Dice Rajoy que “2015 será el año del despegue”
pero que “hay que seguir en guardia”; y añade que el “despegue definitivo”
queda condicionado a la estabilidad de PP y PSOE y que cuando falla la
alternancia llega el “retroceso y la pérdida del bienestar”. De un lado ojala
que acierte en el pronóstico, pues sería lo mejor que podía suceder a España y,
por supuesto, al resto de Europa; no hay que olvidar que en buena parte el
citado despegue dependerá de la evolución económica no sólo europea sino
internacional en un contexto de economía globalizada. De otro lado, compartir
en términos generales buena parte del resto de su discurso, teniendo en cuenta
que si se baja la guardia cualquier logro puede volver a estropearse, lo que,
sin lugar a dudas supondría un retroceso, no tanto para la “pérdida del
bienestar”, bastante deteriorado en estos años, sino para la recuperación del
mismo si es que alguna vez disfrutamos de él de forma consolidada y no se trató,
simplemente, de un simulacro. Asimismo, es obvio que la alternancia política es
una garantía para todo sistema democrático y, por supuesto, para el nuestro;
también es obvio que la inestabilidad política es un factor de riesgo evidente,
por más que algunos se alegren de finiquitar un bipartidismo que, con todos los
errores y deficiencias (nada hay perfecto), nos ha asegurado más de tres
décadas de libertad, paz y prosperidad, sin precedentes en nuestra historia.
Por tanto, sin que sea obviamente lo más deseable (lo ideal sería una sólida
alternancia), nada que objetar a que Rajoy no descarte, en caso de necesidad, gobernar
con ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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