viernes, 29 de septiembre de 2023

FEIJÓO PIERDE, PERO GANA

                          Tras el debate de investidura cabe concluir que, como ya se sabía, el candidato Feijóo lo ha perdido (178 noes, 172 síes), pues es la consecuencia lógica desde que el bloquismo político populista se instaló en España con aquel famoso “no es no” de Sánchez a Rajoy, y, por tanto el líder popular no será Presidente del Gobierno, pero ha ganado sin lugar a dudas, pues son tantas las incongruencias, incoherencias, mentiras o cambios de opinión, cinismos, contradicciones, hipocresías y sinrazones instaladas en el bloque de Sánchez para dificultar la alternancia política que al candidato popular le ha sido fácil durante el debate retratarse a sí mismo y, sobre todo, retratar al resto de los políticos y grupos parlamentarios. En efecto, para comenzar, el líder popular comparecía en el Congreso señalado con críticas descalificadoras personales por parte del bloque defensor del Gobierno Frankenstein en funciones con el PSOE de Sánchez a la cabeza, que, de entrada, le negaba la legitimidad como candidato tras haber ganado las elecciones, acusándole de hacer perder el tiempo por no contar previamente con una mayoría parlamentaria suficiente para ser investido y adjudicándole además falta de liderazgo en su propio partido. En definitiva, cínicas descalificaciones fácilmente desmontables si comparamos, por ejemplo, este intento de investidura fallido con la investidura fallida de Sánchez en 2019, que pone en evidencia la demagogia más hipócrita, el cinismo más descarado y la incoherencia más reprobable. Vean si no: en aquella ocasión el candidato Sánchez como ganador de las elecciones se presentaba con el apoyo de 123 diputados y era líder de un partido roto tras su propia desobediencia a los órganos dirigentes del mismo, y nadie le cuestionó ya que era el pírrico vencedor de los comicios, ahora Feijóo se presentaba con sus 137 diputados tras ganar las elecciones y se le reprocha no tener mayoría absoluta y aceptar, como Sánchez hizo en su día, el encargo del Rey para intentar formar Gobierno; en aquella ocasión la investidura del candidato Sánchez obtenía en el Congreso 124 votos a favor (los suyos y uno más del PRC), y nadie le acusó de soledad, ahora el candidato Feijóo obtiene 172 síes (los suyos más los 33 de Vox, uno de UPN y otro de CC) y sí es acusado de soledad política absoluta y de elegir malos compañeros de viaje. ¿Alguien puede explicar por qué Sánchez no hacía perder el tiempo a nadie presentándose a la investidura fallida con 124 apoyos y Feijóo sí hace perder el tiempo cuando se presenta con 172 apoyos (sólo a cuatro de la mayoría absoluta), o por qué él no estaba sólo y aislado y el líder popular sí lo está? Es obvio que no hay explicación alguna, salvo que estemos jugando al más cutre cinismo populista, que sólo busca engañar a la ciudadanía para conseguir apoyos como sea. Pero es que además, con idéntico cinismo, ahora se descalifica al candidato popular por pactar con Vox a cambio de nada para formar un gobierno monocolor, mientras se avala al candidato socialista para que, buscando apoyos “hasta debajo de las piedras”, intente conformar un gobierno de coalición multicolor (sólo en Sumar hay más de una docena de partidos, a la greña entre ellos y contra el propio PSOE) a cambio de ceder a todos los chantajes habidos y por haber por parte de los radicalismos del más rancio nacionalismo secesionista, sea de izquierdas o de derechas y a la vez, pues caben ambos en el mismo cesto. ¿Es esto razonable y democrático? ¿Alguien puede explicar que se haga un cordón sanitario a Vox y no se le haga a Bildu, que no condena los asesinatos de ETA, de donde procede, y homenajea a los asesinos condenados? ¿Quién explica que, en todo caso, el cordón sanitario, si es que ha de aplicarse, no se aplique a Junts, cuyo líder anda fugado de la Justicia, o a ERC, cuyos dirigentes condenados por haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, alardean, como los de Junts, de que los volverán a cometer a pesar de haber sido indultados por Sánchez? ¿Es higiene democrática esta forma de actuar? Evidentemente no; y por eso, algo tendrá que ver que el actual PSOE sanchista de aquellas elecciones de abril de 2019 haya pasado de tener aquellos 123 diputados a los 121 obtenidos en los recientes comicios del 23-J, mientras el PP ha pasado de los 66 escaños de entonces a los actuales 137 que tiene ahora….pero, ya ven, quien hace las cosas bien es Sánchez, mientras Feijóo las hace rematadamente mal.

            Es obvio pues que con estos planteamientos Feijóo tenía bastante facilidad para, sabiéndose perdedor de la investidura, sentirse ganador moral poniendo en evidencia a Sánchez con sus socios de gobierno y sus apoyadores, quienes podían por muy poco vencer matemáticamente pero no convencer políticamente, como así ha sido. Para desbaratar los malintencionados rumores de su falta de liderazgo en el PP, Feijóo entraba en el Congresos al frente de sus 137 diputados (el grupo mayoritario en la Cámara Baja), muchos de sus senadores (en el Senado cuenta con amplia mayoría absoluta) y en la tribuna le mostraban su apoyo casi todos los presidentes autonómicos populares (el PP gobierna en la mayoría de las CCAA) y otros barones territoriales. Y, una vez iniciado el debate de investidura, planteaba un..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

