Procede despedir 2018, un
año preñado de insólitos e inesperados cambios políticos en España, para dar la
bienvenida a 2019, un año electoral por excelencia que presagia notables
incertidumbres. Atrás queda pues un año caracterizado por hechos jamás
experimentados a lo largo de nuestra ya no tan joven democracia como es, entre
otros, el triunfo de una insólita moción de censura y el pertinente desalojo
del Gobierno, para dar paso a otro que sólo cuenta con 84 escaños en el
Congreso; la insólita investidura de un President-marioneta en Catalunya a las
órdenes de quien, fugado de la Justicia, se autoproclama como tal y, como tal,
se le presta pleitesía en su refugio exterior mientras los miembros de su
Govern, presos o fugados, están siendo procesados y acusados de gravísimos
delitos como la rebelión; o la insólita alternancia política en Andalucía por
vez primera en democracia gracias a la fuerte irrupción de un partido de
extrema derecha que la posibilitará. Y, tras ello, se abre paso otro año,
necesariamente electoral, plagado de incertidumbres sustanciales que obliga a
los partidos políticos a redefinir sus estrategias, conscientes de que
cualquier error, cualquier metedura de pata sustancial, puede truncar sus
expectativas futuras. En efecto, el socialista Sánchez busca tiempo para
consolidar su precario Gobierno y pide a sus ministros que resistan como sea al
menos hasta el otoño a pesar de la más que probable desaprobación de sus
Presupuestos para 2019; el popular Casado se marca la “vía andaluza” para
llegar a Moncloa sin chocar frontalmente con Vox, eufórico tras su éxito
electoral en Andalucía; el naranja Rivera busca cierta equidistancia para
entrar en futuros gobiernos locales o autonómicos pactando a derecha o
izquierda; el populista Iglesias fía casi todo su futuro al tirón femenino de
Montero ante la evidente sangría de votos de su formación política, como se ha
constatado en los comicios andaluces, y el estancamiento de su popularidad en
el liderazgo de la coalición morada; y Abascal, el extremo opuesto de Podemos,
aspira a conseguir esos dos millones de votos que le permitan, como en
Andalucía, inclinar el “vuelco” a la derecha en toda España. Entretanto, los
secesionistas catalanes, sabedores de que los tiempos se agotan y con el juicio
del “procés” a la vuelta de la esquina, quedan obligados a tomar decisiones lo
antes posible y a recomponer, al menos en apariencia, su resquebrajada unidad
para dar la sensación a sus seguidores de que, como bloque totalitario
indestructible, pueden salir del callejón totalitario sin salida en el que
solitos se han metido, pues el paripé de un inexistente “diálogo” sobre lo
imposible, democráticamente hablando, al que se presta el precario Gobierno de
Sánchez, no puede durar eternamente sin materializarlo en cambios concretos o
en ofertas viables (previa renuncia al totalitarismo hipernacionalista) que ni
depende del Presidente del Gobierno ni del President de la Generalitat ya que,
en todo caso, exigiría el consenso de amplias fuerzas políticas españolas
mayoritarias y, en definitiva, el de casi todos los españoles, incluidos los
catalanes, para iniciar con ..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 31 de diciembre de 2018
viernes, 28 de diciembre de 2018
LA VÍA ANDALUZA
Es obvio que en
democracia es el pueblo quien decide su propio destino, aunque luego los
partidos políticos, si los ciudadanos no le otorgaron a ninguno de ellos una
mayoría parlamentaria suficiente para gobernar, decidan, en el ejercicio de su
responsabilidad y de su libertad, conformar las alianzas necesarias entre ellos
para materializar gobiernos estables o inestables (¡allá ellos!), pues, al
final, de lo que hagan dependerá el futuro de cada uno y, en definitiva, el de
todos los ciudadanos. Por eso, tras cada proceso electoral, y finalizadas ya
las demagogias y los mantras utilizados para captar votos, no caben medias
tintas, sino tomar decisiones que, sin duda, los ciudadanos tendrán en cuenta
de cara al futuro, asignando a cada quien el grado de responsabilidad o
irresponsabilidad sobre lo que decidan. Ya no cabe modificar reglas ni
procedimientos (si gobierna la lista más votada, si quien consigue más apoyos parlamentarios,
si se aísla a partidos radicales extremistas….etc etc), pues todo eso había que
haberlo acordado antes y, si no se hizo, ahora cada partido, cada grupo
parlamentario, responde de sus actos y puede tomar las decisiones que considere
oportunas, sabiendo que de su acierto o error dependerá el grado de apoyos
ciudadanos futuros, y que de los argumentos, coherentes o no, demagógicos o no,
que utilice para justificar su definitiva decisión, dependerá su futura credibilidad.
