viernes, 21 de diciembre de 2018

CUMBRE ENTRE GOBIERNOS

                        Tras la grotesca parafernalia por parte del Gobierno de España y de la Generalitat de Catalunya para intentar llevarse el gato al agua de lo indefendible, como es un diálogo inexistente, se produce el encuentro en Pedralbes entre Sánchez y Torra, sin luz ni taquígrafos, al extremo de que, ya iniciada la reunión, protocolo de Moncloa tiene que añadir a la escenografía, preparada intencionadamente por el Govern, una flor de pascua roja a las dos amarillas ya colocadas, mientras Torra exhibía en su solapa el famoso lazo amarillo reivindicando la libertad de los que el secesionismo considera “presos políticos” en vez de políticos presos por haber cometido presuntos graves delitos contra el Estado. Y es que la necesidad obliga a ambas instituciones para buscar salidas a sus irresponsables e indeseables posiciones: al Gobierno de Sánchez para intentar hacer ver que es posible gobernar España con una minoría de 84 diputados y al Govern de Torra para escenificar que es posible su ilegal “procés” independentista, cuando ambos supuestos son inviables sin chapuzas. De ahí la polémica previa sobre el formato de la reunión Sánchez-Torra, así como el carácter de la misma. Sánchez pretendía un estricto encuentro con Torra para venderlo como el de cualquier otro encuentro con un Presidente de una Comunidad Autónoma, y Torra pretendía una cumbre entre Estados, de igual a igual, como si la Generalitat, un gobierno territorial, no estuviese subordinado al Estado al que pertenece. Y con el maximalismo del “diálogo” como señuelo de por medio (nadie obviamente va a rechazar el concepto de diálogo para resolver los problemas) como objetivo de ambas instituciones, en vez de dialogar de forma transparente dejando previamente bien claro que cualquier solución pasa por el acatamiento a las reglas de juego establecidas en la Constitución española, de donde deriva la legitimidad del Parlament y del Govern de Catalunya, se produce un opaco encuentro Sánchez-Torra y la posterior foto de familia de ambos con parte de sus ministros y consellers, reunidos paralelamente “ad hoc”, al extremo de permitir que Moncloa pueda vender el evento como, simplemente, un “saludo de cortesía” y la Generalitat lo venda como una “cumbre de gobiernos” de tú a tú y de igual a igual. Y así todos los ilusos contentos. Como consecuencia y ante tanto oscurantismo deplorable, solo trasciende que Presidente y President pactan buscar “una propuesta política de amplio apoyo”, anunciando una vía de diálogo (Torra acababa de apostar por la “vía eslovena”) para lograr una solución al “conflicto” en Cataluña “en el marco de la seguridad jurídica”. Así Sánchez, reo de su pacto de investidura, claudica ante Torra que convierte la cita de Barcelona en una cumbre bilateral y le obliga a asumir que “ambos gobiernos” pactarán una “solución política” al “conflicto” catalán que cuente con un “amplio apoyo” pero sólo entre los catalanes…..lo que obviamente es imposible ya que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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