martes, 26 de septiembre de 2023

NO A LA IMPUNIDAD

                         Comienza hoy el debate de una investidura fallida, en este caso la de Feijóo, en plena crispación por la presunta “amnistía” que, según los propios socios de Sánchez, ya está acordada a cambio de que finalmente el investido sea Sánchez tras el intento frustrado del líder del PP, mientras el líder del PSOE no lo desmiente y se limita a decir “buscaré votos hasta debajo de las piedras”, sin reparar en que debajo de las piedras, si no se anda con cuidado, suele haber alacranes que te pueden picar. Así las cosas, el PP moviliza a los ciudadanos en la calle con el argumento de “vamos a liderar la revuelta de la España de la igualdad” y, al efecto, reúne unas 60.000 personas en Madrid para responder a “los privilegios a la carta independentista” mientras desde el PSOE de Sánchez le acusan de alentar el transfuguismo, porque líderes populares como Gamarra o Moreno Bonilla instan a los diputados socialistas, muchos de ellos contrarios a la “cacicada” de Sánchez, a que apoyen la investidura de Feijóo o, al menos, se abstengan para permitirla, mientras Moncloa ve “desesperación” en esos llamamientos pero no considera desesperación alguna en suplicar a los secesionistas que apoyen la investidura de Sánchez a cambio de lo que sea. La realidad es que en vísperas de la frustrada investidura de Feijóo, ya que todo el independentismo sea de izquierdas, derechas o mediopensionista ve a Sánchez como más facilón para someterle a un chantaje irresponsable, el líder popular reivindica su liderazgo interno al ser arropado en la manifestación madrileña por miles y miles de personas contra la amnistía, cuando algunos ya consideran que empieza a ejercer la oposición con un mayor tono de crispación y Sánchez dice “se manifiestan contra un gobierno del PSOE, pero, lo siento, habrá otro”, dando ya por hecho de que la amnistía, con el nombre que sea, ya está pactada, tal como dice ERC y nadie lo desmiente. En tales circunstancias el PP toma la calle contra la “indignidad” de la amnistía mostrando músculo territorial y unidad en torno a Feijóo, arropado por sus trece presidentes autonómicos y los expresidentes Aznar y Rajoy, contra los “privilegios para una élite” que Sánchez quiere conceder y advirtiendo de más actos si se cede a Puigdemont pues “se multiplicarán por diez cuando se consume”. Y es que el asunto de la amnistía trasciende toda discrepancia ideológica pues va más allá de lo estrictamente ideológico entre los demócratas ya que afecta directamente al acatamiento de la Constitución, es decir, a la democracia y cuando esto lo pretende el mismísimo Gobierno en funciones sólo cabe decir un no rotundo a la impunidad para defender el constitucional principio de españoles “libres e iguales”, que Ayuso manifiesta que su vulneración no se puede consentir “de ninguna manera” y Feijóo añade “no voy a negociar los fraudes; defenderé la igualdad aunque me cueste la presidencia” y desde la oposición se dispone a organizar su poder institucional y a movilizar la calle ante semejante felonía, para atacar la “indignidad” del PSOE por pretender amnistiar el procés. Por su parte Vicente Guillarte, el presidente del CGPJ, advierte de que “la amnistía política que se plantea es ajena al interés general”, mientras el Tribunal de Cuentas ya da por perdidos hasta 10´3 millones de euros con la amnistía, y mientras Feijóo deja bien claro que “Sánchez no está autorizado para negociar con la dignidad de los españoles”, que sería un gran fracaso “político y personal no ir a la investidura” y que por ello convoca “a quienes no acepten que haya una élite que no se someta a la ley”, algo que cualquier demócrata, al margen de la ideología que tenga, debiera defender por encima de cualquier otra consideración ya que es la garantía de una convivencia en igualdad, paz y libertad.

            Entretanto Sánchez, obnubilado por su afán personal de permanecer en el poder a costa de lo que sea, busca “garantías” para una larga legislatura y atar unos presupuestos en su indecente negociación con Junts y el prófugo Puigdemont, denunciando en la fiesta de la rosa en Cataluña que los populares apelen a la “corrupción” del transfuguismo, mientras desde Moncloa ordena a sus ministros que “mimen” al prófugo imponiéndoles una mordaza para no interferir en las negociaciones, pero confiando en colarle algún gol como a ERC, aunque al ex president fugado le preocupa que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