Es lo que sucede en estos momentos en Andalucía (como ya ha sucedido en otras
CCAA, municipios e incluso en elecciones generales), donde los andaluces han
decidido no otorgar mayoría suficiente a ningún partido político, con lo que, o
se va a nuevas elecciones o se configura un Gobierno, más o menos estable,
dentro del abanico de posibilidades de alianzas, entre las que PP y Ciudadanos
han decidido sellar un acuerdo para gobernar en la Junta, pero, como entre
ambos no consiguen una estable mayoría parlamentaria, dependen de algún otro
partido (PSOE, Podemos o Vox) y, parece ser, que sólo Vox se presta a ello,
frente a las pretensiones del PSOE, el partido más votado, que no consigue
apoyos de nadie tras haber apostado todos los partidos durante la campaña por
“el cambio”, es decir, por el desalojo del Gobierno de Susana Díaz. El cambio
pues, se impone en Andalucía y, tras duras negociaciones entre PP y Ciudadanos,
ya se han dado los primeros pasos, con un previo acuerdo de programa de
Gobierno de coalición (y no sólo de apoyos parlamentarios) y con la
conformación de la nueva Mesa del Parlamento andaluz que presidirá Marta
Bosquet de Ciudadanos, gracias a los votos de PP, Cs y Vox, mientras Podemos
monta una pataleta renunciando a un puesto en la Mesa y PSOE, que tendrá dos
puestos, sigue con el mantra del “pacto de la vergüenza” que, utilizado ya en
campaña, ha echado del poder a Susana, quien, por cierto seguirá como diputada,
y coloca en la Mesa de la Cámara a la diputada Verónica Pérez, famosa por haber
dicho que era la “máxima autoridad” del PSOE cuando Pedro Sánchez fue desalojado
de la dirección. Entretanto el...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 26 de diciembre de 2018
FRÁGIL CONVIVENCIA
En otro genial discurso
de Nochebuena, nuestro Jefe de Estado, el Rey Felipe, ha puesto el dedo en la
llaga sobre las principales amenazas a nuestro Estado de Derecho y los
comportamientos adecuados para afrontarlas con cierto éxito, lo que debiera
sensibilizar a todos los demócratas del signo ideológico que sean para unirse
frente a ellas pues, en definitiva, atentan contra el bienestar, la libertad y
los derechos de todos los ciudadanos. En efecto, Felipe, entre otras cosas, ha
dicho que “es imprescindible que aseguremos en todo momento la convivencia”;
que hay que facilitar a las nuevas generaciones “un trabajo y un salario
dignos” para asegurar el progreso de los jóvenes; que “la Constitución no es
una realidad inerte, sino viva, que tutela las libertades”; que “la convivencia
exige el respeto a nuestra Constitución”, apelando a los ideales de la
Transición, base de nuestro progreso y pidiendo “consensos” para asegurar la
“frágil convivencia”; que la violencia contra las mujeres “merece nuestra
condena y repulsa más enérgica”; que “cuidemos y reforcemos los profundos
vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles”; que
hay que “hacer lo que esté en nuestras manos” para que no se pierdan esos
principios de la Constitución; que “el rencor y el resentimiento forman parte
de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan”……y, en definitiva,
por todo ello, pide a los líderes políticos, a todos ellos al margen de su
ideología, como generadores de opinión, “voluntad de entendimiento” pese a sus
diferencias ideológicas, para que apuesten siempre por la “convivencia” frente
a la “división”, llamándoles a la responsabilidad para dejar a las nuevas
generaciones el legado de la Transición que nos reconcilió a todos los españoles
y que tanto bien y progreso nos ha proporcionado a todos desde entonces. Un
excelente discurso de Estado en defensa de la Democracia, enmarcada en las
reglas de juego y principios de nuestra Constitución, como garantía de nuestras
libertades y derechos como ciudadanos que todos, absolutamente todos los
demócratas, debiéramos respetar, acatar y defender si no queremos regresar a la
ancestral y repudiable barbarie que a lo largo de los siglos ha manchado de
violencia y sangre nuestra triste historia democrática siempre truncada por los
desencuentros totalitarios. ¿Quién puede oponerse a tan sensato y democrático
discurso? En principio, ningún demócrata debiera oponerse y por tanto sólo los
totalitarios anti-demócratas, tanto de izquierdas como de derechas, avalarían
la repulsa, irracional y tendenciosa, al discurso en su conjunto o a cualquiera
de las apelaciones concretas hechas por el Jefe de Estado con exquisita
prudencia, pero con absoluta contundencia. Y así ha sido; los partidos
mayoritarios con representación parlamentaria y no independentistas, incluido
Podemos, alaban de una u otra forma el tono del mensaje de nuestro Jefe de
Estado, como no puede ser de otra forma desde la racionalidad democrática,
quedando al margen de ella quienes, como..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 24 de diciembre de 2018
MÁS OPTIMISTAS…. ¿POR QUÉ?
