Andan los partidos políticos tradicionales haciendo
juegos malabares para intentar recomponer su deteriorada imagen ante el riesgo
de sufrir un descalabro electoral y, obviamente, destacan el PP y el PSOE, que
son quienes más tienen que perder. Pero no sólo ellos, sino también quienes han
desempeñado un papel protagonista en la gobernabilidad del Estado y en los
ámbitos nacionalistas, es decir, CiU y PNV. De entrada, es positivo que todos
los partidos estén mejorando en transparencia, aunque sería mucho mejor si
fuesen capaces de consensuar políticas menos miopes que las que suelen
practicar, muchas veces mirándose el ombligo para salir del paso. En todo caso,
bienvenidos sean los citados malabarismos pues, al menor despiste, pueden dar
al traste con el truco. Y la gente está hasta las narices de los trucos. En
este contexto hay que referirse al más osado de los malabaristas, Artur Mas,
quien, tras gastarse 1.819 millones en controlar los medios para su causa
separatista (en tanto que su pésima gestión económica aboca a Cataluña al
rescate por parte del Estado), decide viajar al País Vasco para reunirse con
Urkullu, el aprendiz de brujo siempre expectante, y hacer frente común contra
una supuesta “recentralización” por parte de Rajoy, así como alertar de los
desafíos que se le hacen al sistema desde otras opciones. ¡Cómo si Artur Mas
fuese el mayor defensor del sistema! En fin, un nuevo banderín de enganche, la
“recentralización”, para seguir manteniendo la falacia, aunque, siendo tan
partidario de los referéndums, bien podría preguntarse qué decidirían al
respecto los españoles si ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario