jueves, 9 de julio de 2020

UN GOBIERNO A LA ALEMANA

                        Dice Feijóo, probablemente con razón, que “a España le iría muy bien un gobierno a la alemana”, lo que en nuestro país equivaldría a un gobierno de coalición PSOE-PP, que, con amplia mayoría parlamentaria tendría la solvencia necesaria para afrontar esta grave situación de crisis social, política, sanitaria y económica que estamos atravesando. Sin embargo, todo indica que estamos muy lejos ni siquiera de plantear dicha solución, ya que nuestros políticos en general están más por la labor de ir cada uno a la suya para seguir tirándose los trastos a la cabeza y ver si con ello ganan algún puñadito de votos para mantenerse y mantener con ello una situación políticamente inestable con unas Cortes Generales atomizadas cada vez más crispadas e insostenibles que sólo satisfacen la estrategia de “dejarte ciego aunque yo me quede tuerto”. En efecto, ni la pandemia, ni la crisis generalizada, ni las discrepancias manifiestas internas del actual gobierno minoritario de coalición PSOE-Podemos (apoyado según conviene por nacionalistas, secesionistas y abertzales) han inclinado a Sánchez, principal responsable como Presidente del Gobierno, a un acercamiento con la derecha popular para buscar una solución fiable, prefiriendo mantenerse en el filo de la navaja y consolidando su temeraria estrategia de descartar una coalición con el PP (única solución sólida de gobernabilidad, salvo elecciones anticipadas) pues jamás tuvo la mano tendida a los de Casado, a quienes, por otra parte, no les viene nada mal mantenerse en una frontal oposición sin verse obligados a tener que decidir qué respuesta darían en caso de que, como en Alemania, el partido mayoritario gobernante les retara a mojarse ofertándoles la solución de gobernar en coalición con ellos dada la relación de fuerzas en el Parlamento. Por tanto, todos los políticos contentos, cada uno de ellos cómodo en su sillón, mientras los ciudadanos estupefactos sufren el caos en que les han metido sin certeza alguna de que sus gobernantes estén interesados en dejarse algún pelo en la gatera en la búsqueda de una solución viable, sólida y estable para sacarles de este maldito infierno. Al contrario, desde el Gobierno, que es el principal responsable de la situación, son incapaces de afrontar con seriedad las graves discrepancias internas, creyendo Moncloa que la “fragilidad” de Iglesias afianza la coalición, mientras el Vicepresidente sigue a la suya atacando a la prensa, exhibiendo su machismo congénito y su populismo demagógico y aprovechando las presuntas conductas delictivas de Don Juan Carlos para arremeter contra el modelo de Estado acordado en 1978, la Monarquía Constitucional actual, con la pretensión de que en medio del caos se introduzca en el peor momento para España un debate público sobre Monarquía o República que inevitablemente conduciría, en el mejor de los casos, a una reforma constitucional de envergadura que, en todo caso, para tener éxito requeriría una mayoría parlamentaria cualificada imposible de materializarse con el actual atomizado Congreso de los Diputados, y en el peor de los casos nos llevaría a un enfrentamiento político y social de imprevisibles consecuencias, muy inconveniente en el actual escenario de crisis que vivimos y cuando no son capaces nuestros gobernantes de ponerse de acuerdo ni siquiera para intentar solventar conjuntamente la salida de una enorme crisis, que, entre otras cosas requiere...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

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