viernes, 22 de septiembre de 2023

EL DISIDENTE ES PEDRO SÁNCHEZ

                         Como ciudadano, demócrata y socialista suscribo de la A a la Z las declaraciones de Felipe González y Alfonso Guerra con motivo de la presentación de un libro de éste en Madrid, en las que ambos vienen a coincidir en que los disidentes del PSOE no son ellos (ni otros tantos socialistas de toda la vida) sino que el disidente es Pedro Sánchez y quienes le siguen ciegamente y callan ante la gravedad de lo que está sucediendo en nuestro país. Vean si no, y analicen si coinciden o no conmigo en esto. Dice Alfonso exactamente y yo lo suscribo en su totalidad que una persona si es de izquierdas “tiene la obligación de no callarse si ve injusticias, arbitrariedades, errores, los vea en la zona conservadora o en la zona progresista” y que por ello, como “demócrata y socialista”, pide al Gobierno que no se otorgue una amnistía “que falsificaría la historia” y supone “una humillación deliberada de la generación de la Transición” y “una condena de dicha transición y de la democracia”. Y recalca literalmente “yo solicito, como ciudadano de la democracia y como socialista, que no se dé ese paso, que no se otorgue una amnistía que falsificaría la historia, que convertiría en represores a los demócratas y presentaría como demócratas a los felones que atentaron contra la libertad y la democracia y que repiten cada día que volverán a hacerlo”, pues la amnistía sería “decir que no delinquieron, que fueron justos cuando se alzaron contra la legalidad porque esta era injusta”, lo que “es una criminalización que un demócrata no puede aceptar”. Y Felipe, allí presente, asiente y añade que “la amnistía significa la condena de la democracia”, que “no podemos dejarnos chantajear por nadie y mucho menos por minorías en vías de extinción” y que “lo que uno no puede es saltarse la legalidad”, acusando al prófugo Puigdemont de “cargarse la Constitución” y “el Estatuto”. Y además de todo lo anterior, Guerra añade que, en todo caso, “la amnistía no se hace con medio Parlamento en contra del acuerdo”, en referencia a la hipotética norma que el PSOE sacaría con el respaldo de Sumar, ERC, Junts, PNV y Bildu. Sin duda, declaraciones tranquilizadoras y responsables para los demócratas, hechas por políticos con un alto y estricto sentido del Estado de Derecho democrático, que me recuerda cuando en 1982 el PSOE (aquel PSOE y no éste) alcanzó el poder por vez primera pero heredando, entre otras cosas, la patata caliente de que el Presidente Calvo Sotelo acababa de firmar un Tratado de ingreso de España en la OTAN, al que nosotros, los socialistas, nos opusimos con el famoso eslogan “OTAN, de entrada no” pero ahora, desde el gobierno, lo razonable y conveniente para España (por varias razones de tipo estratégico y defensivo, entre otras) era no salirnos de la Alianza (una cosa era no entrar y otra salir), por lo que en el PSOE, ante asunto tan trascendental desplegamos un intenso debate interno para resolver el conflicto y poder avalar con argumentos ese cambio de opinión justificado del flamante y mayoritario gobierno de Felipe González, apoyado por 202 diputados socialistas en el Congreso (al que tuve el honor de pertenecer), resolviéndose al final el conflicto con un referéndum al respecto para dejar las cosas como estaban y asumir la permanencia de España en la Alianza, un referéndum que por cierto ganamos tras hacer, como diputados y cargos del PSOE, una intensa campaña interna y externa explicándole a militantes y a los ciudadanos en general con pelos y señales las razones de ese puntual “cambio de opinión” en el sentido de que lo más aconsejable y conveniente para España era olvidarse del famoso “OTAN de entrada no” ¡Qué forma tan distinta de resolver las contradicciones en temas fundamentales de Estado de aquel PSOE de Felipe y éste de Sánchez!; ¿estará Sánchez dispuesto a someterse a un referéndum de todos los españoles para avalar su manifiesto “cambio de opinión” sobre la amnistía?....estoy seguro de que no, aquello era democracia, muy débil todavía, pero democracia, y esto lamentablemente es otra cosa, populismo puro y duro. Es obvio que el disidente del PSOE es Sánchez.

            Un disidente peligroso porque una de sus habilidades consiste en hacer de la necesidad personal una virtud y, mintiendo descaradamente (él dice que cambiando de opinión), intenta hacer ver que su interés privado personal es el interés general, importándole un rábano las incoherencias que ello conlleve. En efecto, si con rotundidad extrema dijo en la oposición que el prófugo “se le escapó a Rajoy” y añadió “me comprometo a traer de vuelta a España a Puigdemont” para que “comparezca ante la Justicia Española”, si él gobernara (lo que todos los socialistas históricos, incluidos Guerra y González, avalamos,), él es el disidente al decir ahora, sin ruborizarse, sin debate interno previo alguno y sin someterlo a referéndum, que lo que ahora...... (sigue leyendo en  Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

             

