sábado, 26 de marzo de 2016

EUROPA DESORIENTADA


                        Los atentados en Bruselas, otros más en suelo europeo, demuestran la vulnerabilidad de una Europa desorientada en tantas y tantas cosas, al extremo de poner en grave riesgo su futuro como UE (las fuerzas centrífugas y el euroescepticismo son cada vez más sólidas), como adalid de desarrollo y bienestar (la crisis económica y la desigualdad social hacen estragos en su población) y como ejemplo de libertad y democracia (la inseguridad “in crescendo” pone en riesgo una convivencia en paz y libertad). Una Europa, pues, desorientada, incapaz de afrontar los retos que tiene planteados, como, entre otros, además de su sostenibilidad económica, el problema de los refugiados y la inmigración, el de su ampliación hacia el este y su consolidación interna, o, muy especialmente, el de la amenaza yihadista cada vez más alarmante. Y buena parte de ello obedece a su incapacidad para profundizar, por culpa de intereses locales, en la creación de un verdadero Estado Federal Europeo con todas sus consecuencias, pues es imposible hilvanar respuestas sin un Parlamento que legisle de forma vinculante e inmediata, sin una Justicia que juzgue con normalidad los presuntos delitos cometidos por ciudadanos e instituciones, y sin un Gobierno que gobierne y ejecute, como cualquier gobierno nacional, las políticas que, erradas o no, se diseñen según los procedimientos democráticos habituales establecidos. Con veintiocho parlamentos y otros tantos tribunales Superiores de Justicia y Gobiernos nacionales (además de los parlamentos, tribunales y gobiernos en ámbitos territoriales menores) con plenas competencias e independencia para desarrollar sus políticas, apenas sujetas a ciertas orientaciones de armonización diseñadas por las instituciones europeas, es casi imposible afrontar con éxito y eficacia los retos y amenazas citadas. Y menos aún, como se está poniendo de manifiesto, las relacionadas con... (sigue leyendo en

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