Después de criticar
desde la oposición con toda la razón del mundo que el anterior Gobierno de
Rajoy utilizara de vez en cuando el “decreto ley” como forma de gobernar
argumentando que dicha medida, prevista para casos excepcionales, menoscababa
la calidad de la democracia al secuestrar el imprescindible debate
parlamentario, Pedro Sánchez no se conforma ahora con haberlo utilizado él
sistemáticamente durante su breve mandato (sus “decretazos” superan ya a los de
Rajoy y Zapatero en tan corto espacio de tiempo) sino que, además, tiene la
osadía de anunciar a bombo y platillo que seguirá utilizándolos todavía durante
esta larguísima precampaña electoral, que él mismo ha propiciado, cuando es
insólito que, una vez anunciada la fecha de los comicios, con un Ejecutivo “de facto”
ya en funciones o interino, se hipoteque el futuro de la gobernabilidad con medidas
que, por muy populares y necesarias que sean, condicionan al nuevo gobierno que
surja de las urnas, sea de nuevo el suyo o el de otro partido, especialmente
si, como parece ser, estos decretos-ley incrementan sustancialmente el gasto
futuro sin estar contemplado en Presupuesto alguno, como es el caso. En efecto,
sin rubor ni recato alguno, la ministra Montero tiene claro y lo hace público
que el Gobierno de Sánchez va a utilizar hasta el último día antes de las
elecciones que continuará con su “mágnifica” política económica (la ministra no
necesita abuelos) y usará para ello la fórmula del decreto-ley y la Diputación
Permanente del Congreso, invitando por tanto a los ciudadanos a estar atentos
los viernes, cuando se celebran los Consejos de Ministros, ya que en cada uno
de ellos habrá decretazos interesantes. A nadie se le escapa ya que el uso del
decreto-ley, limitado por la Constitución a casos de “extrema y urgente
necesidad”, tiene claros intereses electoralistas que dejan en desventaja al
resto de contrincantes políticos, quienes, desde Vox a Podemos, pasando por el
resto de partidos del abanico ideológico, ya han descalificado semejante medida,
aunque algunos, como ERC y Podemos, dicen que apoyarán tal medida si redunda en
beneficio de los ciudadanos. Mayor descaro e incoherencia imposible, pues nadie
puede entender en su sano juicio que apenas hace un mes quienes apoyaban al
Gobierno de Sánchez se cargaran unos Presupuestos, que contemplaban dicho incremento
de gasto, y ahora, sin Presupuesto alguno en que basar dichas partidas
presupuestarias, se apoye incrementar caprichosamente el gasto público al margen
del debate parlamentario para que lo pague el gobierno que surja de las urnas
y, en definitiva, todos los españoles. No en vano, Casado, compara al
Presidente con quien entra en un bar e indiscriminadamente pide y ofrece copas
para todos pero se larga antes de pagarlas dejándole el marrón a los invitados.
Lo cierto es que el Gobierno busca aprobar el máximo número de decretazos antes
de las elecciones, entre los que se contempla lanzar la mayor oferta de empleo
público, actualizar la financiación de las CCAA entregándoles un anticipo de
6.900 millones, aprobar mejoras de “protección social”, negociar un paquete
laboral sin modificar la reforma que hizo el PP, recuperar la reforma del
alquiler nuevamente negociada con Podemos que la rechazó en enero….. y que
luego........ (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 27 de febrero de 2019
domingo, 24 de febrero de 2019
DEMAGOGIA O UTOPÍA
Dice el Rey Felipe, y
con toda la razón del mundo, que “no es admisible apelar a una supuesta
democracia por encima del Derecho” y, saliendo al paso de los pretextos de
Torra y de los acusados del “procés” para justificar el ilegal 1-O, añade en
pleno juicio sobre el totalitarismo secesionista que “hay que garantizar la
dignidad de la persona por encima de los sentimientos nacionales”, volviendo a
hacer frente, una vez más, a la mentira del separatismo, pues la dignidad de la
persona pasa, entre otras cosas, por no atropellar su libertad mancillando sus
derechos individuales y colectivos que, como tal y como miembro de una sociedad
libre y democrática, tiene reconocidos expresamente, ya que, como dice el Rey,
nuestro Jefe de Estado, y cualquier demócrata convencido, “sin leyes no puede
haber democracia, sino demagogia”, desmontando las soflamas del independentismo
que tanto daño están causando a todos los españoles y muy especialmente a los
catalanes. No en vano al Rey Felipe le acaban de otorgar el Premio Mundial de
la Paz y la Libertad de la Asociación Mundial de Juristas por “el papel
