miércoles, 26 de diciembre de 2018

FRÁGIL CONVIVENCIA

                        En otro genial discurso de Nochebuena, nuestro Jefe de Estado, el Rey Felipe, ha puesto el dedo en la llaga sobre las principales amenazas a nuestro Estado de Derecho y los comportamientos adecuados para afrontarlas con cierto éxito, lo que debiera sensibilizar a todos los demócratas del signo ideológico que sean para unirse frente a ellas pues, en definitiva, atentan contra el bienestar, la libertad y los derechos de todos los ciudadanos. En efecto, Felipe, entre otras cosas, ha dicho que “es imprescindible que aseguremos en todo momento la convivencia”; que hay que facilitar a las nuevas generaciones “un trabajo y un salario dignos” para asegurar el progreso de los jóvenes; que “la Constitución no es una realidad inerte, sino viva, que tutela las libertades”; que “la convivencia exige el respeto a nuestra Constitución”, apelando a los ideales de la Transición, base de nuestro progreso y pidiendo “consensos” para asegurar la “frágil convivencia”; que la violencia contra las mujeres “merece nuestra condena y repulsa más enérgica”; que “cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles”; que hay que “hacer lo que esté en nuestras manos” para que no se pierdan esos principios de la Constitución; que “el rencor y el resentimiento forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan”……y, en definitiva, por todo ello, pide a los líderes políticos, a todos ellos al margen de su ideología, como generadores de opinión, “voluntad de entendimiento” pese a sus diferencias ideológicas, para que apuesten siempre por la “convivencia” frente a la “división”, llamándoles a la responsabilidad para dejar a las nuevas generaciones el legado de la Transición que nos reconcilió a todos los españoles y que tanto bien y progreso nos ha proporcionado a todos desde entonces. Un excelente discurso de Estado en defensa de la Democracia, enmarcada en las reglas de juego y principios de nuestra Constitución, como garantía de nuestras libertades y derechos como ciudadanos que todos, absolutamente todos los demócratas, debiéramos respetar, acatar y defender si no queremos regresar a la ancestral y repudiable barbarie que a lo largo de los siglos ha manchado de violencia y sangre nuestra triste historia democrática siempre truncada por los desencuentros totalitarios. ¿Quién puede oponerse a tan sensato y democrático discurso? En principio, ningún demócrata debiera oponerse y por tanto sólo los totalitarios anti-demócratas, tanto de izquierdas como de derechas, avalarían la repulsa, irracional y tendenciosa, al discurso en su conjunto o a cualquiera de las apelaciones concretas hechas por el Jefe de Estado con exquisita prudencia, pero con absoluta contundencia. Y así ha sido; los partidos mayoritarios con representación parlamentaria y no independentistas, incluido Podemos, alaban de una u otra forma el tono del mensaje de nuestro Jefe de Estado, como no puede ser de otra forma desde la racionalidad democrática, quedando al margen de ella quienes, como..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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