lunes, 6 de julio de 2020

LAS CLOACAS DE PABLO IGLESIAS

                        Con un discurso antisistema contra el modelo democrático y a favor de dictaduras populistas como la venezolana, se abre paso el actual partido Unidas Podemos, surgido en definitiva del conocido Movimiento 15-M o “de los indignados” de 2011, que, aprovechando el descontento generalizado de la población, acampa y ocupa las plazas de diferentes ciudades españolas para promover, según ellos, una democracia más participativa, que se aleje del bipartidismo PP-PSOE, del dominio de bancos y corporaciones, para instaurar una “auténtica división de poderes” y, en definitiva, mejorar el sistema democrático. Los distintos colectivos participantes en aquel movimiento y en una España sumida en plena crisis desde 2008, venían a sostener en sus distintos lemas “no somos marionetas en manos de políticos y banqueros” y apostaban por “democracia real, ¡ya!, no somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, dejando bien claro su aversión por la política y la banca y su rechazo a nuestro sistema por no ser verdadera democracia, mientras, paradójicamente, se iban formando desde el movimiento nuevos partidos, como Podemos en 2014, con el objetivo de finiquitar nuestro sistema, dominado por la “casta” (es decir, todos los instalados en el sistema), y sustituirlo por otro auténticamente democrático, sin especificar exactamente en qué se trataría, aunque las simpatías de sus dirigentes por populismos autoritarios, como el venezolano, dejaban claro por donde irían los tiros. Un hábil y demagogo Pablo Iglesias con un grupo de colaboradores se hace con el liderazgo del partido, que alcanza cierto éxito electoral, y, tras depurar a quienes no comulgan con su discurso, es hoy el indiscutible dirigente de Unidas Podemos. Hoy, instalado plenamente en la “casta” y en el “sistema democrático” que quería destruir, atraviesa, como Vicepresidente del Gobierno, sus peores momentos, a causa del ya famoso “caso Dina” (investigación del robo de una tarjeta de móvil de su excolaboradora), al haber pasado Iglesias de ser perjudicado a posible investigado en el “caso Villarejo”, cuando en campaña electoral denunciara una trama orquestada por las cloacas del Estado para evitar que UPodemos llegase al poder. Y es que, a medida que avanza la investigación sobre el robo de la tarjeta de Dina, lo que más parece es que las cloacas no están en el Estado, sino que las cloacas están en el mismísimo Pablo Iglesias, quien ahora, al salirle el tiro por la culata en el “caso Dina”, sostiene que las cloacas del Estado, que en caso de ser ciertas no impidieron su acceso al Gobierno, lo que tratan es de echarlo del Ejecutivo. Lo cierto es que, para tramar la estrategia de Iglesias en el “caso Dina”, según conversaciones telefónicas entre abogados de Podemos, “en el  partido quieren montar la película del robo del móvil; estamos locos” y que aunque su responsable jurídico quiso evitarlo no pudo, pues “ha visto en el caso Tanden la gallina de los huevos de oro para abrir una causa general contra el Estado”. Y es que ahora resulta que la tarjeta robada la tenía el propio Iglesias. Para colmo, el hoy Vicepresidente justifica su actuación en el “caso Dina” en que la eurodiputada era “una mujer de veintipocos años” a la que tenía que proteger, traicionándole, una vez más, su subconsciente machista disfrazado de feminismo radical, lo que ha generado malestar entre las ministras del PSOE, sus compañeras de Gabinete, lamentando sectores del mismo “la carga de machismo que hay detrás” de sus palabras y que “Iglesias transmite una imagen sórdida que a la gente le desagrada”. No obstante...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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