viernes, 11 de marzo de 2016

NO PODEMOS EN PODEMOS


                        En Podemos, sin lugar a dudas, se tendrán que estar preguntando si pueden o no arreglar la crisis interna que están atravesando a causa de las graves discrepancias por hacerse con el poder dentro del partido o como quiera llamársele, ya sea conglomerado de conveniencias o confluencia de intereses. En efecto, una cascada de dimisiones ahonda la crisis de forma alarmante, por más que sus dirigentes intenten aparentar que todo funciona como una balsa de aceite, pues nada menos que nueve miembros afines a Errejón renuncian a su cargo en Madrid, un claro ataque del grupo de Errejón para debilitar el poder de Iglesias, pues las citadas dimisiones en la influyente federación madrileña buscan forzar la salida de Luis Alegre, el hombre de confianza del líder de Podemos, sumándose a las crisis en otras seis comunidades por diferencias con la “deriva del partido” que totalizan ya más de 80 dimisiones, un claro órdago a Pablo Manuel Iglesias. El sector más radical pide a Pablo Manuel no negociar y forzar elecciones, como el ala anticapitalista de la andaluza Teresa Rodríguez que insta a la dirección a no pactar con el PSOE y que se vaya a unas elecciones con todas las consecuencias, en tanto que los socialistas creen que estas pugnas podemitas internas favorecerán que finalmente les apoyen para llegar a la Moncloa. Por tanto en el PSOE, pescando en la crisis de podemos, piensan que “Iglesias dará su brazo a torcer”, pues se ha reunido una 20 veces con las confluencias para buscar su apoyo, mientras Sánchez burla el pacto con Rivera, que no dice ni esta boca es mía tras su entrega a Sánchez, y postula al imputado Besteiro a la Xunta, cuando el acuerdo con C´s impide taxativamente que vayan en las listas políticos que estén siendo investigados o imputados por corrupción. Además Sánchez ya reconoce que tendrá que gobernar en coalición y que con sus 90 escaños no tiene “suficiente para formar un gobierno monocolor” por lo que invita, ante la increíble pasividad de Rivera, a Pablo Manuel Iglesias a entrar en su futuro gobierno, incluso como vicepresidente, mientras vuelve a vetar a Rajoy. El líder socialista no se da por enterado de que el Congreso de los Diputados rechazó rotundamente su investidura y, por tanto, el acuerdo con Rivera, haciéndose dueño absoluto de los 130 escaños, siete más que Rajoy, conseguidos tras el regalo inesperado de los 40 escaños que los españoles le dieron a Ciudadanos, seguramente convencidos de que no serían regalados a nadie de forma tan generosa. Seguro que Iglesias, Errejón y compañía se estarán preguntando en el fondo que... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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