fundamental de la Monarquía parlamentaria española y su inquebrantable compromiso
con el Estado de Derecho”, una especie de premio Nobel de la Justicia que en
sus 55 años de historia sólo han recibido tres personalidades: Churchill,
Mandela y René Cassin, el redactor principal de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Y es que la convivencia pacífica y libre entre las personas y
los pueblos sólo cabe dentro del marco democrático constitucional que nos hemos
dado, pues fuera del mismo y al margen de sus procedimientos nos moveríamos,
como hace el secesionismo totalitario unilateral, entre la demagogia (falsas
promesas populares pero difíciles de cumplir y procedimientos similares para
convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición
política) y, en el mejor de los casos, la utopía (sistema ideal de gobierno
concibiendo una sociedad perfecta y justa donde todo discurre sin conflictos y
en armonía; es decir, un plan o deseo aparentemente atrayente para la comunidad
pero alejado de la realidad y, por tanto, improbable que suceda o que se realice
en el momento de su formulación); en definitiva, una entelequia (situación
perfecta e ideal que sólo existe en la imaginación), como el anarquista
principio libertario que aboga por el “orden sin autoridad”, lo que no tiene ni
pies ni cabeza al tratarse simplemente de un sueño o una quimera que se
desvanece en el instante de despertar o, en caso contrario, se convierte en
algo muy peligroso al pretender materializarlo de forma unilateral y al margen
de la legalidad democrática establecida. Los totalitarismos visiponarios, ya
sean militares o populares, de extrema izquierda o de extrema derecha,
populistas o nacionalistas, han sido históricamente, y siguen siéndolo, el
cáncer de la libertad, del progreso y de la convivencia pacífica, dejando un
trágico balance de miseria, opresión, barbarie y muerte que jamás debiéramos
olvidar los pueblos libres. Y hoy, más que nunca, la actual España democrática,
experta desgraciadamente en indeseables totalitarismos históricos, necesita..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 20 de febrero de 2019
INSEGURIDAD POLÍTICA E INCERTIDUMBRE
El inédito e insólito
brevísimo gobierno de Pedro Sánchez da paso a un periodo de inseguridad e
incertidumbre política, social y económica de consecuencias incalculables que
difícilmente se resolverán con las elecciones generales del 28-A, salvo que,
cosa improbable, los españoles apostemos mayoritariamente y de forma clara por
una de las cinco formaciones políticas de ámbito nacional que se presentan a
las mismas. En efecto, el anuncio de convocar las elecciones, que no la
disolución de las Cortes, para dentro de casi dos meses y medio (¿es que no
había otra fecha anterior diferente al 28-A?) nos mete de lleno en una
larguísima precampaña electoral, campaña “de facto”, para desembocar en una
campaña electoral “de iure” que habrá de desarrollarse en buena medida en plena
Semana Santa, lo que, obviamente no parece lo más razonable, salvo que dicha
circunstancia se haya elegido adrede por cualquier razón que se nos escapa. Y,
como al mes siguiente, el 26-M, se celebrarán elecciones europeas, autonómicas
y municipales, es más que probable que, salvo que algún partido haya obtenido
una contundente mayoría de escaños (lo que, a día de hoy, es casi imposible),
no tengamos nuevo gobierno hasta el próximo otoño, allá por el mes de octubre, pues,
dados los antecedentes (Rajoy necesitó cuatro meses para pactar en 2016), a ver
quién es el guapo que, antes de los comicios territoriales y autonómicos, pone
sus cartas boca arriba y desvela fehacientemente sus ambigüedades calculadas y
sus intereses, con lo que las distintas formaciones partidarias, a la gresca
unas con otras, consideran que “negociar antes del 26-M es un suicidio
político”….y, obviamente, nadie quiere suicidarse políticamente de forma
consciente. Por tanto, los partidos políticos ya trabajan en un indeseable
escenario de bloqueo tras el 28-A hasta tener los resultados del 26-M, para
asumir pactos largos y a “tres bandas” tanto en Moncloa, como en las CCAA y
principales ayuntamientos, lo que supone, de momento, que vamos a tener un
gobierno interino para rato, mientras Sánchez recurre a un plan para
catástrofes con el fin de poder aprobar sus decretos cuando las Cortes estén
disueltas, sin tener en cuenta que gobernar por decreto-ley sólo tiene sentido,
democráticamente hablando, en circunstancias muy excepcionales y puntuales, ya
que hacerlo sistemáticamente burlaría el imprescindible debate parlamentario.
