tras comparecer en
las elecciones, tanto sus programas como sus escaños tienen idéntico valor
democrático y quedan a expensas exclusivamente del juego de mayorías
parlamentarias o no para convertir las propuestas en leyes o rechazarlas
políticamente por razones ideológicas. Sin embargo, sí caben líneas rojas y
cordones sanitarios en términos democráticos cuando se toman decisiones
gubernamentales desde las instituciones contraviniendo la legalidad vigente o
atentando contra los derechos humanos avalados por la Constitución, pero jamás
contra las propuestas al respecto por anticonstitucionales que sean siempre que
el procedimiento para convertirlas en mayoritarias con aspiración de
convertirlas en leyes sea constitucionalmente contemplado y no contra lo
establecido, requiriendo obviamente una previa reforma constitucional para
darles legitimidad democrática. Cuestión distinta son las líneas rojas, que no
los cordones sanitarios, en términos políticos a propuestas programáticas o
proyectos ideológicamente antagónicos, que, en todo caso, si no se
establecieran afectaría estrictamente a la credibilidad del partido o partidos
afectados ante sus electores que son siempre quienes tienen la última palabra
en democracia. Por tanto, ni caben líneas rojas contra los diputados de extrema
izquierda o extrema derecha, ni contra los secesionistas o populistas, ni caben
cordones sanitarios contra los partidos que les presentaron para representar a
los ciudadanos españoles, pues una vez conseguidos los escaños todos han de
tener idéntica legitimidad democrática y todos representan por igual al pueblo
español, al margen de que sus opciones sean mayoritarias o minoritarias. Sí
caben líneas rojas, que no cordones sanitarios, tanto democráticas como
políticas, a propuestas claramente antidemocráticas, a decisiones
gubernamentales anticonstitucionales o a procedimientos ilegítimos no
establecidos en la Constitución que atentan contra la solidez de la democracia.
Dicho lo anterior, ni procede la previa negativa de Ciudadanos a sentarse a
dialogar con Vox para conformar un pacto de gobierno en Andalucía, ni procede
el mantenimiento del diálogo por parte del Gobierno de España con el
secesionismo radical sin previa renuncia a actuar al margen de la legalidad
democrática establecida cuando el Govern de la Generalitat exige reiteradamente
que el Gobierno de España actúe de forma ilegal para garantizarle sus
totalitarios objetivos a cambio de su apoyo. Sí procede que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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domingo, 6 de enero de 2019
EL LABERINTO POLÍTICO ANDALUZ
Tras la euforia inicial
de PP, Cs y Vox, y el lógico descontento de PSOE y Podemos a causa de los
resultados electorales andaluces, se impone una realidad tozuda pues, tanto a
unos como a otros, les obliga a tomar decisiones no siempre agradables, ya que,
al no obtener nadie mayoría suficiente, les obliga a optar entre las diversas
posibilidades de pactos de gobierno si no se quiere volver a repetir elecciones
para no quedar como responsables de la ingobernabilidad. Y es que la irrupción
de Vox y la ya presencia en la Cámara andaluza de Podemos, las dos opciones
radicales de extrema derecha y de extrema izquierda, complica los pactos
mayoritarios de opciones moderadas entre PSOE, PP y Cs, que quieren mantener su
apariencia de anticontaminación frente a los extremismos, mientras son
incapaces entre ellos de buscar un proyecto mayoritario de gobierno dejando a
Vox y Podemos al margen del mismo. De entrada, la presión de Vox abre fisuras
considerables en PP y Ciudadanos, pues ambos se enfrentan a críticas internas,
aunque públicamente utilizan distinto tono ante las lógicas exigencias de
Abascal, que, de entrada, se niega a ser ninguneado por Casado y Rivera. Y como
señuelo principal de la discordia, la violencia de género, utilizada por unos y
otros como arma política arrojadiza. Vox pide la abolición de las medidas
contra la violencia machista, alegando que quiebran la igualdad de sexos, y el
PP le ofrece dar ayudas tanto a hombres como a mujeres por la violencia
doméstica, planteando ampliar la cobertura a todas las víctimas (incluidos
niños, ancianos y varones agredidos por mujeres), mientras Ciudadanos se niega
a cambiar lo firmado con el PP, por lo que Casado sitúa el asunto fuera del
pacto con Rivera y ofrece negociarlo tras la investidura……y por su parte PSOE y
Podemos ponen el grito en el cielo porque se intente pactar con la “extrema
derecha”. Un laberinto político andaluz de difícil salida con todos los
partidos mirando de reojo a los próximos comicios europeos, autonómicos y
