No sabemos
si en serio o como gesto político de cara a la galería, lo cierto es que el ala
más dura de ERC exige a Oriol Junqueras la salida de Artur Mas, por corrupción,
de la lista “Junts pel 3%”, convencidos de que, al final, la corrupción echará
por tierra buena parte de sus pretensiones independentistas. Así, tras una
tensa reunión con Tardá, Bosch y Rovira, mientras la Guardia Civil registraba
la sede de CDC, curiosamente Junqueras, aunque, ¡eso sí!, tímidamente, exige al
“president” que demuestre “con hechos” que la financiación de Convergència es
legal, en tanto que, según el Tribunal de Cuentas, CDC cobró de su Fundación
más de dos millones de euros entre 2008 y 2011 por trabajos no justificados, al
parecer facturados con el objetivo de cobrar comisiones del 3%. Por tanto, los
“hechos” a los que se refiere Junqueras están más cerca, por ejemplo, del pago
por parte de la constructora Teyco a Convergència de 300.000 euros a cambio de
obras que del objetivo de transparencia que todo gobernante debiera tener, lo
que abre una brecha, no sabemos de qué dimensiones, en la lista de Mas ya que,
obviamente, siempre hay quienes prefieren que siga siendo la lista de “Junts
pel Sí”, falacia más fácil de vender, que la de “Junts pel 3%”, indecencia
inasumible que políticamente arrastra a todos los que la avalen por acción u
omisión, incluidos quienes no obtuvieron ningún beneficio económico o
financiero de tamañas fechorías. Entretanto, empresarios alertados por la
independencia impulsan un manifiesto a favor de Durán, mientras que Felipe
González, en una “carta a los catalanes”, dice, con razón, que “España dejaría
de serlo sin Cataluña, y Cataluña no sería lo que es, separada y aislada”, se
pregunta “¿Cómo es posible que se quiera llevar al pueblo catalán a una especie
de Albania del siglo XXI?” y propone que “Necesitamos reformas pactadas que
garanticen los hechos diferenciales sin romper la igualdad”…. le ha faltado
aclarar cómo se come esto último, cómo se pacta con quienes por activa y pasiva
han manifestado que nada hay que pactar, que su objetivo es la independencia y
que, si hace falta, la proclamarán de forma unilateral y antidemocrática.
¿Acaso no está... (sigue leyendo en
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