No sin razón, Antonio Garamendi, Presidente de la CEOE, insta a Sánchez,
durante su interinidad, a no modificar
la reforma laboral ni tomar más medidas de gasto antes de celebrarse las elecciones
con fecha ya fijada, alegando que “el Gobierno debería tener la decencia de no
legislar de aquí al 28-A” hasta que hablen las urnas. Y, según los datos
demoscópicos, la mayoría de las encuestas (salvo las del CIS de Tezanos que dan
una holgada mayoría a Sánchez) avalan la tendencia de que Sánchez ganará las
próximas elecciones a no demasiada distancia de Casado, pero que, escaños
arriba o abajo, ninguno de los dos gobernaría salvo pactos a tres bandas, bien
de PP-CS-Vox, bien de PSOE-IUPodemos-nacionalistas-independentistas; es decir,
reeditando para toda España el gobierno
de Andalucía o el Gobierno de Sánchez. Según NCReport, que es una de las.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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sábado, 16 de febrero de 2019
POR FIN ELECCIONES
Como si se tratara de un
parto, justo a los nueve meses del engendro político de un minoritario gobierno
indeseable e inviable, salvo en la mente de Pedro Sánchez y sus más íntimos,
tras un turbulento embarazo, plagado de sobresaltos e incidencias, y siempre
con amenaza de aborto, por fin éste se materializa, dando paso a unas nuevas y
esperadas elecciones generales que se celebrarán el próximo 28 de abril,
finiquitando así el gobierno más corto y sorprendente de toda la historia de
nuestra democracia. Han sido los propios padres de tal engendro político quienes
se han encargado de darle tan corta vida, dando la razón a quienes, desde el
inicio, mantuvimos que una moción de censura no constructiva, como fue el caso,
sólo podría aportar más problemas que la permanencia del gobierno derrocado,
por merecido que éste tuviera su derrocamiento. Cuestión distinta hubiera sido
si, como dice la Constitución, se hubiera conformado un gobierno de coalición alternativo,
mayoritario, solvente y creíble, capaz de garantizar la gobernabilidad del
Estado, en vez de este engendro caracterizado inevitablemente por los bandazos
y rectificaciones permanentes, las dimisiones obligadas de parte de sus
miembros, los chantajes por parte de sus supuestos socios, los postureos y
demagogias de cara a la galería, las negociaciones opacas y las
descalificaciones genéricas gratuitas a sus oponentes. Finalmente, a Sánchez,
el mentor y principal padre del engendro, tras constatar que el resto de
corresponsables de la paternidad rechazaban los Presupuestos, quitando la mascarilla
de oxígeno para impedir que siguiera sobreviviendo la criatura, le quedaban dos
opciones: alumbrar ya elecciones inmediatas que él mismo prometió el mismo día
de la fecundación in vitro, o someterse a una moción de confianza para que el
feto diera muestras de mayor viabilidad antes de ser abortado. Y Sánchez, tras
decir lo contrario hasta el final (desdecirse es consustancial a su
naturaleza), cayendo por fin del burro y no teniendo claro el apoyo de sus
socios a la presunta moción de confianza, acierta de nuevo cuando rectifica y
opta por el adelanto electoral, seguramente por aquello de que “rectificar es
de sabios”, aunque olvidando que “rectificar permanentemente es de necios”. Su
incapacidad para sacar adelante las Cuentas del Estado, es decir, el naufragio
definitivo de Sánchez, dan paso a la pugna electoral más fragmentada e incierta
de nuestra historia democrática, cuando en diciembre todavía apostaba por
seguir gobernando (o desgobernando) aunque le tumbaran los Presupuestos. Eso
sí, un día antes de convocarlas, el PSOE registraba cambios en la Diputación
Permanente, el órgano parlamentario de “guardia” en los procesos electorales,
depurando a los diputados críticos con el esperpéntico “relator”, como Barreda,
que es cesado en la Diputación permanente, o Soraya Rodríguez, que es
reemplazada como..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 13 de febrero de 2019
SERENIDAD Y SENSATEZ
Ha querido el caprichoso
destino que confluyan en el tiempo dos asuntos de vital importancia para el
futuro inmediato de nuestro país: el inicio del juicio a los líderes del
“procés” separatista y el debate de los Presupuestos Generales para 2019 en el
Congreso de los Diputados. Dos asuntos interrelacionados ya que la aprobación
de las cuentas del Gobierno dependen del apoyo del secesionismo, que se
