Cierto que rectificar es
de sabios, pues mantenerse en el error es sencillamente irracional, pero, dicho
esto, también es cierto que rectificar permanentemente es de necios, pues
proponer inconvenientes de forma permanente pone en evidencia la ausencia de
racionalidad en las propuestas, lo que, si es anecdótico, tiene un pase
(cualquiera se equivoca alguna vez en la vida), pero si es permanente, es muy
preocupante. Y algo de esto sucede a Sánchez y a su gobierno de coalición que,
instalado en el error, sólo acierta cuando rectifica. El último de los ejemplos
(los hay a decenas) atañe al precipitado anuncio de un permiso para que los
niños puedan salir a la calle en pleno confinamiento acompañados de sus
progenitores, lo que simplemente requiere decidir a qué niños se aplicará y
cuándo, cómo y dónde lo harán para garantizar por un lado su necesidad de
disfrutar diariamente del aire puro y hacer ejercicios físicos en pleno periodo
de crecimiento, y, por otro lado, mitigar al máximo posible el riesgo de
contagio del coronavirus en plena pandemia. Pues bien, algo tan simple como
establecer dicho plan y, una vez establecido y concretado, anunciarlo
públicamente con pelos y señales, se ha convertido en un espectáculo desde que,
sin tenerlo hecho todavía, el Presidente se permitiera anunciar
precipitadamente la salida de los niños sin ninguna concreción, al extremo de
no saber ni qué niños se verían beneficiados por la medida según su edad. Y no
conforme el Gobierno con la incertidumbre e inquietud generadas, da un paso más
y, por fin, anuncia que los niños sólo saldrían para acompañar a alguno de sus
progenitores a supermercados, bancos o farmacias, lugares como ven totalmente
idóneos para el esparcimiento de los menores y el alejamiento de contagios,
generando un aluvión de críticas tanto de los partidos de la oposición, como de
los padres y especialistas, al extremo de obligar al ministro Illa a volver a
improvisar en pocas horas para no poner en peligro la convalidación inminente
del decreto de nueva prórroga del estado de alarma en el Congreso, de tal
manera que, si a las 15 horas el Ejecutivo sostenía que los niños sólo podrían
acompañar a sus padres al “súper” y a otros inadecuados lugares, a las 21
horas, sin mucha mayor concreción (seguía instalado en la improvisación),
anunciaba que los menores de 14 años “podrán dar paseos”, dejando el resto de
detalles (nada menos que el cuándo, el cómo y el dónde) para el próximo sábado,
en que Illa, supuestamente, nos dejará clara la medida para que al día
siguiente pueda ser aplicada a los menores….y a sus padres. Una innecesaria
tormenta política, generada por un Gobierno rebasado, poco reflexivo e
incoherente, que propone absurdas medidas improvisadas que tiene que rectificar
al instante por mero sentido común. A estas alturas, aunque el ministro Illa
dice que no explicará los detalles hasta el sábado por más que el PP le exige
que lo haga ya, vamos conociendo con cuentagotas algunos pormenores, filtrados
a la prensa, como que los niños hasta los catorce años podrán salir a pasear
con su padre o madre, quienes podrán hacerlo llevando hasta tres niños, a menos
de un kilómetro de sus viviendas y siempre, en todo caso, “acompañados de un
adulto”. Y es que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
No hay comentarios:
Publicar un comentario