Dice Pedro Sánchez, tras
celebrar la “cumbre de gobiernos” con Torra y compañía, dirigida por Puigdemont
desde Suiza, que “somos más optimistas que hace una semana”, con la expectativa
de aguantar en el Gobierno al menos hasta otoño de 2019. Y la verdad es que tan
contundente optimismo del Presidente no lo entiende nadie, salvo que se refiera
a su mejor apuntalamiento personal en La Moncloa, pues el “conflicto” catalán
no ha mejorado en nada ni ha habido siquiera declaración alguna para albergar
cualquier atisbo de esperanza para resolverlo. En efecto, apenas pocas horas
después de la “cumbre” y tras la celebración con fuertes medidas de seguridad
del Consejo de Ministros en Barcelona, criticado y rechazado por el
independentismo hasta la saciedad, la Generalitat, conseguida la foto de
hipócrita concordia con Sánchez que deseaba, arremete de nuevo contra el Gobierno
de España (y, por tanto, también de todos los catalanes) y lo desprecia (a
pesar de los “gestos” y guiños a los secesionistas) afirmando Artadi, la
portavoz del Govern, que “para eso no hacía falta venir” y además culpando al
Ejecutivo de provocar los disturbios (que los hubo y no pocos) y tachando de
“acuerdos estéticos” lo acordado por el Consejo de Ministros para Cataluña. Es
evidente que la voracidad totalitaria del secesionismo sólo se satisfará si el
Gobierno de España, plegándose a sus exigencias antidemocráticas, actúa, como
ellos, al margen de la Constitución y de la Ley, ofreciéndoles de forma clara
lo que no pueden ofrecer democráticamente. Eso sí, mientras tanto, por mutuo
interés, Sánchez y Torra desbloqueaban la negociación del Presupuesto (no vaya
a ser que se desestabilice su respectiva permanencia en Gobierno y Govern y se
les acabe el chollo irresponsable del ficticio “diálogo”), los secesionistas
asediaban, como siempre, al Estado mientras se celebraba el Consejo de
Ministros en Barcelona con altercados en las calles (cortes de carreteras, casi
ochenta heridos, la mayoría mossos, y 13 detenidos….) y al grito de “tumbemos
el régimen” (es decir, la democracia). Pero no pasa nada, hay que ser
optimistas, mientras los CDR cercaban el Consejo de Ministros horas después de
la patética “cumbre de gobiernos”, aunque Moncloa ve encauzada “la salida al
conflicto” y el Govern le reprocha haber ido a Barcelona para tomar simplemente
“medidas estéticas” en tanto que la Generalitat justifica los altercados y
protestas culpando de la violencia a “infiltrados” que, curiosamente, nunca son
apresados. No en vano, los gestos estéticos de Sánchez con la Generalitat
inflaman a la oposición y desestabilizan al propio PSOE: de un lado, PP y
Ciudadanos censuran el inexistente “diálogo” entre Gobierno y Torra, mientras
Casado y Rivera denuncian la “traición” a España y exigen elecciones ya; y de
otro lado, mientras el Presidente abandona Barcelona sin atar ninguna
contrapartida a cambio de sus cesiones al independentismo, el socialista
Lambán, entre otros, afirma que los separatistas son un “cáncer” y le advierte
al optimista Sánchez de que no admitirá “transacciones”. Por otro lado, se
conoce que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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viernes, 21 de diciembre de 2018
CUMBRE ENTRE GOBIERNOS
Tras la grotesca
parafernalia por parte del Gobierno de España y de la Generalitat de Catalunya
para intentar llevarse el gato al agua de lo indefendible, como es un diálogo
inexistente, se produce el encuentro en Pedralbes entre Sánchez y Torra, sin
luz ni taquígrafos, al extremo de que, ya iniciada la reunión, protocolo de
Moncloa tiene que añadir a la escenografía, preparada intencionadamente por el
Govern, una flor de pascua roja a las dos amarillas ya colocadas, mientras
Torra exhibía en su solapa el famoso lazo amarillo reivindicando la libertad de
los que el secesionismo considera “presos políticos” en vez de políticos presos
por haber cometido presuntos graves delitos contra el Estado. Y es que la
necesidad obliga a ambas instituciones para buscar salidas a sus irresponsables
e indeseables posiciones: al Gobierno de Sánchez para intentar hacer ver que es
posible gobernar España con una minoría de 84 diputados y al Govern de Torra
para escenificar que es posible su ilegal “procés” independentista, cuando ambos
supuestos son inviables sin chapuzas. De ahí la polémica previa sobre el formato
de la reunión Sánchez-Torra, así como el carácter de la misma. Sánchez
pretendía un estricto encuentro con Torra para venderlo como el de cualquier
otro encuentro con un Presidente de una Comunidad Autónoma, y Torra pretendía
una cumbre entre Estados, de igual a igual, como si la Generalitat, un gobierno
territorial, no estuviese subordinado al Estado al que pertenece. Y con el
maximalismo del “diálogo” como señuelo de por medio (nadie obviamente va a
rechazar el concepto de diálogo para resolver los problemas) como objetivo de
ambas instituciones, en vez de dialogar de forma transparente dejando
previamente bien claro que cualquier solución pasa por el acatamiento a las
reglas de juego establecidas en la Constitución española, de donde deriva la
legitimidad del Parlament y del Govern de Catalunya, se produce un opaco encuentro
Sánchez-Torra y la posterior foto de familia de ambos con parte de sus
ministros y consellers, reunidos paralelamente “ad hoc”, al extremo de permitir
que Moncloa pueda vender el evento como, simplemente, un “saludo de cortesía” y
