lunes, 3 de diciembre de 2018

Y ANDALUCÍA VOTÓ

                        Susana Díaz se empeñó en adelantar las elecciones andaluzas, precisamente para que no coincidieran con un previsible fallo judicial condenatorio por el caso de los ERE, y ya tiene los resultados. Al efecto, había borrado la palabra “corrupción” de su programa electoral y al final de la campaña incluso había agitado la bandera del miedo para convulsionar el voto de derechas, alertando del peligro de votar a Vox, partido que centraba el debate político y al que hasta la Vicepresidenta del Gobierno, la inigualable Carmen Calvo, tachaba de “inconstitucional” (cuando ella no tiene reparos en gobernar España con apoyo de secesionistas totalitarios y populistas radicales), mientras Susana lo acusaba de ser “cómplices de maltratadores”, provocando que su líder, Abascal, calificara a la Presidenta andaluza de “sinvergüenza”. Y obviamente, Susana, para descontaminar a Andalucía de las pintorescas políticas del Gobierno socialista español, había minimizado la presencia en la campaña de su jefe, Pedro Sánchez, su encarnizado rival por el liderazgo socialista, del que había sido desplazada por él mediante una bronca campaña interna de primarias, repleta de insultos y descalificaciones públicas groseras, indigna entre socialistas de verdad, aunque, eso sí, aparentando ahora, pública y demagógicamente, absoluta sintonía con él en los escasos actos de campaña para dar sensación de normalidad en sus frías relaciones y paliar sus evidentes discrepancias políticas en temas fundamentales para España. Pero ninguna de las estrategias de Susana Díaz y Pedro Sánchez ha funcionado. Andalucía votó, como ella quería, y, superando las más negativas previsiones demoscópicas para el PSOE, los andaluces le han dicho un no rotundo precisamente en su más fiel y mayor granero de votos socialistas, en el único territorio español donde todavía no ha habido alternancia política durante todo el periodo democrático. Los resultados (y ahora ya no son encuestas), con una abstención del 41´35%, la más alta de los últimos 28 años, han sido los siguientes: PSOE, 27´9% de votos y 33 diputados (frente a los actuales 35´4% y 47 escaños); PP, 20´7% y 26 (frente a 26´7% y 33); Ciudadanos, 18´2% y 21 (frente a 9´2% y 9); Adelante Andalucía Podemos-IU y compañía, 16´1% y 17 (frente a 14´8% de Podemos y 6´8% de IU, es decir, frente a un 21´6%, y 15 de Podemos y 5 de IU, es decir, frente a 20 escaños); y Vox, 10´9% y 12 (frente a 0´4% y 0). Aunque ahora toca hacer todo tipo de análisis pormenorizados, está claro que la espectacular subida de Ciudadanos (9 puntos porcentuales y 12 escaños) y la de Vox en su irrupción parlamentaria (10´5 puntos y 12 escaños), frente a la importante caída del PP (6 puntos y 7 escaños), la de Adelante Andalucía Podemos (5´5 puntos y 3 escaños) y el descalabro del PSOE (pierde 7´5 puntos y 14 escaños), diseñan un claro triunfo de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) con un 49´8% de votos y 59 escaños, frente a la izquierda (PSOE-Podemos) con un 43% de votos y 50 escaños. En definitiva, el PSOE se hunde en Andalucía y la ultraderecha irrumpe en España, el PP aguanta a duras penas como segunda fuerza política andaluza y Ciudadanos, que dobla escaños, no consigue el ansiado “sorpasso” a los populares. Y mientras.....  (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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