empecina en vincularlo a que Moncloa se someta, sí o sí, a sus exigencias
ilegales, entre otras, la de negociar un inexistente e ilegal derecho de
autodeterminación, el nombramiento de un mediador internacional para el
inexistente “conflicto” entre Cataluña y España, y la ilegal intervención por
parte del Ejecutivo en favor de los procesados por el Tribunal Supremo que
finiquitaría la separación de poderes. En definitiva, acabar o dejar malherido
nuestro democrático Estado de Derecho, lo que finalmente ningún Gobierno
democrático se puede permitir por más paripés previos que haya hecho hasta
llegar el momento de la hora de la verdad. La hora de la verdad que llega
inexorablemente cuando de las palabras se ha de pasar a los hechos concretos,
cuando se ha de despejar la hojarasca demagógica para que se pueda ver con
claridad la cruda realidad y cuando los protagonistas del enredo han de tomar
decisiones palpables y cuantificables que finalmente les hará responsables de
las consecuencias posteriores derivadas de ellas. Y en los dos asuntos que nos
ocupan, como sucede en casi todos los asuntos, pasar de las palabras a los
hechos es bien sencillo: en el primero de ellos, el juicio al procés, afrontar,
con el Código Penal en la mano, las pruebas de culpabilidad, concretas y
específicas, que puedan demostrar la veracidad de las acusaciones delincuenciales
a los imputados; en el segundo de ellos, la aprobación de los PGE, constatar
mediante el voto en el Parlamento si gozan o no del favor de la mayoría
democrática parlamentaria. Al final, como dice Manuel Marchena, Presidente de
la Sala de lo Penal del Supremo y responsable de la redacción de la sentencia
sobre los graves acontecimientos del 1-O, que desembocaron en una ilegal
declaración de independencia de Cataluña, cada quien ha de asumir la
responsabilidad y la tarea que le compete con “serenidad y sensatez”, tal como
él mismo declara tener en estos momentos. Serenidad y sensatez, cualidades que
desgraciadamente no adornan a muchos de nuestros políticos y gobernantes a la
hora de hacer determinadas declaraciones, promesas o negociaciones sin calcular
las consecuencias personales y políticas cuando llegue el momento, que siempre
llega, de llevarlas a la práctica evidenciando con ello la irresponsabilidad de
las mismas. Tanto en el inicio del juicio a los líderes secesionistas del golpe
al Estado, como en el debate presupuestario en el Congreso, atrás debieran
quedar las previas demagogias y los postureos, las verdades a medias y las
falsedades, las descalificaciones gratuitas y las declaraciones rimbombantes,
las ambigüedades calculadas y las elucubraciones temerarias irreflexivas o los
silogismos que parten de premisas falsas y, obviamente, dan como resultado una
falsa conclusión. Sin embargo, no todos...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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sábado, 9 de febrero de 2019
OBSCENO CHANTAJE
De “obsceno chantaje”
que “calcina la democracia” califica Alfonso Guerra, con toda la razón del
mundo, la esperpéntica figura del “relator” que el Gobierno de Sánchez se ha
inventado como sucedáneo del indecente “mediador internacional” que exigen los
secesionistas, y que ha obligado a Carmen Calvo a esforzarse en explicarlo sin
éxito (para que todos pudiéramos entender de qué se trataba o, mejor dicho, de
que no se trataba), pues es difícil de entender en democracia semejantes
mediadores ya que es el entramado institucional, democráticamente establecido,
el cauce adecuado para profundizar en cualquier diálogo con luz y taquígrafos,
en vez de hacerlo en la sombra con nocturnidad y alevosía. Y añade además el ex
Vicepresidente del Gobierno que “nunca, nunca en la transición necesitamos un
relator”, preguntándose “los que han negociado tamaño desatino ¿con qué países
equiparan a España? ¿con Yemen del Sur, con Burkina Faso?”….. mientras el ex
Presidente Felipe González asegura que el diálogo ha de ser en el Parlament y
acusa al Presidente Sánchez de “degradar las instituciones” y la democracia,
sumándose así a barones, ex ministros y miembros del Gobierno que reniegan de
este mediador inadecuado, que incendia al mismísimo PSOE y moviliza a la
oposición, ante el espurio objetivo antidemocrático de complacer a los
separatistas a cambio de su apoyo a los Presupuestos, dando argumentos
convincentes para que PP, Cs y Vox decidan movilizarse en la calle para “echar