la Generalitat lo venda como una “cumbre de gobiernos” de tú a tú y de igual a
igual. Y así todos los ilusos contentos. Como consecuencia y ante tanto
oscurantismo deplorable, solo trasciende que Presidente y President pactan
buscar “una propuesta política de amplio apoyo”, anunciando una vía de diálogo
(Torra acababa de apostar por la “vía eslovena”) para lograr una solución al “conflicto”
en Cataluña “en el marco de la seguridad jurídica”. Así Sánchez, reo de su
pacto de investidura, claudica ante Torra que convierte la cita de Barcelona en
una cumbre bilateral y le obliga a asumir que “ambos gobiernos” pactarán una “solución
política” al “conflicto” catalán que cuente con un “amplio apoyo” pero sólo
entre los catalanes…..lo que obviamente es imposible ya que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 19 de diciembre de 2018
ATENTADO CONTRA EL ESTADO
Finalizada la fase de
instrucción, la vista previa del juicio contra los líderes independentistas del
“procés” acaba en un previsible choque entre la acusación, que sostiene que el
Tribunal Supremo es el competente para entender del caso, y las defensas, que
piden que la vista se celebre en Cataluña, mientras el Gobierno negocia una
especie de “minicumbre” de Estado en la que se reunirán Sánchez y Torra, y muy
probablemente algunos ministros con los consellers de su mismo ramo. En efecto,
mientras las defensas intentan que el juicio del “procés” no corra a cargo del
Supremo (el Tribunal más cualificado por excelencia), Fiscalía tiene clarísimo
que por la índole de los presuntos delitos cometidos, amén de los aforamientos,
compete al Alto Tribunal entender y juzgar el caso, ya que los dieciocho
procesados “han atacado el corazón de la democracia española”, en definitiva,
“un atentado contra el corazón del Estado”, defendiendo así la competencia del
Supremo para juzgar a los líderes del “procés” ya que pusieron “en la diana” el
“orden constitucional” y, por tanto, califica el “procés” de “atentado al
interés de España”, que no sólo al de Cataluña. Tras la contundencia de
Fiscalía, que obviamente habrá de probar dichas acusaciones durante el juicio
con todas las garantías procesales, como no cabe de otra forma en democracia, parece
más que probable la gravedad de unos hechos que apuntan directamente a un
verdadero delito de rebelión, un golpe de Estado en toda regla, que no tiene
desperdicio, protagonizado, no por ciudadanos de a pié, sino por gobernantes
investidos con la autoridad legítima que les confiere el Estado de Derecho
democrático y que ellos, en vez de defenderlo como sería su obligación,
arremeten contra dicho Estado para satisfacer sus objetivos políticos al margen
de la ley e imponer unilateralmente su voluntad a todos los españoles,
incluidos los catalanes. ¿Acaso no es golpismo y rebelión poner “en la diana”,
concienzuda y sistemáticamente, el “orden constitucional” cuyo acatamiento es
obligado para todos los ciudadanos y muy especialmente para quienes, como es el
caso, gracias al mismo ejercen un plus de responsabilidad y poder
institucional? ¿Acaso, salvando las formas, no eran estos objetivos los
pretendidos por Tejero y compañía en el frustrado golpe del 23-F? ¿Acaso ambas
aberraciones antidemocráticas no son atentados “al interés de España” y “contra
el corazón del Estado y de la democracia española”?..... Al igual que nadie,
ningún demócrata, hubiera entendido el 23-F negociar con Tejero o Miláns del Bosch,
y menos aún sin deponer nítidamente sus totalitarios comportamientos
fascistoides y rendirse, ahora ningún demócrata puede justificar o minimizar
hechos tan graves ni contemporizar con comportamientos y objetivos tan
similares….pues en ambos casos lo que está en juego es la Democracia. Es por
tanto deprimente y preocupante ver y oír en determinados medios a tertulianos
(políticos o no), supuestamente democráticos, poniéndose de perfil ante
semejantes liberticidas; y es inquietante y peligroso que desde el Gobierno se
mantenga el paripé de un diálogo inexistente, con el argumento de ser un deber
institucional, sin exigir previamente un acatamiento expreso al orden
constitucional establecido y una previa renuncia clara a cualquier
procedimiento totalitario. Pero, ya ven, el actual...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 17 de diciembre de 2018
ZAPATERO, EL QUE FALTABA
En plena ebullición de
la crisis catalana aparece en escena su principal muñidor, el ex Presidente
Zapatero, cuyo Gobierno dejó a Cataluña, en colaboración con el ex President
Montilla, y al resto de España en la mayor crisis política y económica conocida
en toda nuestra Democracia. Y aparece ahora ZP manifestando, entre otras cosas:
“no justifico a Maduro; trabajo para que no haya un conflicto civil allí”, “me
pareció interesante hablar con Otegi sobre el proceso del fin de ETA”, “el
resultado andaluz debe preocupar en el PSOE, pero no angustiar” y, referente a
los secesionistas, “no son golpistas; yo animo a Sánchez a seguir con el
diálogo”. Ya ven, ninguna de sus declaraciones tiene desperdicio. Sobre
Venezuela, donde hasta el mismísimo Pablo Iglesias reconoce ya que “la
situación política y económica ahora es nefasta”, sólo le faltaría justificar
al visionario Maduro…..¡menos mal que, según ZP, su “trabajo”, que nadie quiere
en la oposición al régimen chavista, es lo que está evitando un “conflicto
civil”!....como si no fuera poco conflicto carecer de libertades, de alimentos
