miércoles, 12 de diciembre de 2018

FASCISTOIDE, INSENSATO E INCAPACITADO

                        El fiasco del plan de Sánchez en Cataluña, manteniendo una absurda apariencia de diálogo con el totalitario Torra y compañía, hace saltar todas las alarmas tras la apelación de éste a la vía violenta para conseguir la independencia unilateral de Cataluña, con los incontrolados CDR en las calles, haciendo de las suyas, y con dirigentes del grupo terrorista Terra Lliure resurgiendo para exigir la toma del Parlament. A base de golpes, totalmente predecibles, Sánchez va bajando del burro y poco a poco (¡mira que le cuesta!) va entendiendo que con los secesionistas totalitarios no se puede ir ni a la vuelta de la esquina, mientras él gobierna gracias a su apoyo. En efecto, cada vez cuelan menos los paños calientes y las comprensiones incomprensibles, sobre conductas claramente fascistas y antidemocráticas, pisoteando el Estado de Derecho y la Constitución que le avala. Y Sánchez lo va entendiendo con cuentagotas, no sólo porque tanto PP y Ciudadanos se lo exija, sino que también porque muchos socialistas ya se lo piden. Y, aunque el Gobierno sigue amagando con el 155, pero no actúa pese a la tensión social, las amenazas in crescendo de Torra y la crisis manifiesta entre Govern y los Mossos, al menos ya da el paso de empezar a llamar las cosas por su nombre, para que todo el mundo lo entienda, y de advertir por carta a la Generalitat de las posibles consecuencias que podrían derivarse si persiste en su intolerable actitud antidemocrática. Algo es algo. En efecto, el Gobierno de Sánchez, tras acusar a Casado y Rivera de crispar, no descarta ahora la posibilidad de suspender la autonomía catalana, y, asumiendo el fracaso de la distensión tras la “vía eslovena” de Torra y el varapalo del PSOE en Andalucía, manda tres cartas (Carmen Calvo, Marlaska y Ábalos) al Govern de la Generalitat advirtiéndole de que tomará medidas ante “la dejación de funciones” y de que enviará a la Policía, mientras Moncloa estudia asumir el control de las cuentas de la Generalitat, de los Mossos y de las infraestructuras para garantizar el orden (mínimo cometido de todo Gobierno que se precie). Y, mientras el PP pide en el Senado aplicar ya la Ley de Seguridad para intervenir la policía autonómica, la vicepresidenta Carmen Calvo advierte de “consecuencias” por la permisividad ante los CDR, Marlaska advierte de que las Fuerzas de Seguridad intervendrán si se mantiene la pasividad de los Mossos, y antidisturbios vigilarán la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona, que los secesionistas pretenden reventar, en tanto que un fundador del grupo terrorista Terra Lliure llama a tomar el Parlament ese día. Lógicamente van surgiendo voces críticas socialistas ante la nefasta gestión de la crisis catalana: el Presidente de Aragón exige al Gobierno elevar la presencia del estado en Cataluña y tacha a Torra de “fascistoide”, la ministra Margarita Robles dice que el líder catalán es un “insensato” que está “incapacitado” para el cargo, y la diputada socialista Soraya Rodríguez atribuye el descalabro andaluz “a la moción de censura apoyada por los independentistas”. Ya ven, lo que todos sabemos y lo que a Sánchez le cuesta tanto entender. Entretanto....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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