miércoles, 20 de septiembre de 2023

POR PURO SENTIDO COMÚN

                         Dicen que “el sentido común es el menos común de los sentidos” y a veces no cabe duda de que es así, como sucede con la amnistía que por mero sentido común habría de ser rechazada sin más en un Estado de Derecho libre y democrático, donde la esencial división de poderes establece que las conductas supuestamente delictivas se dirimen en los tribunales de Justicia tras los pertinentes procesos judiciales con todas las garantías procesales aseguradas, para, en caso de sentencia firme, como sucede en el famoso “procés”, los condenados cumplan sus respectivas penas, salvo que, en el mejor de los casos para ellos, el Ejecutivo de turno, es decir el Consejo de Ministros, les aplique individualmente un indulto o perdón, si así lo considera, con arreglo a lo establecido, pero jamás puede borrar colectivamente el delito cometido, como si no hubiera existido, que es lo que con una amnistía se pretende (borrón y cuenta nueva), pues el poder Ejecutivo carece de esa potestad. Así pues, por puro sentido común, en este caso democrático, la pretendida amnistía que exige el secesionismo totalitario debiera ser rechazada de forma contundente en España al tratarse de amnistiar delitos contra el Estado de Derecho, lo que trasciende lo estrictamente jurídico por las graves consecuencias que su aplicación acarrearía para la solvencia de nuestro sistema democrático. Al efecto, juristas de prestigio, eméritos del Tribunal Constitucional, vienen a ser unánimes en que borrar el procés, como se pretende, supone reconocer que la sedición fue justa y los tribunales de justicia no; en definitiva, que esta amnistía que exige el prófugo Puigdemont y que no descarta tajantemente el Presidente del Gobierno supone “la quiebra del Estado de Derecho”. Y a mayor abundamiento, desde su solvencia y probada autoridad jurídica, tan prestigiosos juristas rechazan la presunta amnistía con los siguientes argumentos: “significa la deslegitimización de la Constitución que la propia Carta Magna no puede soportar” (Rodríguez Bereijo), “la Constitución no lo prohíbe siempre y cuando estuviera motivado y tuviera como fin la convivencia” (Pascual Sala), “resulta disparatado poner en circulación un olvido de delitos que sin duda se cometieron” (Rodríguez Arribas), “ni tiene encaje constitucional ni tiene interés general” (Encarnación Roca), “sería contraria a la igualdad ante la ley, a la seguridad jurídica y a la independencia judicial” (Manuel Aragón), “si lo que se pretende es eliminar la pena, la siguiente pregunta es porqué se castiga” (Ollero), “no es una amnistía para arreglar Cataluña, sino para sacar siete votos que necesita Sánchez” (Rodríguez Zapata)…. Argumentos todos ellos que en su conjunto avalan un rechazo total a la amnistía que, entre otras cosas, exige el prófugo Puigdemont a cambio de su apoyo a una investidura de quien sea, mientras Sánchez calla (y quien calla, otorga) pero anuncia que va a “buscar votos hasta debajo de las piedras” (más claro, agua), mientras  Feijóo rechaza la amnistía y defenderá “la libertad y la igualdad cueste lo que cueste” porque ”el PP es un partido de Estado” y así “quedará concretado próximamente”, y mientras Yolanda Díaz apuesta claramente por apoyar la amnistía (cuestión distinta sería qué diría si la otorgara un partido de la derecha) y trabaja para allanar a Sánchez el camino, que es el suyo propio, diciendo que hay tres tipos de amnistía (la de cambio de régimen, la utilitarista y la que resuelve conflictos), dándose curiosamente el caso de que, descartado obviamente el cambio de régimen, como sucedió en la Transición, ninguno de los otros dos supuestos se dan tampoco en la pretendida amnistía actual, salvo que se entienda como utilitarismo ceder al chantaje de Puigdemont para hacer presiente a Sánchez, ya que hay que rechazar también la resolución de conflictos pues los propios secesionistas consideran que con la amnistía nada se resuelve y dicen que volverán a intentar en el futuro repetir los hechos por los que fueron condenados. Es más, a pesar de que el Gobierno se moviliza indecentemente para pedir un gesto del prófugo, que haga menos despreciable ante la ciudadanía la ilegal amnistía, Puigdemont replica que “quien pide ayuda” no pone condiciones, ya ven, las condiciones las pone él, mientras Moncloa, como prepagos al secesionismo, aviva el autogobierno de Cataluña y País Vasco al cederles el 61% de los traspasos, al extremo de que ya asumen más competencias que incluso algunos estados federales.

            Y, hablando de prepagos, como prepago esencial de Sánchez a Puigdemont y al resto del secesionismo totalitario para conseguir su investidura destaca la concesión de un Congreso de Diputados “plurilingüe”,  que curiosamente el PSOE (junto a PP, Vox y Ciudadanos) rechazó tramitarlo en 2022 cuando al Presidente no le eran imprescindibles los siete votos del prófugo para mantener su cargo, que es lo único que realmente le interesa ahora. En efecto, el Pleno del Congreso esta semana comienza sorprendentemente con sus señorías hablando en lenguas cooficiales, aceptadas en el Reglamento del Senado pero no en el de la Cámara Baja, incluso antes de que se aprobara su reforma para permitirlo, que se aprobó después por 179 votos (incluido el de CC), obedeciendo así a las exigencias y prisas impuestas por..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

  