y de las necesidades más básicas del ser humano y tener que buscar refugio
masivamente fuera del país. Sobre ETA, derrotada y aislada por la Democracia
española, no se entiende dónde puede encontrarse aspectos interesantes hablando
con sus dirigentes, en este caso con Otegi, sobre el proceso del fin del
terrorismo por parte de la banda, cuando lo único que interesa en estos casos
es la exigencia contundente de disolución de la misma y de la entrega de las
armas, así como que los asesinos se entreguen y comparezcan ante los tribunales
de Justicia para dar cuenta de todo el daño causado a los españoles y pagar en
las cárceles por ello. Sobre el PSOE, que él ya dejó bien tocado, aunque
Sánchez superó luego con creces el descalabro electoral socialista, cabría
decir que en PSOE cabe algo más que una simple preocupación, como dice ZP, ante
la deriva hacia ninguna parte de sus actuales dirigentes desde que tomaron el
relevo de Felipe González y compañía, llevando al partido a esta situación
dramática si tenemos en cuenta su indiscutible protagonismo en la
gobernabilidad de España durante la democracia como para andar ahora apenas
gobernando y gracias al escaso apoyo de populismos radicales y secesionistas
totalitarios tanto de izquierdas como de derechas. Y sobre los secesionistas,
lo que dice ZP, ya es el colmo, animando a Sánchez a un diálogo inexistente e
imposible, que, en realidad, es una permanente amenaza de los secesionistas,
que para él no son golpistas, cuando sus dirigentes están procesados por
gravísimos delitos de rebelión o sedición por el alzamiento contra el Estado de
Derecho y el no acatamiento desde las instituciones que gobiernan de las reglas
de juego democráticas establecida en nuestra democrática Constitución, que,
cuando les interesa, se la saltan a la torera, desde aquella irresponsable
promesa que les hiciera ZP cuando gobernaba en España en el sentido de que todo
lo que saliera del Parlament de Catalunya sería respaldado por el Gobierno
español…..y pasó....(sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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viernes, 14 de diciembre de 2018
INSÓLITO E INTOLERABLE
Es insólito, y sería
intolerable en cualquier país democrático del Planeta, que el Gobierno legítimo
y democrático sea coaccionado en su libertad de celebrar el Consejo de
Ministros en la ciudad del país que considere oportuno. Pero en España, por lo
visto, es normal y tolerable. Pero es más insólito e intolerable todavía que el
citado Gobierno encima no tome medida alguna contra quienes le coaccionan con
el apoyo, por acción u omisión, de otras instituciones territoriales del Estado,
sino que, por el contrario, intente reunirse con sus totalitarios gobernantes
como si nada anormal sucediera y sin contrapartida democrática alguna a cambio,
aunque sólo fuera de cara a la galería. Es lo que sucede con la anunciada
celebración en Barcelona del Consejo de Ministros el próximo día 21, para lo
que el Ejecutivo se ve obligado a movilizar nada menos que a unos 9.000 agentes
si quiere garantizar dicha celebración y proteger al Consejo Ministerial,
mientras los CDR, alentados desde la propia Generalitat, con cuyos dirigentes
quiere reunirse Sánchez, llaman directamente a dar la batalla contra dicha
iniciativa gubernamental. En efecto, los radicales, sin desautorización alguna
por parte del Govern dirigido por Torra, organizan comandos para asaltar
Barcelona ese día, pues un “ejército” de unos 6.000 CDR recluta a la guerrilla
(no se puede llamar de otra forma) del 21-D, según los planes para reventar la
reunión del Ejecutivo en la capital catalana y sembrar el caos en Cataluña,
marcando objetivos que van desde el centro de Barcelona a carreteras, puertos,
estaciones y aeropuertos, en tanto que los GAAR (Grupos Autónomos de Acciones
Rápidas, nacidos a la sombra de los CDR hace unos meses), “brazo operativo” de
los radicales CDR y que utilizan métodos de la “kale borroka” de ETA, se
encargarán de atacar a las Fuerzas de Seguridad del Estado, poniendo de alguna
forma la totalitaria y violenta “vía eslovena” que tanto le gusta a Torra. Por
su parte los Mossos, en plena protesta por las condiciones laborales en que les
tiene sometidos el Govern catalán, alertan de que “la Llotja es una ratonera
para el Consejo de Ministros”, siendo el lugar elegido por Sánchez para
celebrar el evento, mientras Artadi, la Consellera y Portavoz del Govern,
sostiene que “si la preocupación del Gobierno es la movilidad, la reunión en el
centro de Barcelona seguramente no es la mejor elección” e insiste en que el
Govern va a garantizar “todos los derechos, tanto el de reunión como el de
manifestación” a través del Cuerpo de los Mossos, olvidando Artadi que una cosa
es el derecho de manifestación (pacífica, previamente solicitada y
reivindicativa) y otra bien distinta la amenaza violenta, que obviamente no
supone derecho alguno sino todo lo contrario….en este caso, convocada para
impedir mediante la violencia el derecho del Gobierno de España a celebrar un
Consejo de Ministros donde considere oportuno, lo que no generaría problema
alguno, ni tamaño despliegue de las Fuerzas de Seguridad para garantizar el
orden, en ningún Estado de Derecho Democrático del mundo. Pero aquí, ya ven….y,
para colmo...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 12 de diciembre de 2018
FASCISTOIDE, INSENSATO E INCAPACITADO
El fiasco del plan de
Sánchez en Cataluña, manteniendo una absurda apariencia de diálogo con el