a Sánchez” y convoquen una manifestación en Madrid pidiendo elecciones lo antes
posible, tal como prometió Sánchez en el debate de moción de censura, y contra
la “humillación permanente” del Gobierno, con el lema “por una España unida,
elecciones ya”, mientras algunos barones socialistas, como Page, exigen un
debate interno, o como Lambán, avisan de que aprobar un Presupuesto no puede
“cuestionar la unidad de España”, en tanto que el Presidente del Gobierno, en
busca de una nueva foto propagandística, programaba como único acto del día en
Moncloa recibir a la selección femenina de fútbol sub-21, campeona en el
Mundial de Uruguay. Los barones socialistas se revuelven ya que, aunque no lo
entienda el Gobierno de Sánchez, “la soberanía nacional está por encima” de
cualquier otra consideración, y, para colmo, Elsa Artadi, portavoz del Govern
secesionista, acusa a Carmen Calvo de “mentir” durante su inútil explicación
edulcorada sobre el “relator” de marras, diciendo que la Vicepresidenta ha
aceptado “hasta tres veces en privado” la creación de una Mesa de partidos
estatales, y le deja bien claro que “si el diálogo no se basa en el derecho a
la autodeterminación y en poner fin a la represión, no hay espacio posible” y
que “el relator es para la mesa de partidos de España y para tratar la
autodeterminación”. Ya ven, más claro, el agua: o el Gobierno accede a apoyar
el inexistente derecho de autodeterminación y a impedir que se aplique la
justicia a los delincuentes secesionistas (dos asuntos que, en todo caso, no
dependen de ningún Gobierno democrático) o se rompe la baraja y la negociación.
Una encerrona al Gobierno de Sánchez, quien paradójicamente reivindica a España
como “democracia plena” en su visita al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en
Estrasburgo, mientras se sienta a negociar con los maestros del chantaje
secesionista, y Moncloa desoye las..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 6 de febrero de 2019
SÁNCHEZ, ¿SUPERVIVIENTE O SUPERVIVIDOR?
Nadie puede negar a
Pedro Sánchez su capacidad, incluso temeraria y visionaria, de resistir todo
tipo de contrariedades, que él mismo relata en su reciente libro
autobiográfico, “Manual de resistencia” (primero publicado por un presidente en
activo), donde presume de su trayectoria para hacerse con el liderazgo del PSOE
contra viento y marea, pretendiendo inmortalizarse con sólo siete meses de
Gobierno; y, dada su manifiesta demagogia y su descarado cinismo, genera
incluso dudas sobre si cobrará o no por ello (Planeta y Moncloa no lo aclaran)
a pesar de que el código ético del PSOE prohíbe expresamente cobrar a los
diputados, pues los códigos éticos para los supervivientes o supervividores,
como ustedes prefieran, son moldeables y adaptables a las necesidades del
protagonista en cada momento con tal de que le sirvan para resistir en su
trinchera o alcanzar el objetivo fijado. En efecto, Sánchez, que, imitando el
modelo populista de Podemos, había hecho bandera de las primarias frente al
anterior aparato del PSOE para ser elegido líder del partido por todos los
militantes, una vez asentado en el liderazgo, impone ahora a éstos, desde su
aparato, a los candidatos a las instituciones gubernamentales (el caso más
llamativo es el de Pepu Hernández a la alcaldía de Madrid) y ni siquiera repara
en disimular su “dedazo” intolerable defendiendo ahora su derecho como
militante a apoyar a quien él mismo propone, cuando era esto lo que demonizaba
del aparato anterior del PSOE por ser parcial y dejar en inferioridad de
condiciones al resto de candidatos (en este caso, incluso a
candidatos-militantes frente al no militante elegido por él mismo). Es más,
entra en campaña de defensa de Pepu en tan prostituidas primarias (como ven, exquisitamente
democráticas e imparciales) asegurando que la dirección socialista (es decir,
él mismo) no puede desentenderse de buscar “proyectos ganadores” (la dirección
anterior debía desentenderse en aras a la neutralidad), añadiendo en el acto de
presentación de Pepu, donde recibe el respaldo de todo su aparato, que “puede
ganar las elecciones y por eso le atacan”, mientras que, con semejante
descarado “dedazo”, desata el malestar generalizado en las bases militantes al
viciar así las primarias, que tanto defendía cuando aspiraba a liderar el
partido, justificando ahora, incoherente y cínicamente, que puede
“posicionarse” (antes era intolerable y antidemocrático), mientras reconoce que