domingo, 17 de septiembre de 2023

MENOSPRECIO AL PARTIDO

                         Ante las críticas a Sánchez por parte de los históricos líderes socialistas (y algunos no tan históricos) a una posible amnistía, que el Presidente no desmiente tajantemente, sale a la palestra la Ministra y Vicesecretaria General del PSOE, María Jesús Montero, para arremeter contra la vieja guardia del partido, diciendo que ahora, en este PSOE, “el que se mueva sí sale en la foto”, parodiando la famosa frase atribuida en su día al entonces Vicesecretario General Alfonso Guerra de que “el que se mueva no sale en la foto”, es decir, que sería excluido de la ostentación de cualquier cargo. Y bien podría haberse ahorrado la Ministra la ingeniosa respuesta pues pocos días después de responder la Ejecutiva del PSOE, de la que ella misma es Vicesecretaria General, toma la decisión de expulsar al ex líder socialista vasco Nicolás Redondo Terreros (hijo del mítico sindicalista Nicolás Redondo) por “su reiterado menosprecio a las siglas del partido”, purgando con ello a los críticos a Sánchez con el objetivo de acallar sus críticas a la probable amnistía que el Presidente está dispuesto a conceder a Puigdemont (y al resto de totalitarismos periféricos secesionistas) a cambio de su investidura cuando falle la de Feijóo, como ya ha hecho con los indultos a los condenados, con la eliminación del delito de sedición y la rebaja del de corrupción, a pesar de haber dicho antes reiteradamente que jamás lo haría. Cabe pues pedir a Montero que aclare si es cierto que ahora “el que se mueva si sale en la foto” o es otra mentira más como las múltiples a que nos tiene acostumbrados su jefe (bueno, mentiras no, perdón, según él son “cambios de opinión”) y que, casi con disciplina castrense, acatan y divulgan sus ministros y miembros de su Ejecutiva. Obviamente ante esta expulsión las reacciones no se han hecho esperar y el clamor democrático contra la amnistía tampoco. “Quien no es controvertido es que traga con todo” dice Felipe González, recordando que cuando él gobernaba, el propio padre de Terreros, entonces diputado y líder de UGT, convocó contra su Gobierno una huelga general y no fue expulsado del PSOE por ello; y menos aun cuando la expulsión de Terreros no se ajusta a lo estipulado en los Estatutos del PSOE en que cualquier sanción de expulsión o suspensión de militancia requiere incoar un expediente y que la Comisión Federal de Ética y Garantías lo estudie y lo eleve al Comité Federal para que lo apruebe o rechace, pero jamás es la Ejecutiva del partido la que decide al respecto y menos aún el Secretario General por su cuenta y riesgo sin ni siquiera debate interno de la Ejecutiva…..pero claro, pedir peras al olmo, conduce a la melancolía pues ya fue el propio Sánchez quien en su día desobedeció al Comité Federal actuando al margen del mismo para hacerse con el poder en el PSOE con el apoyo de un grupo de fieles incondicionales que hoy le siguen a ciegas. No en vano, desde Ferraz, el núcleo duro de Sánchez se empeña como una piña en desprestigiar a los socialistas históricos y, haciendo uso del populismo que le ha contagiado sus socios podemitas y secesionistas (todos ellos, como se sabe, con un marcado sentido “constitucionalista”) cualquier crítica o discrepancia la convierten en basura para desprestigiarlos y al efecto ven incluso a Guerra y a González en un complot con afines del PP, al extremo de haber tenido la osadía de valorar en la Ejecutiva la conjura de los ex dirigentes, mientras culminaban de forma irregular la expulsión de Redondo, considerando que las críticas de los históricos por la amnistía están “organizadas perfectamente y planificadas”, cuando de lo que se trata es de hacer ver a Sánchez que, según él mismo ha defendido, la amnistía no cabe en la Constitución. Así las cosas, Cándido Méndez, ya ven, otro facha de toda la vida (entiendan la ironía) manifiesta que “comparar a los amnistiados en el 77 merecidamente y a la situación actual es abominable”; Ibarra pide al PSOE que no pacte con los independentistas y que se extienda la mano al PP y añade en un acto con exministros socialistas que “se menosprecia al partido”; Page recuerda que Sánchez rechazó la amnistía el 23-J y considera enormemente grave cambiar de criterio “de un día para otro”; y Juan José Laborda, ex presidente socialista del Senado, dice, tras la expulsión de Redondo, que “la amnistía abriría una crisis en el PSOE de magnitud imprevisible” y añade “dos ministros del Gobierno me han dicho que no están de acuerdo con la amnistía”, que “la inclusión de las lenguas cooficiales en el Congreso es volver a la Edad Media lingüística” y que “el futuro de España no puede estar decidido por tener un voto más”…. Ya ven, siguiendo la ironía, una caterva de “fachas” que no se pliegan a las órdenes del Jefe Sánchez y que, como Redondo habrán de ser expulsados por “menosprecio al partido”.

            Y si éstos socialistas de toda la vida son los “fachas” imaginen lo que son los partidos democráticos que están a la derecha del PSOE sanchista y que confluyen con ellos en asuntos de Estado en el “canal constitucionalista” anti-amnistía, alentado por el Presidente con sus pactos con el secesionismo totalitarista, cuando hasta hace cuatro días participaba también del mismo el propio Sánchez (y obviamente todos sus fieles ministros socialistas, que no los comunistas) hasta darse cuenta de que sólo con el apoyo de todos los secesionistas totalitarios, pidan lo que pidan, es posible su investidura, que, para él, es lo único que importa. Al efecto, por el mero hecho de que...... (sigue leyendo en  Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

miércoles, 13 de septiembre de 2023

LA AMNISTÍA NO BASTA

                         Dice Aragonés que la amnistía no basta para resolver el conflicto catalán y Dolores Feliú, presidenta de la ANC, añade que “la amnistía da pie a la independencia, ahora toca otra oleada”, afrontando así una Diada devaluada en manifestantes pero con el objetivo, más cercano y alcanzable que nunca gracias a las cesiones del Gobierno de coalición de Sánchez, de impulsar otro patético 1-O, cuyos protagonistas ya han sido indultados por el Gobierno de España al que, tras el gratuito perdón sin contrapartida democrática alguna, exigen ahora una especie de borrón y cuenta nueva con el propósito de someter a la Justica a los intereses particulares de algunos, es decir, lo contrario al más elemental principio democrático. Entretanto el Govern refuerza su campaña en el exterior convocando a sus corresponsales extranjeros en su internacionalización del apoyo a los según él represaliados, mientras Sánchez desactiva la diplomacia cuando como Presidente debería insistir en que Puigdemont, en vez de ser blanqueado, sea entregado a España para comparecer ante los tribunales, con lo que los secesionistas recuperan sus canales políticos en una insólita Diada (para muchos, una Liada), convertida en termómetro para la investidura del próximo Presidente del Gobierno de España, a la que ERC y Junts (es decir, la izquierda y la derecha secesionista radical y totalitaria) concurren divididas (a ver quién consigue más para liderar el totalitarismo en Cataluña) mientras la ANC, brazo civil de ambos y de algunos otros, pide una declaración unilateral de independencia en el Parlament y rechaza cualquier pacto, a lo que Aragonés se niega con el argumento de que “no serviría de nada” si no viene acompañada de un reconocimiento internacional mientras Puigdemont, según SigmaDos, rentabiliza la negociación con Sánchez y supera a ERC en caso de repetición electoral ya que sería el partido independentista más votado, consiguiendo un escaño más en el Congreso, aunque, en caso de elecciones autonómicas, ganaría el equidistante PSC pero el secesionismo sumaría mayoría en el Parlament. Ya ven, la “Liada” catalana está servida, pues la amnistía, sin duda, envenena el debate político y aviva la incertidumbre sobre la gobernabilidad de España, que es lo que realmente debiera importar, cuando los socialistas, liderados por Sánchez, tras decir por activa y pasiva en la campaña electoral que la amnistía sería inconstitucional, buscan ahora un encaje de dicha medida en la Carta Magna a pesar de no haberse hundido del todo el 23-J gracias a semejantes argumentos, y, por el contrario tratan ahora de reconducir las exigencias secesionistas para encajarla con calzador en la Constitución y pueda tener, contra lo dicho en campaña, apariencia de legalidad, mientras ERC y Junts urgen a Sánchez a ultimar una ley “de perdón” y a “avanzar en el derecho a decidir”, es decir, lo de siempre y más de lo mismo, mediante esta ceremonia de la confusión orquestada adrede, pues el perdón incomprensiblemente ya se dio con los indultos y la amnistía (un paso totalitario más) es algo mucho más inasumible en democracia ya que lleva implícito reconocer, como dice el secesionismo, que España no es una democracia al uso occidental, que hay represión política y que la Justicia es arbitraria….en definitiva que no hay Estado de Derecho ni democracia en nuestro país, lo que supone dar la razón de forma miserable a las tesis secesionistas para desacreditar a España y avalar sus pretensiones antidemocráticas, pues en ningún otro país civilizado, libre y democrático cabe la amnistía ya que es la Justicia, como decía cínicamente el Gobierno antes del 23-J, la que se encarga de dirimir los conflictos en el contexto de la “separación de poderes” exigible, tal como hasta anteayer sostenían los ministros socialistas y el propio presidente del Gobierno.