totalitario Torra y compañía, hace saltar todas las alarmas tras la apelación
de éste a la vía violenta para conseguir la independencia unilateral de
Cataluña, con los incontrolados CDR en las calles, haciendo de las suyas, y con
dirigentes del grupo terrorista Terra Lliure resurgiendo para exigir la toma
del Parlament. A base de golpes, totalmente predecibles, Sánchez va bajando del
burro y poco a poco (¡mira que le cuesta!) va entendiendo que con los
secesionistas totalitarios no se puede ir ni a la vuelta de la esquina,
mientras él gobierna gracias a su apoyo. En efecto, cada vez cuelan menos los
paños calientes y las comprensiones incomprensibles, sobre conductas claramente
fascistas y antidemocráticas, pisoteando el Estado de Derecho y la Constitución
que le avala. Y Sánchez lo va entendiendo con cuentagotas, no sólo porque tanto
PP y Ciudadanos se lo exija, sino que también porque muchos socialistas ya se lo
piden. Y, aunque el Gobierno sigue amagando con el 155, pero no actúa pese a la
tensión social, las amenazas in crescendo de Torra y la crisis manifiesta entre
Govern y los Mossos, al menos ya da el paso de empezar a llamar las cosas por
su nombre, para que todo el mundo lo entienda, y de advertir por carta a la
Generalitat de las posibles consecuencias que podrían derivarse si persiste en
su intolerable actitud antidemocrática. Algo es algo. En efecto, el Gobierno de
Sánchez, tras acusar a Casado y Rivera de crispar, no descarta ahora la
posibilidad de suspender la autonomía catalana, y, asumiendo el fracaso de la
distensión tras la “vía eslovena” de Torra y el varapalo del PSOE en Andalucía,
manda tres cartas (Carmen Calvo, Marlaska y Ábalos) al Govern de la Generalitat
advirtiéndole de que tomará medidas ante “la dejación de funciones” y de que
enviará a la Policía, mientras Moncloa estudia asumir el control de las cuentas
de la Generalitat, de los Mossos y de las infraestructuras para garantizar el
orden (mínimo cometido de todo Gobierno que se precie). Y, mientras el PP pide
en el Senado aplicar ya la Ley de Seguridad para intervenir la policía
autonómica, la vicepresidenta Carmen Calvo advierte de “consecuencias” por la
permisividad ante los CDR, Marlaska advierte de que las Fuerzas de Seguridad
intervendrán si se mantiene la pasividad de los Mossos, y antidisturbios
vigilarán la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona, que los
secesionistas pretenden reventar, en tanto que un fundador del grupo terrorista
Terra Lliure llama a tomar el Parlament ese día. Lógicamente van surgiendo
voces críticas socialistas ante la nefasta gestión de la crisis catalana: el
Presidente de Aragón exige al Gobierno elevar la presencia del estado en
Cataluña y tacha a Torra de “fascistoide”, la ministra Margarita Robles dice
que el líder catalán es un “insensato” que está “incapacitado” para el cargo, y
la diputada socialista Soraya Rodríguez atribuye el descalabro andaluz “a la
moción de censura apoyada por los independentistas”. Ya ven, lo que todos
sabemos y lo que a Sánchez le cuesta tanto entender. Entretanto....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 10 de diciembre de 2018
LA VÍA ESLOVENA
Aunque nada tenga que
ver Yugoslavia con España, ni en términos históricos (la República Federal
Socialista de Yugoslavia nace en el s. XX tras la Segunda Guerra Mundial, y
España es uno de los primeros estados modernos nacidos en el s. XV, nada más
finalizar la época feudal en la Europa Occidental), ni en términos políticos (la
Yugoslavia socialista no gozaba de libertades democráticas y España goza de
todas la libertades al uso en las democracias occidentales), Torra se empeña en
buscar similitudes entre ambos países para justificar su proyecto de
independencia unilateral de Cataluña y, en su esquizofrénico proceder, apoya
ahora la “vía eslovena” como paradigma, cuando con la independencia unilateral
de Eslovenia se desencadenó la llamada guerra de los Balcanes que finalmente
acabó con la desaparición del Estado de Yugoslavia y la independencia
consecuente de varios de sus territorios. Obviamente mediante la violencia y la
guerra. Así Torra, en un ataque de sinceridad subconsciente, desvela su apego
al uso de la violencia para conseguir su objetivo secesionista, olvidando que,
en ese caso, no siempre, como en Yugoslavia, se consigue el éxito de la independencia
pues el Estado quedaría legitimado para responder a la violencia y someter al
territorio en cuestión…y, en todo caso, al margen del resultado final, dejando
un rastro de sangre y ruina económica inevitable. No extraña pues que Torra
haya desatado la indignación casi generalizada al invocar la vía violenta de la
secesión eslovena (vamos, que si tuviera unas fuerzas armadas a su cargo no
tendría escrúpulos en alzarse militarmente contra España), por lo que, desde
Colau a Fernández, pasando por Iceta, Arrimadas o Ábalos, le tachan de
irresponsable al poner de ejemplo un conflicto armado para conseguir la
independencia de Cataluña. Pero obviamente, la vía violenta, que defiende
Torra, ya sin tapujos, no surge por arte de magia y, al efecto, los Comités de
Defensa de la República campan a sus anchas y utilizan la violencia para
amedrentar a los catalanes y cuando los Mossos actúan contra ellos el President
en vez de apoyarlos para que restablezcan la paz y el orden se inclina por cargar
contra su propia policía (insólito en cualquier gobernante), ordenando a su
