Después de la permanente
movilización callejera soberanista con constantes manifestaciones y
concentraciones masivas de lo que los gobernantes independentistas llaman “el
pueblo catalán”, no sabemos si a la multitudinaria manifestación de ayer en
Barcelona (comparable a las más numerosas que se hayan visto anteriormente)
contra el separatismo y por la Constitución dichos gobernantes la considerarán
del “pueblo catalán” o de los extraterrestres. En efecto, harta de soportar
agresiones y desprecios por parte de los independentistas, la mayoría
silenciosa sale a la calle para decir “¡basta!” y contrarrestar la apropiación
de su identidad en favor de totalitarios proyectos soberanistas que sólo
conducen al caos y la miseria social y económica. Una masiva e histórica
manifestación en la que cientos de miles de personas inundan las calles de
Barcelona para gritar “¡se acabó la marginación, tenemos derecho a ser tenidos
en cuenta!”, “no podrán dividir España” o “España somos todos”, entre otros
lemas por la unidad, el pluralismo y la democracia constitucional, como clamor
de la mayoría silenciosa, menospreciada por el Govern de Cataluña, sobre todo cuando esta otra parte del pueblo
catalán, frente a la otra, representa la verdadera democracia y, como en
cualquier democracia occidental, no quiere que ningún tipo de totalitarismo
atropelle sus derechos enmarcados en la Constitución, bastante atropellados
hasta la fecha. Como colofón a la masiva manifestación, convocada por la
Sociedad Civil Catalana, el premio Nobel Vargas Llosa, manifiesta que los
independentistas “quieren convertir a Cataluña en un país tercermundista” y el
ex ministro Borrell dice, especialmente a los empresarios, que “esto no hubiera ocurrido si hubierais avisado
antes”, lo que, extendido a todos y no sólo a los empresarios, es totalmente
cierto, pues nada peor ante los totalitarismos que una cierta permisividad o
mirar para otro lado ante sus progresivos desmanes anticonstitucionalistas y,
por tanto, antidemocráticos. Ya en la víspera de esta multitudinaria reacción
democrática en la capital catalana, se dieron manifestaciones en toda España,
incluida Cataluña, por el diálogo y contra el separatismo, en las que decenas
de miles de personas (con Madrid y Barcelona como las que reunieron el mayor
número de asistentes) defendían la unidad y la Constitución, inundando de
banderas blancas las que abogaban por el diálogo y con banderas de España (la
de todos los españoles, incluidos los catalanes) las que lo hacían por la
unidad y para que el Gobierno de España tome medidas contra semejante agresión
al Estado de Derecho, acentuando la reivindicación, bien en que Puigdemont
dialogue con Rajoy, bien en que el “president” vaya a prisión. Todo va a
depender de... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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