EQUILIBRISMO DE SÁNCHEZ

                        Si en su momento Pedro Sánchez nos sorprendió con el generoso regalo de ceder senadores socialistas a los catalanes y vascos para que pudieran formar sendos grupos nacionalistas e independentistas en el Senado, lo que justificó por razones de cortesía (generosidad que se traduce en que los independentistas tengan más voz y más recursos de los que ganaron en las elecciones), hoy se conoce que el asunto no era tan simple como se pretendía dar a entender. Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, revela que el líder del PSOE se comprometió, durante los contactos para su fracasada investidura, a dar más competencias a Cataluña, pues el socialista buscaba el apoyo de los soberanistas ya que, como así ha sido, no podría ser Presidente sólo con Ciudadanos y la abstención de Podemos; en definitiva, un acuerdo oculto consistente en ofrecer un nuevo Estatuto a ERC. Ofrecimiento, que ratifica Tardá, compañero de Rufián, y que, en todo caso, se compadece mejor que la generosa cortesía, gratis y a cambio de nada, con el equilibrismo político de Sánchez para acceder a la Presidencia del Gobierno como si en ello le fuera la vida. Y es que Sánchez, en vez de poner su cargo a disposición del PSOE tras obtener el peor resultado del PSOE de toda su historia, se ha convertido en un magnífico equilibrista político, capaz de transitar por el alambre zigzagueando para salir airoso de todos los obstáculos, sin importarle los riesgos que desde su propio partido le indican, ni atender consigna alguna que limite su osado comportamiento. Su autoproclamada capacidad de pacto tanto con Ciudadanos como con Podemos, tanto con la derecha nacionalista como con la izquierda, le convierte sin duda en un verdadero equilibrista de la política. Y, de momento, aunque Iglesias le ha vuelto la espalda, permitiéndose el lujo de arremeter contra el propio Felipe González, y los de ERC le han salido rana revelando tan secretas negociaciones, ha encontrado un compañero de viaje, Rivera, que de forma sorprendente le permite poner encima de la mesa para cualquier futura negociación la suma de sus 90 escaños con los 40 de Ciudadanos, al extremo de anunciar que para futuros contactos Sánchez y Rivera irán juntos como si de gemelos inseparables se tratara, cuando hace bien poco, durante la campaña, calificaba a Rivera como... (sigue leyendo en

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