“pocos quieren dar el salto” (cualquiera lo da si quiere permanecer en política
en semejantes circunstancias), en tanto que los militantes se quejan de que
“parece que en el partido no hay gente que pueda ganar las elecciones” y por
ello hay que buscar candidatos fuera de la organización. Y mientras el
superviviente o supervividor Sánchez, como ustedes prefieran, marca todos los
hitos democráticos imaginables (primer Presidente surgido de una moción de
censura en vez de unas elecciones generales, primer gobierno sustentado en una
manifiesta minoría parlamentaria, primer líder socialista que asalta el poder
de su partido mediante una rebelión de las bases, primer gobernante que negocia
con totalitarios secesionistas, que escribe y publica un libro autobiográfico
estando en el poder, que descaradamente defiende una cosa y la contraria con
sus permanentes y famosos bandazos etc etc), sigue coleando su..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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domingo, 3 de febrero de 2019
LA HORA DE LA VERDAD JURÍDICA
Los políticos presos
(que no presos políticos) del “procés” han sido trasladados de las cárceles catalanas
a cárceles madrileñas, pues el Tribunal Supremo inicia el juicio, señalando
para el próximo día doce la primera de las sesiones, con el propósito de
esclarecer los graves delitos imputados a los líderes independentistas
responsables del presunto ataque al Estado de Derecho español. Por tanto llega
la hora de la verdad jurídica, que, como en otros juicios, no siempre se
corresponde con la realidad percibida por los ciudadanos, pues los delitos que
se imputan a los procesados habrán de ser probados fehacientemente, lo que
obviamente no siempre se consigue. Por ello sería bueno desde el inicio del
juicio que todos, absolutamente todos, dejemos trabajar a la Justicia y, sobre
todo, agotadas todas las vías recurribles, nos comprometamos al acatamiento
sereno y tranquilo de la sentencia definitiva y firme, lo que, de entrada,
parece algo difícil, dado el talante manipulador de los totalitarios
secesionistas que, para conseguir su objetivo, no escatiman en denigrar con
mentiras o verdades a medias al Estado de Derecho del que Cataluña forma parte.
No en vano, el Gobierno despliega ya su diplomacia ante este juicio, intentando
contrarrestar la campaña de imagen del independentismo en otros países. Hay que
dejar bien claro que no se juzgan ideas políticas, por rechazables que sean
políticamente hablando, sino comportamientos concretos de los procesados y, por
tanto, frente a lo que dicen malévolamente sus partidarios, que siguen
obviamente libres y sin imputación alguna (si se juzgaran ideologías no lo
estarían), ni se juzga al nacionalismo independentista, ni al pueblo catalán,
ni a sus instituciones gubernamentales…. se juzga sencillamente a personas
concretas por presuntos delitos cometidos que habrán de quedar probados en un
juicio transparente y con todas las garantías procesales y de defensa. Un
juicio que citará a 500 testigos (entre ellos a Rajoy, Soraya Sáenz de
Santamaría, Rufián, Montoro, Urkullu, Colau….) en las distintas sesiones que
durarán aproximadamente tres meses; que responderá a las peticiones razonables
de las defensas, incluido su retraso si fuera preciso; que sería probablemente
parado si hubiera elecciones, al margen de la interferencia que puedan tener
las locales, autonómicas y europeas si fuera el caso; que será público y
televisado; y que comienza con un exquisito traslado VIP de los presos con un
furgón policial a estrenar por ellos para evitar quejas por el “mal olor”,
escoltado por una treintena de vehículos policiales. Un juicio, en definitiva,
en el que, por razones obvias, el Tribunal Supremo rechaza que declare
Puigdemont y el resto de fugitivos de la Justici, ya que deberían comparecer
como procesados junto a sus compañeros de fechorías y no como testigos, y
rechaza también la presencia de “observadores”, ya que, al ser el juicio
televisado, público y trasparente, cualquiera puede observar su desarrollo si
así lo deseara y, además, porque la figura de observadores internacionales sólo
tiene sentido en países de dudosa consolidación democrática, lo que no es el
caso en ninguno de lo países de la UE, entre ellos España. Lo impresentable es
que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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