En Podemos, sin lugar a
dudas, se tendrán que estar preguntando si pueden o no arreglar la crisis
interna que están atravesando a causa de las graves discrepancias por hacerse
con el poder dentro del partido o como quiera llamársele, ya sea conglomerado
de conveniencias o confluencia de intereses. En efecto, una cascada de dimisiones
ahonda la crisis de forma alarmante, por más que sus dirigentes intenten
aparentar que todo funciona como una balsa de aceite, pues nada menos que nueve
miembros afines a Errejón renuncian a su cargo en Madrid, un claro ataque del
grupo de Errejón para debilitar el poder de Iglesias, pues las citadas dimisiones
en la influyente federación madrileña buscan forzar la salida de Luis Alegre,
el hombre de confianza del líder de Podemos, sumándose a las crisis en otras
seis comunidades por diferencias con la “deriva del partido” que totalizan ya
más de 80 dimisiones, un claro órdago a Pablo Manuel Iglesias. El sector más
radical pide a Pablo Manuel no negociar y forzar elecciones, como el ala
anticapitalista de la andaluza Teresa Rodríguez que insta a la dirección a no
pactar con el PSOE y que se vaya a unas elecciones con todas las consecuencias,
en tanto que los socialistas creen que estas pugnas podemitas internas
favorecerán que finalmente les apoyen para llegar a la Moncloa. Por tanto en el
PSOE, pescando en la crisis de podemos, piensan que “Iglesias dará su brazo a
torcer”, pues se ha reunido una 20 veces con las confluencias para buscar su
apoyo, mientras Sánchez burla el pacto con Rivera, que no dice ni esta boca es
mía tras su entrega a Sánchez, y postula al imputado Besteiro a la Xunta,
cuando el acuerdo con C´s impide taxativamente que vayan en las listas
políticos que estén siendo investigados o imputados por corrupción. Además
Sánchez ya reconoce que tendrá que gobernar en coalición y que con sus 90
escaños no tiene “suficiente para formar un gobierno monocolor” por lo que
invita, ante la increíble pasividad de Rivera, a Pablo Manuel Iglesias a entrar
en su futuro gobierno, incluso como vicepresidente, mientras vuelve a vetar a
Rajoy. El líder socialista no se da por enterado de que el Congreso de los
Diputados rechazó rotundamente su investidura y, por tanto, el acuerdo con
Rivera, haciéndose dueño absoluto de los 130 escaños, siete más que Rajoy,
conseguidos tras el regalo inesperado de los 40 escaños que los españoles le
dieron a Ciudadanos, seguramente convencidos de que no serían regalados a nadie
de forma tan generosa. Seguro que Iglesias, Errejón y compañía se estarán
preguntando en el fondo que... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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