            Una Diada o “Liada”, como prefieran, que pierde fuelle a pesar del balón de oxígenos que el Gobierno de España presta al secesionismo en plena negociación de la investidura, ya que congrega en la manifestación unas 115.000 personas la cifra más baja de los últimos años, en medio de un cruce de acusaciones entre ERC y Junts que, a pesar de sus discrepancias mutuas siguen ambos con los contactos y las negociaciones con el PSOE, para facilitar la investidura de Sánchez y recrear de nuevo ese gobierno “progresista”, mientras Sumar, la tercera pata del banco, asume las tesis socialistas de que la amnistía necesita más tiempo…..no vaya a ser que a todos estos demócratas de toda la vida se les vea el plumero demasiado al saltarse la legalidad vigente en temas tan sustanciales. No obstante los secesionistas, del color ideológico que sean, dan por hecho que el PSOE les concederá la amnistía y reclaman que..... (sigue leyendo nen Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

domingo, 10 de septiembre de 2023

POR UN PLATO DE LENTEJAS

                         La popular frase viene como anillo al dedo para describir lo que el Gobierno de Sánchez está haciendo con la democracia española y con el Estado de Derecho, que tanto ha costado consolidar, pues cada vez está más claro que lo está vendiendo a cambio de permanecer como sea en el poder, es decir, por un plato de lentejas. Y, como buena parte de sus socios “progres” y algunos socialistas de nuevo cuño para avalar su felonía contra la Constitución, tildan de fascistas a los viejos socialistas y a otros demócratas que trabajamos en su día para traer a España nuestro actual sistema democrático y los descalifican así por el mero hecho de que criticamos tamaña irresponsabilidad por parte de este autoproclamado “gobierno progresista” de coalición con cualquiera y pivotado por el nuevo PSOE de Sánchez, voy a pasar por alto las declaraciones de esos antiguos dirigentes socialista, que comparto absolutamente, contra la pretendida amnistía para centrarme estrictamente en las declaraciones que, hasta hace cuatro días, hacían estos nuevos dirigentes socialistas sanchistas coincidiendo totalmente con los anteriores, pero que ahora cambian radicalmente para conservar su patético plato de lentejas, pues no cabe otra explicación a tan drástico e irresponsable giro copernicano. En efecto, en plena polémica sobre la concesión de indultos a los condenados por el “procés” con el claro objetivo de que el secesionismo apoyara a Sánchez (a pesar de que él había asegurado que no los indultaría), el propio Presidente defendía personalmente con insistencia que “no cabe en la Carta Magna” la amnistía que le exigía entonces Puigdemont (auto-amnistía, diría yo para borrar su fuga de la Justicia metido en un maletero), cuando los votos del prófugo derechista no eran imprescindibles para sostener al “progre” socialista Sánchez en el poder y sus ministros socialistas se alineaban con él en la misma dirección que también sostenían los líderes socialistas de la Transición, hoy tildados como fascistas por mantener los mismos criterios, aunque entonces ya recelaban de la flagrante concesión de indultos, la eliminación del delito de sedición y la rebaja del de malversación. Así las cosas y a modo de ejemplos para corroborarlo, Marlaska, juez y ministro, decía el 4-11-19 que “la amnistía no está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico”; Carmen Calvo, hoy relegada a un segundo plano, añadía el 27-5-21 que “la amnistía no es planteable en un Estado Constitucional y Democrático porque eso sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado, que es el Poder Judicial”; el 23-6-21 añadía Juan Carlos Campo, hoy destinado en mejores ocupaciones, que “la amnistía no cabe, es el olvido, y aquí no hay olvido, hay perdón para construir un Estado mejor”; y para colmo, poco antes de que Salvador Illa asegurara el 24-7-23 (hace cuatro días) que “el PSOE no aceptará ni la amnistía ni la autodeterminación y no negociará con Puigdemont”, el propio Sánchez en persona remataba la cínica faena gubernamental diciendo el 20-7-23 que “el independentismo pide la amnistía, algo que este Gobierno no va a aceptar y que desde luego no entra en la legislación ni en la Constitución”….. sólo faltaban días para la celebración de los comicios y había que cosechar los máximos votos posibles en las urnas. Ya ven, visto lo visto, mentiras, una tras otra, para intentar ganar las elecciones, aunque Sánchez diga que él no miente (ni sus ministros tampoco) y que sólo se trata de “cambios de opinión”, pero lo cierto es que hoy, como el prófugo exige la amnistía, por parte de todos estos personajes, con Sánchez a la cabeza, “donde dije digo, digo Diego”, mientras la Vicepresidenta Díaz va a visitar al prófugo a su guarida y el Ejecutivo busca sea como sea justificar lo injustificable para aparentar que la amnistía sí es constitucional, contra todo lo dicho hasta el día antes del 23-J por los actuales dirigentes del PSOE, por miembros socialistas del Gobierno y por el mismísimo Presidente, loco por ver si al final consigue con la revisión de los votos nulos en Madrid un diputado más que no haga tan imprescindible y exigente al prófugo y poder con ello, al rebajarle el precio, disimular ante la ciudadanía lo de “estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. Y mientras viejos dirigentes socialistas se van sumando a la crítica y por ello pasan a engrosar las filas del “fascismo” (todo el que critique a este gobierno progresista apoyado por la derecha más rancia y radical es un “fascista”), nadie explica qué ha pasado para que por arte de magia la amnistía sí sea ahora constitucional, cuando, que se sepa, la Constitución y la legalidad vigente no ha cambiado ni una coma respecto a cuándo todos ellos decían justo todo lo contrario.

