Mientras los partidos políticos, desde el PP
hasta Podemos, con mayor o menor entusiasmo, comparten el diagnóstico del Rey,
ya que es difícil no compartirlo, Artur Mas, ¡cómo no!, de nuevo da la nota.
Obviamente no se desmarca ni de que el Monarca pida combatir la corrupción a
rajatabla, ni de que la economía se ponga al servicio de las personas, ni de
que es necesaria una regeneración y, ni siquiera, de que juntos seamos más
fuertes, ya que son planteamientos tan razonables que sólo desde una mentalidad
absurda cabría defender lo contrario. Sin embargo, a falta de mejores
argumentos, el Molt Honorable, a modo de recochineo, valora que por primera vez
se reconozca el problema en Cataluña y se jacta de que Felipe VI vea a Cataluña
como “un problema”, exigiéndole que se “respete el derecho a decidir”, no
entendiendo todavía que, al margen de otras consideraciones, la suma de nuestras
diferencias, como decía el Rey, es lo que hace de España una nación con una
fortaleza única. Así lo entendieron Isabel, Reina de Castilla, y Fernando, Rey
de Aragón, consolidando en las postrimerías de la Edad Media uno de los Estados
Modernos más fuertes del mundo. Y, con todo tipo de vicisitudes, así lo han
entendido desde entonces prácticamente todos los gobernantes de España.
Probablemente Artur Mas no entienda que Cataluña no es un problema y que, por
tanto, el Rey no lo ha dicho así, pues el verdadero problema no es Cataluña, sino
gobernantes que ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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