Dice Pedro Sánchez, tras
celebrar la “cumbre de gobiernos” con Torra y compañía, dirigida por Puigdemont
desde Suiza, que “somos más optimistas que hace una semana”, con la expectativa
de aguantar en el Gobierno al menos hasta otoño de 2019. Y la verdad es que tan
contundente optimismo del Presidente no lo entiende nadie, salvo que se refiera
a su mejor apuntalamiento personal en La Moncloa, pues el “conflicto” catalán
no ha mejorado en nada ni ha habido siquiera declaración alguna para albergar
cualquier atisbo de esperanza para resolverlo. En efecto, apenas pocas horas
después de la “cumbre” y tras la celebración con fuertes medidas de seguridad
del Consejo de Ministros en Barcelona, criticado y rechazado por el
independentismo hasta la saciedad, la Generalitat, conseguida la foto de
hipócrita concordia con Sánchez que deseaba, arremete de nuevo contra el Gobierno
de España (y, por tanto, también de todos los catalanes) y lo desprecia (a
pesar de los “gestos” y guiños a los secesionistas) afirmando Artadi, la
portavoz del Govern, que “para eso no hacía falta venir” y además culpando al
Ejecutivo de provocar los disturbios (que los hubo y no pocos) y tachando de
“acuerdos estéticos” lo acordado por el Consejo de Ministros para Cataluña. Es
evidente que la voracidad totalitaria del secesionismo sólo se satisfará si el
Gobierno de España, plegándose a sus exigencias antidemocráticas, actúa, como
ellos, al margen de la Constitución y de la Ley, ofreciéndoles de forma clara
lo que no pueden ofrecer democráticamente. Eso sí, mientras tanto, por mutuo
interés, Sánchez y Torra desbloqueaban la negociación del Presupuesto (no vaya
a ser que se desestabilice su respectiva permanencia en Gobierno y Govern y se
les acabe el chollo irresponsable del ficticio “diálogo”), los secesionistas
asediaban, como siempre, al Estado mientras se celebraba el Consejo de
Ministros en Barcelona con altercados en las calles (cortes de carreteras, casi
ochenta heridos, la mayoría mossos, y 13 detenidos….) y al grito de “tumbemos
el régimen” (es decir, la democracia). Pero no pasa nada, hay que ser
optimistas, mientras los CDR cercaban el Consejo de Ministros horas después de
la patética “cumbre de gobiernos”, aunque Moncloa ve encauzada “la salida al
conflicto” y el Govern le reprocha haber ido a Barcelona para tomar simplemente
“medidas estéticas” en tanto que la Generalitat justifica los altercados y
protestas culpando de la violencia a “infiltrados” que, curiosamente, nunca son
apresados. No en vano, los gestos estéticos de Sánchez con la Generalitat
inflaman a la oposición y desestabilizan al propio PSOE: de un lado, PP y
Ciudadanos censuran el inexistente “diálogo” entre Gobierno y Torra, mientras
Casado y Rivera denuncian la “traición” a España y exigen elecciones ya; y de
otro lado, mientras el Presidente abandona Barcelona sin atar ninguna
contrapartida a cambio de sus cesiones al independentismo, el socialista
Lambán, entre otros, afirma que los separatistas son un “cáncer” y le advierte
al optimista Sánchez de que no admitirá “transacciones”. Por otro lado, se
conoce que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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