            Mientras tanto Isabel Rodríguez, la ministra y portavoz del Gobierno, defiende.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

miércoles, 6 de septiembre de 2023

INDIGNIDAD DEMOCRÁTICA

                         Con alevoso cinismo, nada menos que la Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el fugado de la Justicia española, Puigdemont, escenifican a bombo y platillo una obscena indignidad democrática reuniéndose bien sonrientes en Bruselas, dado que el prófugo, cuya insólita condición ya debiera hacerle indigno para negociar con él, tiene prohibida su entrada en España y, ya se sabe, quien quiera algo de él ha de pasar por reunirse en su esperpéntica guarida. Y ante ello, para mayor recochineo, el socio mayoritario del Gobierno, el PSOE de Sánchez, manifiesta que su socia Yolanda lo hace no como Vicepresidenta del mismo sino como líder de Sumar, mientras Podemos, socio mayoritario de Sumar, se queja de que la visita a Puigdemont de Yolanda ni se le ha comunicado previamente, al igual que, según dicen, tampoco se le comunicó ni siquiera al Presidente del Ejecutivo, lo que sería algo casi peor que si se le hubiese comunicado y éste lo hubiera avalado, que es lo que muchos piensan que ha pasado, dado que, mientras se celebraba la indignante reunión, Sánchez y su PSOE aparentaban desvincularse de tamaña indignidad democrática, pero a la vez curiosamente (¡oh casualidad!), sostenían que hay que “pasar página” en Cataluña, sin reparar en el daño que se hace a la dignidad democrática desbloquear los asuntos que atentan contra el Estado de Derecho (en este caso el “procés”) sin límites constitucionales, que es la única garantía que tienen los hombres libres, los ciudadanos, para no convertirse en súbditos o esclavos. Así está el nivel de nuestros gobernantes democráticos. El caso es que, si el Presidente del Gobierno conoce los indignantes manejos de su Vicepresidenta, malo; pero si, no conociéndolos, no la cesa “ipso facto” o la descalifica públicamente por su indignante deslealtad ante asunto tan esencial, peor. La cruda realidad es que, ante semejante insólita indignidad democrática, nadie explica qué hace la Vicepresidenta Díaz, a título personal o como líder de Sumar, prestando pleitesía a un fugado de la Justicia con el objetivo de buscar su imprescindible apoyo a la investidura de su Jefe, Pedro Sánchez, quien para colmo dice no saber nada del ignominioso encuentro para nuestra democracia. ¿Está preparando la Vice otro futuro ignominioso encuentro del prófugo con Sánchez? Lo cierto y grotesco es que, tras la indecente reunión, además de la indignidad que supone para la solvencia de nuestra democracia, lo intenten justificar con cínicos y falsos argumentos para engañar a los ciudadanos, como si éstos fueran idiotas, al decir el prófugo (sin que nadie le corrija) que “es parte de la normalidad democrática en la UE” y aclarar ella que seguirán “hablando y buscando salidas en el diálogo y la democracia”, acordando ambos “explorar todas las soluciones democráticas para desbloquear el conflicto político” en Cataluña, pues “la política debe hacerse desde el diálogo y los principios democráticos” y, según Puigdemont (ya saben, paradigma de la democracia) “dialogar y mantener relaciones políticas entre formaciones de diferentes ideologías no debería ser ninguna sorpresa ni excepcionalidad”. Pero ¿de qué normalidad en la UE habla el prófugo cuando la excepcionalidad en toda la UE es su huida de la Justicia, siendo esto insólito en cualquier país democrático? ¿de qué diálogo habla la Vicepresidenta para buscar salidas en democracia, cuando para ello es obligado hacerlo dentro del marco constitucional y, desde luego, no con prófugos o condenados por la Justicia? y ¿qué desbloqueo político pactan ambos explorando todas las soluciones democráticas mediante el diálogo y los principios democráticos, cuando ambos saben, o deberían saber, que estos principios pasan por la observancia estricta de la legalidad vigente y no por atajos o vulneraciones de la misma? La normalidad democrática en la UE y las “salidas” de los conflictos basadas en el diálogo y la democracia de la que hablan semejantes personajes entre risas y cordialidad mutuas son justo todo lo contrario de lo que dicen, pues no hay ningún otro Estado europeo en que quepa este preocupante esperpento en el que un prófugo de la Justicia tiene en jaque a todo un Gobierno que, por otro lado, no le exige que para empezar a hablar lo que tiene que hacer el fugado es someterse y entregarse para ser juzgado como se le exige a cualquier hijo de vecino.