Conseller de Interior que depure a los mandos y provocando la lógica indignación
en los propios mossos, mientras el Gobierno de Sánchez calla ante la intención
de Torra de depurarles. No extraña pues que los violentos CDR, con el apoyo,
por acción u omisión, del Govern a sus protestas callejeras, rechacen
tumultuariamente en las calles la anunciada celebración del Consejo de
Ministros el día 21 en Barcelona; que colapsen la AP-7 durante quince horas
ante la pasividad de la Generalitat; o que los jueces denuncien la pasividad
del Govern frente a los ataques que reciben en Cataluña. Es lo lógico con un
Quim Torra que da cuatro días de plazo a su conseller para que depure responsabilidades
por las actuaciones de los mossos, quienes amenazan con bajas ante la anunciada
purga y se sublevan por la continua politización, al acusarles el conseller de
no ser una “policía democrática” por haber cargado contra los violentos CDR
durante los disturbios del 6-D para intentar impedir celebrar el aniversario de
la Constitución por las calles catalanas, especialmente en Gerona y Tarrasa. Y
ante este indignante...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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viernes, 7 de diciembre de 2018
MANDATO PERMANENTE DE CONCORDIA
Hace cuarenta años los
españoles, haciendo memoria histórica, a la que tanto se apela ahora, decidimos
finiquitar un pasado de discordia y desencuentro entre nosotros mismos que, durante
casi dos siglos, nos había dejado un repudiable legado de motines,
pronunciamientos militares, golpes de Estado y dictaduras, tras los que los
vencedores diseñaban parcialmente su proyecto constitucional (a veces con
apariencia democrática), es decir, unas reglas de juego, pero contra los
vencidos quienes dentro de las mismas no podían desarrollar el normal ejercicio
libre y democrático de sus objetivos. La consecuencia, breves periodos de paz
impuesta y apariencia de cierta concordia hasta el siguiente golpe, conservador
o progresista, y vuelta a empezar. Era la cruda y trágica realidad decimonónica,
pues media España, la vencedora, contra la otra media, la vencida, más que un
marco de libertades le imponía un corsé asfixiante hasta que, para colmo, Cánovas
y Sagasta, tras el estrepitoso fracaso de la Primera República y el pertinente
golpe de Estado, deciden un cambalache de turno formal pacífico de sendos
partidos, que acaba definitivamente con el escaso pluralismo político anterior,
dando paso a una dictadura, la del General Primo de Rivera, y a la Segunda
República, que desemboca finalmente en una cruel y sangrienta Guerra Civil para
dar paso (de nuevo los vencedores y vencidos) a la larga dictadura de Franco,
tras cuya muerte los españoles dimos este giro copernicano, elaborando, por primera
vez en la Historia de España, una Constitución consensuada para todos y entre
todos, por amplísimo consenso, en la que cupieran todos los españoles y no sólo
los violentos vencedores, como había venido sucediendo hasta entonces. La
positiva consecuencia, el mayor periodo, cuarenta años, de progreso y
convivencia en paz y libertad de todos los españoles. No en vano, en este
cuarenta aniversario, el Jefe de Estado, Felipe VI, reivindica la Carta Magna
como la primera norma que une, y no divide, a los españoles, asegurando con
razón que es “La Constitución, un mandato permanente de concordia entre los
españoles” y “el alma viva de la democracia”, que “no hay que desvirtuar los
valores de la Constitución sino reivindicarlos”, ensalzando su “espíritu de reconciliación
e integración”, reiterando el compromiso de la Corona con el pacto de
convivencia que “trajo a España democracia y libertad” y pidiendo “construir
una España abierta a los cambios en la sociedad”. Además el Rey destaca el
papel que en la Transición tuvo su padre y reconoce, como hace todo el mundo,
su labor en aquellos difíciles años, al extremo de que el acto en el Congreso
del cuarenta aniversario de la Carta Magna, con presencia de todos los ex
Presidentes del Gobierno, se convierte en un homenaje a la Corona, recibiendo
Juan Carlos una larga ovación de todos los diputados salvo los de Podemos, que
se mantuvieron al margen. Sabias y acertadas palabras de nuestro Jefe del Estado
justo cuando algunos ...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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miércoles, 5 de diciembre de 2018
TENEMOS UN PROBLEMA
Mientras PP y Ciudadanos
pugnan por presidir el Gobierno de Andalucía, ya que, tanto Moreno como Marín
se ven con igual legitimidad para liderar el cambio que han votado los
andaluces, castigando severamente al PSOE-A, lo que ha disparado las
hostilidades entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, quien, al igual que otros barones
del PSOE, atribuye el fracaso electoral, entre otras cosas, a la relación del
sanchismo con los independentistas, Pedro y su Ejecutiva reaccionan pidiendo
cínicamente la cabeza de Susana por
haber obtenido los peores resultados de toda la historia del PSOE-A, olvidando
incoherentemente que él, después de obtener los peores resultados históricos
del PSOE en España, no hizo lo que ahora exige a la Presidenta andaluza y ni
siquiera cuando, empecinado en seguir como líder del socialismo español, superó
su propio histórico fracaso en las siguientes elecciones generales (dos fiascos
electorales socialistas consecutivos
liderados por él), dejando al PSOE al nivel mínimo histórico de apoyos
