Todos los partidos políticos andan
revolucionados en el tránsito entre este esperanzador 2014 que se nos muere y
el electoral 2015 que está a punto de nacer. Entre dichos partidos cabe
destacar al gobernante PP que, a pesar de las indiscutibles mejoras de las
cifras macroeconómicas conseguidas durante el Gobierno de Rajoy, no ve con
claridad su triunfo en las próximas generales o, al menos, no lo ve con la
mayoría suficiente para seguir gobernando, por más que Rajoy, optimista
congénito, crea que dará la vuelta a las encuestas y que será reelegido como
Presidente del Gobierno. Precisamente para conseguirlo plantea una ofensiva en
toda regla para recuperar los votos perdidos por el camino, ordenando a todos
sus ministros que salgan a la calle para combatir a los catastrofistas y
reivindicar ante los ciudadanos los logros conseguidos por su Gobierno. Como
aperitivo de semejante ofensiva, los ministros, haciendo balance de los tres
años de Gobierno popular, vaticinan que 2015 será el último año de la crisis.
Valgan como muestra las palabras de Montoro (“Tras
superar el rescate será el año de bajar impuestos”), de Ana Pastor (“Hay que
afianzar la economía y crear empleo”), de J. Fernández (“Las víctimas de ETA
son un eje esencial para nosotros”), de Catalá (“La prescripción de delitos se
aleja para los corruptos”), de Tejerina (“España es ahora una potencia
reconocida en el mundo”) o de Margallo (“El sillón de la ONU nos devolvió a la
Champions”), destacando en un plumazo aquellos aspectos del cambio o de lo que
queda por cambiar en este tramo final de la legislatura, pues, según Arriola,
el estratega popular, hay tiempo para movilizar a su electorado y que se
desinfle el “efecto Podemos”, que, aunque algo rebañe del ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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