            Y, ante semejante panorama, Puigdemont, envalentonado por el sometimiento de todo un gobierno democrático a sus totalitarios intereses, expone en Bruselas, al día siguiente de su encuentro con Yolanda, en una rueda de prensa (eso sí, sin admitir pregunta alguna a los periodistas) y rodeado por toda la plana mayor de Junts, sus condiciones para apoyar la investidura del Presidente del Gobierno de España (ya sea del PP o del PSOE) que se resumen en...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

domingo, 3 de septiembre de 2023

UN ESTADO PLURINACIONAL

                         Cuando nos movemos en el oscurantismo y la ambigüedad calculada en vez de movernos en la transparencia, puede pasar cualquier cosa y, en medio del turbio enredo negociador de cara a la investidura, emerge Urkullu con la propuesta de un pacto territorial para reinterpretar la Constitución reclamando más autogobierno con “capacidad de decidir” pactada para Euskadi, Cataluña y Galicia (a las demás CCAA que les den morcilla), y, sorprendentemente, ante semejante propuesta, el Gobierno sanchista en funciones destaca con la boca grande que lo considera “legítimo” aunque con la boca pequeña dice que no lo comparte, mientras el Ejecutivo catalán se desmarca del pacto territorial que propone el PNV. De esta manera, invirtiendo los términos, el Gobierno se sigue inclinando por el oscurantismo, pues, en todo caso, lo que tendría que destacar y aclarar es si rechaza o no la propuesta peneuvista (al igual que debiera hacer con otras que le exige el secesionismo) en vez de enfatizar sobre la obviedad de su legitimidad, pues “legítimo” es “todo lo que se hace o establece con arreglo a la ley o el derecho o que está de acuerdo con la razón o con lo que se considera justo o razonable”….y, que yo sepa, la propuesta de Urkullu, como la inmensa mayoría de las propuestas que se hacen, no contraviene las exigencias del término y, por tanto, es legítima, siendo ocioso pues que se enfatice sobre lo obvio. El énfasis, en términos políticos, hay que ponerlo pues en la concordancia o no que con dicha propuesta tenga el partido que gobierna (y el resto de partidos) y su disposición o no para hacerla viable por los mecanismos legales establecidos, pues todo lo demás es engañar miserablemente a la ciudadanía. Lo que propone Urkullu, hablando alto y claro, es una especie de “convención constitucional” para ir a una España “plurinacional” privilegiando a Euskadi, Cataluña y Galicia, lo que, al margen de ser legítimo o no, atenta de entrada contra el elemental principio y derecho constitucional de la “igualdad” de todos los españoles y, obviamente, eso requiere de una reforma profunda de nuestra Carta Magna mediante una mayoría parlamentaria cualificada en vez de raras convenciones propagandísticas y, al efecto, al margen de que el Ejecutivo lo vea positivo, de que el PSOE se abra a un “debate constructivo” o de que el PP rechace la propuesta del lehendakari, lo honesto y transparente es que cada partido (y muy especialmente PSOE y PP al ser los mayoritarios, y por tanto imprescindibles para alcanzar la requerida mayoría parlamentaria cualificada) deje bien claro si asume o no la “legítima” propuesta peneuvista haciéndola como suya o rechazándola tajantemente para que todos los ciudadanos sepamos a qué atenernos y podamos decidir con conocimiento de causa. Y, dado que el pueblo español es el soberano, sería paradójico que un Gobierno que se autoproclama defensor de la igualdad, no tenga claro si en esa “igualdad” incluye también, además de la de género, la de todos los españoles, tal como éstos acordaron al elaborar la Carta Magna vigente, que ahora se intenta reinterpretar, mientras los juristas cuestionan que una convención sirva para ello. Quede claro pues que el debate no está en si la propuesta de Urkullu es legítima o no, sino en quienes, con idéntica legitimidad, están a favor o contra de asumirla y, especialmente, en si asumen o no los procedimientos para hacerla viable legalmente; y, de momento, hemos de reconocer, guste o no guste, que quien lo tiene más claro y lo expresa contundentemente es Feijóo instando a Sánchez a que defienda la “igualdad de todos los españoles” y a que no se someta al “chantaje” de Puigdemont y del secesionismo, diciendo bien claro que, como aspirante y candidato a ser investido, “os puedo asegurar que a esa presidencia no vamos a llegar por atajos en la igualdad de los españoles”. ¿Lo puede asegurar Sánchez con idéntica rotundidad? En caso contrario, no pasa nada si afirma rotundamente que el PSOE asume la oferta de Urkullu (o las de Junts, ERC o Bildu al necesitar a todos ellos para ser investido) para que sepamos a qué atenernos, pero lo que no puede hacer es mentirle a los españoles, aunque ya sabemos que, según el propio Sánchez, él no miente ya que simplemente cambia de opinión. 

            Y todo esto después de que varios ministros se tomen a pitorreo la propuesta que el candidato Feijóo hace a Sánchez para intentar salir del laberinto gubernamental en que estamos inmersos, propuesta que puede ser aceptada o rechazada con argumentos o con una alternativa mejor, pero que, en ningún caso, debe ser despachada y ridiculizada con argumentos mitineros, más o menos graciosos, como el de la Ministra Alegría, quien, frívola y alegremente, rechaza un asunto tan serio con la gracieta de que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).