ciudadanos. Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga. No en vano los barones
socialistas temen que el fracaso electoral en Andalucía, siendo el territorio
con mayor implantación socialista, “se puede reproducir" en otras
Comunidades Autónomas por el mal rollo del Gobierno de Sánchez con los
secesionistas catalanes, y exigen tomar distancia clara del independentismo,
considerando que, de no hacerlo, “tenemos un problema”; pero Sánchez, con tal
de resistir en Moncloa como sea, opta por agitar un frente antiderecha y busca
aprobar los Presupuestos con ERC y PDeCat, protagonistas de un ilegal y
anticonstitucional “procés” secesionista, para retrasar la convocatoria de
elecciones generales, mientras su socio Pablo Iglesias ya moviliza la calle
contra Vox, cuyos dirigentes advierten de que “cuanto más nos insulten más nos
van a apoyar”. Y, con cientos de estudiantes manifestándose en varias ciudades
andaluzas tras la llamada de Podemos y con Ferraz marcando la salida de Susana,
que se resiste a dimitir y achaca los malos resultados electorales a la
política del Gobierno, PP y Ciudadanos, condenados a entenderse, pugnan por
presidir la Junta, con el inesperado protagonismo de Vox, cuyo líder
territorial, Serrano, dice que “sin nosotros no se hubiera producido este
vuelco histórico; somos la llave del Gobierno con nuestros doce diputados”,
mientras Moreno, el líder del PP, que acepta los votos de Vox, sostiene que “el
apoyo de Vox es necesario para la investidura, luego ya se verán pactos puntuales
y formas de Gobierno” y Marín, el líder de Ciudadanos, que trata de lograr la
abstención del PSOE, dice “vamos a volcarnos en un Gobierno presidido por Cs
con el apoyo del PP y el desbloqueo del PSOE; estamos legitimados”, a lo que el
popular Moreno responde que “si Ciudadanos salva a Susana Díaz, no podrá volver
a Andalucía”. Y Santiago Abascal, el líder máximo de Vox, pontifica, pensando
ya en las generales, con que.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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lunes, 3 de diciembre de 2018
Y ANDALUCÍA VOTÓ
Susana Díaz se empeñó en
adelantar las elecciones andaluzas, precisamente para que no coincidieran con
un previsible fallo judicial condenatorio por el caso de los ERE, y ya tiene
los resultados. Al efecto, había borrado la palabra “corrupción” de su programa
electoral y al final de la campaña incluso había agitado la bandera del miedo
para convulsionar el voto de derechas, alertando del peligro de votar a Vox, partido
que centraba el debate político y al que hasta la Vicepresidenta del Gobierno,
la inigualable Carmen Calvo, tachaba de “inconstitucional” (cuando ella no
tiene reparos en gobernar España con apoyo de secesionistas totalitarios y
populistas radicales), mientras Susana lo acusaba de ser “cómplices de
maltratadores”, provocando que su líder, Abascal, calificara a la Presidenta
andaluza de “sinvergüenza”. Y obviamente, Susana, para descontaminar a
Andalucía de las pintorescas políticas del Gobierno socialista español, había
minimizado la presencia en la campaña de su jefe, Pedro Sánchez, su encarnizado
rival por el liderazgo socialista, del que había sido desplazada por él
mediante una bronca campaña interna de primarias, repleta de insultos y
descalificaciones públicas groseras, indigna entre socialistas de verdad,
aunque, eso sí, aparentando ahora, pública y demagógicamente, absoluta sintonía
con él en los escasos actos de campaña para dar sensación de normalidad en sus
frías relaciones y paliar sus evidentes discrepancias políticas en temas
fundamentales para España. Pero ninguna de las estrategias de Susana Díaz y
Pedro Sánchez ha funcionado. Andalucía votó, como ella quería, y, superando las
más negativas previsiones demoscópicas para el PSOE, los andaluces le han dicho
un no rotundo precisamente en su más fiel y mayor granero de votos socialistas,
en el único territorio español donde todavía no ha habido alternancia política
durante todo el periodo democrático. Los resultados (y ahora ya no son
encuestas), con una abstención del 41´35%, la más alta de los últimos 28 años, han
sido los siguientes: PSOE, 27´9% de votos y 33 diputados (frente a los actuales
35´4% y 47 escaños); PP, 20´7% y 26 (frente a 26´7% y 33); Ciudadanos, 18´2% y
21 (frente a 9´2% y 9); Adelante Andalucía Podemos-IU y compañía, 16´1% y 17
(frente a 14´8% de Podemos y 6´8% de IU, es decir, frente a un 21´6%, y 15 de
Podemos y 5 de IU, es decir, frente a 20 escaños); y Vox, 10´9% y 12 (frente a
0´4% y 0). Aunque ahora toca hacer todo tipo de análisis pormenorizados, está
claro que la espectacular subida de Ciudadanos (9 puntos porcentuales y 12 escaños)
y la de Vox en su irrupción parlamentaria (10´5 puntos y 12 escaños), frente a
la importante caída del PP (6 puntos y 7 escaños), la de Adelante Andalucía
Podemos (5´5 puntos y 3 escaños) y el descalabro del PSOE (pierde 7´5 puntos y
14 escaños), diseñan un claro triunfo de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) con
un 49´8% de votos y 59 escaños, frente a la izquierda (PSOE-Podemos) con un 43%
de votos y 50 escaños. En definitiva, el PSOE se hunde en Andalucía y la
ultraderecha irrumpe en España, el PP aguanta a duras penas como segunda fuerza
política andaluza y Ciudadanos, que dobla escaños, no consigue el ansiado
“sorpasso” a los populares. Y mientras..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
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