Inevitablemente, el
empecinamiento antidemocrático de Puigdemont y su comparsa ha activado la
puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución que dice: “Si una
Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras
leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general
de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad
Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría
absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla
al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del
mencionado interés general”. Mayor claridad, imposible; y, dadas las
circunstancias, mayor necesidad, también, pues es meridianamente claro que los
gobernantes secesionistas de la Comunidad Autónoma de Cataluña incumplen
reiteradamente las obligaciones constitucionales y las leyes democráticas,
atentando grave y claramente contra el interés general de España; asimismo es
manifiestamente claro y notorio los requerimientos que el Gobierno de España ha
hecho al Presidente de la Generalitat para que deponga su actitud y rectifique
en su intolerable proceder, no siendo atendidos por éste, sino todo lo
contrario. Por tanto al Gobierno de España sólo le quedaban dos opciones: mirar
para otro lado y que la Generalitat prosiguiera con su perverso proceso
antidemocrático en contra de todos los españoles, incluidos los catalanes, o
“adoptar las medidas necesarias” para obligar a la Generalitat al “cumplimiento
forzoso” de sus obligaciones y proteger así el “interés general”. Y obviamente
el Gobierno de España ha optado por ejercer su obligación acordando enviar al Senado
para su aprobación “por mayoría absoluta” las “medidas necesarias” para
restaurar el orden constitucional en Cataluña consistentes en relevar al
President y su Govern, que quedaría destituido por su flagrante actuación al
margen de sus obligaciones constitucionales y legales, que pasarían a ser
ejercidas temporalmente por el Gobierno de España y sus respectivos
Ministerios; en mantener el Parlament de Cataluña pero tutelado parcialmente
para evitar nuevos ataques a la Constitución y al Estatuto de Cataluña, como la
ilegítima e ilegal legislación paralela para dar apariencia de cobertura legal
al “procés” totalitario del Govern; y en convocar elecciones autonómicas en
Cataluña en un plazo máximo de seis meses para que los catalanes decidan el
nuevo Govern que, al margen de su sesgo independentista o no (eso lo decidirán
los catalanes), se disponga a gobernar de forma democrática y, por tanto,
acatando la Constitución, el Estatut y las Leyes democráticas acordadas en vez
de prostituirlas y mancillarlas como ha venido haciendo este Govern dirigido
por Puigdemont y heredado de Artur Mas. Actuación impecable pues del Gobierno
de Rajoy, con el apoyo del PP, PSOE y Ciudadanos, que representan en las Cortes
Generales a más del 70% de todos los españoles, incluidos los catalanes, y que
es el... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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