jueves, 25 de diciembre de 2014

EL DISCURSO DEL REY

                        Felipe VI se estrena con el tradicional discurso navideño, un discurso pleno de aciertos en el fondo y en la forma, al extremo de que así lo reconocen hasta quienes son propensos a buscar cualquier tipo de excusa para criticar algún que otro detalle del mismo. Basado en los tres problemas que más preocupan a la sociedad española, el paro, la corrupción y el separatismo, el Rey expone de forma exquisita, sin herir ningún tipo de sensibilidad pero con toda energía, lo que a su juicio debiera hacerse ya que él, como es sabido, carece de cualquier tipo de capacidad ejecutiva, legislativa o judicial. Así, denuncia la corrupción, defiende el Estado de Bienestar y la unidad de todos los españoles de forma contundente. Apelando a que “debemos cortar la corrupción de raíz y sin contemplaciones y regenerar nuestra vida pública”, a que “la economía esté al servicio de las personas” y a que “millones de españoles llevamos a Cataluña en el corazón”, resume con tres frases lapidarias los objetivos que debieran ser prioritarios en el quehacer político de quienes tienen realmente la posibilidad de cambiar el rumbo del país. Un breve, pero indiscutible, catálogo de prioridades políticas para nuestros gobernantes. Y, rematando con que “un cargo público no puede ser un medio para enriquecerse”, con que la “gran mayoría de los servidores públicos” son honrados y con que “los responsables de conductas irregulares ya están respondiendo de ellas” en los tribunales, hace un canto a la esperanza frente al catastrofismo o pesimismo que, lamentablemente, se ha instalado en nuestra sociedad y que ... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/, o Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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