miércoles, 6 de septiembre de 2023

INDIGNIDAD DEMOCRÁTICA

                         Con alevoso cinismo, nada menos que la Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el fugado de la Justicia española, Puigdemont, escenifican a bombo y platillo una obscena indignidad democrática reuniéndose bien sonrientes en Bruselas, dado que el prófugo, cuya insólita condición ya debiera hacerle indigno para negociar con él, tiene prohibida su entrada en España y, ya se sabe, quien quiera algo de él ha de pasar por reunirse en su esperpéntica guarida. Y ante ello, para mayor recochineo, el socio mayoritario del Gobierno, el PSOE de Sánchez, manifiesta que su socia Yolanda lo hace no como Vicepresidenta del mismo sino como líder de Sumar, mientras Podemos, socio mayoritario de Sumar, se queja de que la visita a Puigdemont de Yolanda ni se le ha comunicado previamente, al igual que, según dicen, tampoco se le comunicó ni siquiera al Presidente del Ejecutivo, lo que sería algo casi peor que si se le hubiese comunicado y éste lo hubiera avalado, que es lo que muchos piensan que ha pasado, dado que, mientras se celebraba la indignante reunión, Sánchez y su PSOE aparentaban desvincularse de tamaña indignidad democrática, pero a la vez curiosamente (¡oh casualidad!), sostenían que hay que “pasar página” en Cataluña, sin reparar en el daño que se hace a la dignidad democrática desbloquear los asuntos que atentan contra el Estado de Derecho (en este caso el “procés”) sin límites constitucionales, que es la única garantía que tienen los hombres libres, los ciudadanos, para no convertirse en súbditos o esclavos. Así está el nivel de nuestros gobernantes democráticos. El caso es que, si el Presidente del Gobierno conoce los indignantes manejos de su Vicepresidenta, malo; pero si, no conociéndolos, no la cesa “ipso facto” o la descalifica públicamente por su indignante deslealtad ante asunto tan esencial, peor. La cruda realidad es que, ante semejante insólita indignidad democrática, nadie explica qué hace la Vicepresidenta Díaz, a título personal o como líder de Sumar, prestando pleitesía a un fugado de la Justicia con el objetivo de buscar su imprescindible apoyo a la investidura de su Jefe, Pedro Sánchez, quien para colmo dice no saber nada del ignominioso encuentro para nuestra democracia. ¿Está preparando la Vice otro futuro ignominioso encuentro del prófugo con Sánchez? Lo cierto y grotesco es que, tras la indecente reunión, además de la indignidad que supone para la solvencia de nuestra democracia, lo intenten justificar con cínicos y falsos argumentos para engañar a los ciudadanos, como si éstos fueran idiotas, al decir el prófugo (sin que nadie le corrija) que “es parte de la normalidad democrática en la UE” y aclarar ella que seguirán “hablando y buscando salidas en el diálogo y la democracia”, acordando ambos “explorar todas las soluciones democráticas para desbloquear el conflicto político” en Cataluña, pues “la política debe hacerse desde el diálogo y los principios democráticos” y, según Puigdemont (ya saben, paradigma de la democracia) “dialogar y mantener relaciones políticas entre formaciones de diferentes ideologías no debería ser ninguna sorpresa ni excepcionalidad”. Pero ¿de qué normalidad en la UE habla el prófugo cuando la excepcionalidad en toda la UE es su huida de la Justicia, siendo esto insólito en cualquier país democrático? ¿de qué diálogo habla la Vicepresidenta para buscar salidas en democracia, cuando para ello es obligado hacerlo dentro del marco constitucional y, desde luego, no con prófugos o condenados por la Justicia? y ¿qué desbloqueo político pactan ambos explorando todas las soluciones democráticas mediante el diálogo y los principios democráticos, cuando ambos saben, o deberían saber, que estos principios pasan por la observancia estricta de la legalidad vigente y no por atajos o vulneraciones de la misma? La normalidad democrática en la UE y las “salidas” de los conflictos basadas en el diálogo y la democracia de la que hablan semejantes personajes entre risas y cordialidad mutuas son justo todo lo contrario de lo que dicen, pues no hay ningún otro Estado europeo en que quepa este preocupante esperpento en el que un prófugo de la Justicia tiene en jaque a todo un Gobierno que, por otro lado, no le exige que para empezar a hablar lo que tiene que hacer el fugado es someterse y entregarse para ser juzgado como se le exige a cualquier hijo de vecino.

            Y, ante semejante panorama, Puigdemont, envalentonado por el sometimiento de todo un gobierno democrático a sus totalitarios intereses, expone en Bruselas, al día siguiente de su encuentro con Yolanda, en una rueda de prensa (eso sí, sin admitir pregunta alguna a los periodistas) y rodeado por toda la plana mayor de Junts, sus condiciones para apoyar la investidura del Presidente del Gobierno de España (ya sea del PP o del PSOE) que se resumen en...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

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