locales (y quién sabe si también generales) a celebrar en 2019. No obstante, PP
y Cs, mantienen sonrientes sus contactos para abordar la estructura del nuevo
Gobierno de Andalucía, olvidando los problemones que les está causando Vox ya
que descartan que fuerce otras elecciones y creen que Abascal va de “farol”,
mientras Susana Díaz, cuyo gobierno no activó la comisión para combatir el
maltrato a la mujer, aprovecha lógicamente la crisis y anuncia que se
presentará a la investidura al haber sido su candidatura la más votada. Y
mientras Casado se acerca al discurso de Vox para neutralizarlo, Abascal rebaja
su órdago insensato tras proponer el PP “aceptar a todas las víctimas de
violencia doméstica, con independencia del sexo”, lo que hace pensar que PP y
Vox se disponen a dejar al “margen” la violencia de género para pactar,
emplazándose a una reunión el martes. Entretanto, Casado pide que no se
politicen las agresiones se “llamen como se llamen”; el naranja Villegas “no
cree en los cordones sanitarios” ya que los pactos entre constitucionalistas se
alejan por la “radicalización” del PSOE de Sánchez; y los de Abascal exigen
reunirse con Ciudadanos, a lo que los naranjas no están dispuestos. Y en medio
de este.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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jueves, 3 de enero de 2019
DESMEMORIA HISTÓRICA
En plena efervescencia
de la polémica desatada por la exhumación de Franco basada en la Ley de Memoria
Histórica, que, por cierto, en el pertinente proceso judicial paralizará el
Tribunal Supremo si se hiciera mediante una ley de “caso único”, mientras el
prior del Valle de los Caídos rechaza exhumar al dictador en un escrito al
Gobierno, contrasta la evidente desmemoria histórica de Pedro Sánchez, como
Presidente de Gobierno y como Secretario General del PSOE, con el pasado
sangriento y totalitario de ETA al no inmutarse ante el indecente brindis de Idoia
Mendía, Secretaria General socialista del País Vasco, con Arnaldo Otegi, coordinador
general de EHBildu, heredero de las esencias etarras. Es más, hasta el senador
socialista por Vizcaya, Tontxu Rodríguez, justifica la dichosa foto del
insolente brindis diciendo que es “una forma de dar normalidad” a las
relaciones políticas aunque con dicha imagen “algunos pretenden realmente hacer
daño” y “aprovechan para tapar otras cuestiones que no interesa que salgan”.
Pero obviamente todo el PSOE no comulga con semejantes ruedas de molino, pues
no se entiende que, mientras se actúe de forma urgente y radical, de forma unilateral
y sin consensuarlo con otras fuerzas políticas, contra los vestigios del
totalitarismo franquistas, se sea tan comprensible y se mire a otro lado ante
los vestigios del totalitarismo violento de ETA. Si el senador citado considera
que es para normalizar las relaciones políticas ¿cómo se entiende que se revuelvan
hechos de un pasado mucho más lejano y que ya lleva normalizado varias décadas?
Al menos, ambos asuntos, como mínimo, debieran tener idéntica repulsa en la
memoria histórica. No extraña pues que la cena con Otegi, calificada por
algunos como “cena de la vergüenza”, repugne a muchos demócratas españoles,
incluidos algunos socialistas destacados, como Rodríguez Ibarra, quien se
pregunta públicamente “¿en qué pensaba Mendía al brindar con Otegi? ¿en Múgica?
¿en Buesa? ¿en Casas? ¿en Lluch?” para concluir que “Mendía ha pisoteado la
memoria de todas las víctimas de los compañeros de terror de Otegi”, y, ante
tan inexplicable desmemoria histórica, avalada por el silencio cómplice de las
altas instancias del PSOE, denuncia que “no hay una sola razón para que
dirigentes del PSOE mantengan ese silencio atronador ante esta ofensa”.
Mientras tanto, según SigmaDos, la irrupción de Vox da una amplia mayoría al
centroderecha, pues PP, Ciudadanos y el partido de Abascal sumarían hoy, en
caso de elecciones, al menos 179 escaños, mientras el PSOE, que sería el más
votado (como en Andalucía) no aprovecha el hundimiento de Podemos; los
resultados serían: PSOE 22´6% de votos y entre 92-96 escaños; PP, 19´2% y
70-74; Ciudadanos, 18´8% y 66´70; UPodemos, 15´8% y 45-47; Vox, 12´9% y 43-45;
ERC, 3´6% y 12-14; PNV, 1´2% y 6; PDeCat, 1% y 2-4; y el 4´9% restante
repartido entre otros partidos, entre ellos Bildu. Y, según NCReport, más del
70% de españoles pide que se convoque elecciones generales ya, la mayoría
considera que la situación de España es peor desde que gobierna Sánchez, el 63´7%
apoya...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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