lunes, 10 de diciembre de 2018

LA VÍA ESLOVENA

                        Aunque nada tenga que ver Yugoslavia con España, ni en términos históricos (la República Federal Socialista de Yugoslavia nace en el s. XX tras la Segunda Guerra Mundial, y España es uno de los primeros estados modernos nacidos en el s. XV, nada más finalizar la época feudal en la Europa Occidental), ni en términos políticos (la Yugoslavia socialista no gozaba de libertades democráticas y España goza de todas la libertades al uso en las democracias occidentales), Torra se empeña en buscar similitudes entre ambos países para justificar su proyecto de independencia unilateral de Cataluña y, en su esquizofrénico proceder, apoya ahora la “vía eslovena” como paradigma, cuando con la independencia unilateral de Eslovenia se desencadenó la llamada guerra de los Balcanes que finalmente acabó con la desaparición del Estado de Yugoslavia y la independencia consecuente de varios de sus territorios. Obviamente mediante la violencia y la guerra. Así Torra, en un ataque de sinceridad subconsciente, desvela su apego al uso de la violencia para conseguir su objetivo secesionista, olvidando que, en ese caso, no siempre, como en Yugoslavia, se consigue el éxito de la independencia pues el Estado quedaría legitimado para responder a la violencia y someter al territorio en cuestión…y, en todo caso, al margen del resultado final, dejando un rastro de sangre y ruina económica inevitable. No extraña pues que Torra haya desatado la indignación casi generalizada al invocar la vía violenta de la secesión eslovena (vamos, que si tuviera unas fuerzas armadas a su cargo no tendría escrúpulos en alzarse militarmente contra España), por lo que, desde Colau a Fernández, pasando por Iceta, Arrimadas o Ábalos, le tachan de irresponsable al poner de ejemplo un conflicto armado para conseguir la independencia de Cataluña. Pero obviamente, la vía violenta, que defiende Torra, ya sin tapujos, no surge por arte de magia y, al efecto, los Comités de Defensa de la República campan a sus anchas y utilizan la violencia para amedrentar a los catalanes y cuando los Mossos actúan contra ellos el President en vez de apoyarlos para que restablezcan la paz y el orden se inclina por cargar contra su propia policía (insólito en cualquier gobernante), ordenando a su Conseller de Interior que depure a los mandos y provocando la lógica indignación en los propios mossos, mientras el Gobierno de Sánchez calla ante la intención de Torra de depurarles. No extraña pues que los violentos CDR, con el apoyo, por acción u omisión, del Govern a sus protestas callejeras, rechacen tumultuariamente en las calles la anunciada celebración del Consejo de Ministros el día 21 en Barcelona; que colapsen la AP-7 durante quince horas ante la pasividad de la Generalitat; o que los jueces denuncien la pasividad del Govern frente a los ataques que reciben en Cataluña. Es lo lógico con un Quim Torra que da cuatro días de plazo a su conseller para que depure responsabilidades por las actuaciones de los mossos, quienes amenazan con bajas ante la anunciada purga y se sublevan por la continua politización, al acusarles el conseller de no ser una “policía democrática” por haber cargado contra los violentos CDR durante los disturbios del 6-D para intentar impedir celebrar el aniversario de la Constitución por las calles catalanas, especialmente en Gerona y Tarrasa. Y ante este indignante...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario