viernes, 29 de septiembre de 2023

FEIJÓO PIERDE, PERO GANA

                          Tras el debate de investidura cabe concluir que, como ya se sabía, el candidato Feijóo lo ha perdido (178 noes, 172 síes), pues es la consecuencia lógica desde que el bloquismo político populista se instaló en España con aquel famoso “no es no” de Sánchez a Rajoy, y, por tanto el líder popular no será Presidente del Gobierno, pero ha ganado sin lugar a dudas, pues son tantas las incongruencias, incoherencias, mentiras o cambios de opinión, cinismos, contradicciones, hipocresías y sinrazones instaladas en el bloque de Sánchez para dificultar la alternancia política que al candidato popular le ha sido fácil durante el debate retratarse a sí mismo y, sobre todo, retratar al resto de los políticos y grupos parlamentarios. En efecto, para comenzar, el líder popular comparecía en el Congreso señalado con críticas descalificadoras personales por parte del bloque defensor del Gobierno Frankenstein en funciones con el PSOE de Sánchez a la cabeza, que, de entrada, le negaba la legitimidad como candidato tras haber ganado las elecciones, acusándole de hacer perder el tiempo por no contar previamente con una mayoría parlamentaria suficiente para ser investido y adjudicándole además falta de liderazgo en su propio partido. En definitiva, cínicas descalificaciones fácilmente desmontables si comparamos, por ejemplo, este intento de investidura fallido con la investidura fallida de Sánchez en 2019, que pone en evidencia la demagogia más hipócrita, el cinismo más descarado y la incoherencia más reprobable. Vean si no: en aquella ocasión el candidato Sánchez como ganador de las elecciones se presentaba con el apoyo de 123 diputados y era líder de un partido roto tras su propia desobediencia a los órganos dirigentes del mismo, y nadie le cuestionó ya que era el pírrico vencedor de los comicios, ahora Feijóo se presentaba con sus 137 diputados tras ganar las elecciones y se le reprocha no tener mayoría absoluta y aceptar, como Sánchez hizo en su día, el encargo del Rey para intentar formar Gobierno; en aquella ocasión la investidura del candidato Sánchez obtenía en el Congreso 124 votos a favor (los suyos y uno más del PRC), y nadie le acusó de soledad, ahora el candidato Feijóo obtiene 172 síes (los suyos más los 33 de Vox, uno de UPN y otro de CC) y sí es acusado de soledad política absoluta y de elegir malos compañeros de viaje. ¿Alguien puede explicar por qué Sánchez no hacía perder el tiempo a nadie presentándose a la investidura fallida con 124 apoyos y Feijóo sí hace perder el tiempo cuando se presenta con 172 apoyos (sólo a cuatro de la mayoría absoluta), o por qué él no estaba sólo y aislado y el líder popular sí lo está? Es obvio que no hay explicación alguna, salvo que estemos jugando al más cutre cinismo populista, que sólo busca engañar a la ciudadanía para conseguir apoyos como sea. Pero es que además, con idéntico cinismo, ahora se descalifica al candidato popular por pactar con Vox a cambio de nada para formar un gobierno monocolor, mientras se avala al candidato socialista para que, buscando apoyos “hasta debajo de las piedras”, intente conformar un gobierno de coalición multicolor (sólo en Sumar hay más de una docena de partidos, a la greña entre ellos y contra el propio PSOE) a cambio de ceder a todos los chantajes habidos y por haber por parte de los radicalismos del más rancio nacionalismo secesionista, sea de izquierdas o de derechas y a la vez, pues caben ambos en el mismo cesto. ¿Es esto razonable y democrático? ¿Alguien puede explicar que se haga un cordón sanitario a Vox y no se le haga a Bildu, que no condena los asesinatos de ETA, de donde procede, y homenajea a los asesinos condenados? ¿Quién explica que, en todo caso, el cordón sanitario, si es que ha de aplicarse, no se aplique a Junts, cuyo líder anda fugado de la Justicia, o a ERC, cuyos dirigentes condenados por haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, alardean, como los de Junts, de que los volverán a cometer a pesar de haber sido indultados por Sánchez? ¿Es higiene democrática esta forma de actuar? Evidentemente no; y por eso, algo tendrá que ver que el actual PSOE sanchista de aquellas elecciones de abril de 2019 haya pasado de tener aquellos 123 diputados a los 121 obtenidos en los recientes comicios del 23-J, mientras el PP ha pasado de los 66 escaños de entonces a los actuales 137 que tiene ahora….pero, ya ven, quien hace las cosas bien es Sánchez, mientras Feijóo las hace rematadamente mal.

            Es obvio pues que con estos planteamientos Feijóo tenía bastante facilidad para, sabiéndose perdedor de la investidura, sentirse ganador moral poniendo en evidencia a Sánchez con sus socios de gobierno y sus apoyadores, quienes podían por muy poco vencer matemáticamente pero no convencer políticamente, como así ha sido. Para desbaratar los malintencionados rumores de su falta de liderazgo en el PP, Feijóo entraba en el Congresos al frente de sus 137 diputados (el grupo mayoritario en la Cámara Baja), muchos de sus senadores (en el Senado cuenta con amplia mayoría absoluta) y en la tribuna le mostraban su apoyo casi todos los presidentes autonómicos populares (el PP gobierna en la mayoría de las CCAA) y otros barones territoriales. Y, una vez iniciado el debate de investidura, planteaba un..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

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