domingo, 27 de enero de 2019

MANIQUEÍSMO POLÍTICO INDECENTE

                        La caótica crisis venezolana pone en evidencia, una vez más, el uso irresponsable de un maniqueísmo político indecente tanto en España como en otros países, lo que debiera causar la repulsa global por parte de todos los demócratas del mundo. En efecto, las dictaduras, sean del signo que sean, son intrínsecamente repudiables, y la de Maduro lo es sin lugar a dudas. No cabe pues el argumento maniqueo de dictaduras buenas y malas, todas son malas y algunas pésimas, por lo que no cabe ponerse de lado ante ellas ni esgrimir ambigüedades sobre el apoyo incondicional a los pueblos que las sufren, como es el caso del pueblo venezolano que, tras apostar decididamente por la libertad en unas elecciones medianamente decentes, ve restringida y desautorizada su Cámara Legislativa, su Parlamento democrático, por el mero capricho del dictador que no acepta lo que el pueblo ha decidido, y, ante ello precisamente, su legítimo Presidente, Juan Guaidó, viendo la imposibilidad de otras vías de transición democrática y como Presidente legítimo de la legítima Asamblea Legislativa, se autoproclama Presidente interino del país, frente al ilegítimo Presidente Maduro, con el propósito, claro y conciso, de convocar inmediatamente unas elecciones, creíbles y contrastadas democráticamente, en las que el pueblo pueda decidir definitivamente su propio destino en plena libertad. Y, ante semejante hecho, sólo cabe ponerse de su parte de forma incondicional, pues, aunque no sea el cauce habitual de elegir al Jefe del Estado y del Gobierno, es el único cauce pacífico y aceptable que permite una transición hacia la libertad y la democracia. Sin embargo, no todos están por la labor de reconocerlo, con lo que algunos gobiernos y partidos políticos, tal como se esperaba, prefieren utilizar indecentes escusas para evitar la caída del régimen dictatorial, por considerarlo afín o más acorde a su ideología de izquierdas, cuando serían los primeros en repudiarlo si se tratara de un régimen dictatorial de derechas; es decir, aplican el maniqueo e indecente principio de dictaduras buenas y malas. Así, tras EEUU, el primer Estado en respaldar a Guaidó y reconocerlo como Presidente, provocando con ello que Maduro rompa relaciones diplomáticas con la Administración Trump, mientras ordena detener a Guaidó, las reacciones de otros países no se han hecho esperar. En el Continente Americano respaldan a Guaidó como legítimo mandatario EEUU, Canadá, Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Paraguay, Honduras, Guatemala, Panamá, Ecuador, Chile y la OEA; se decantan por Maduro Cuba, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y Bolivia; y se mantienen neutrales Méjico y Uruguay; y fuera del Continente Americano, cabe destacar el reconocimiento de Guaidó por el Reino Unido, la neutralidad de Portugal y el apoyo a Maduro de Rusia, China y Siria; mientras la UE, más reticente y cautelosa, pide..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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