Seguramente
por el previsible pinchazo de la burbuja independentista, Junts pel Sí, la
coalición que engloba a todo bicho viviente al margen de su ideología y su
proyecto social y económico, agita la calle y las redes sociales, observando
que para su movida callejera sumaba ayer mismo poco más de 50.000 voluntarios,
justo la mitad de los que querían, para su demostración de fuerza de hoy y
poder combatir la manifiesta desmovilización que, a medida que avanza la
locura, se percibe en el pueblo catalán, mucho más sensato que sus gobernantes.
Y, ¡cómo no!, Junts pel Sí promete una Cataluña paradisiaca sin recortes ni
corrupción gracias a Artur Mas, relegado en la lista unitaria a un segundo
plano, vaya usted a saber por qué, mientras la coalición afirma a diestro y
siniestro que no apoyarles a ellos es votar a la “España de Rajoy y Aznar” y
defiende el “prestigio internacional” del relegado Mas, así como su lucha
“contra la corrupción”, en tanto que ningunea a Junqueras y oculta que pretenda
declarar la independencia. Ahora resulta que la Cataluña rescatada por el
Estado español, al que pertenece, y endeudada hasta las cejas, en caso de
independizarse, ni tendría recortes (a diferencia de todos los países de la
UE); ahora resulta que Artur Mas, brazo y pierna derecha de los Pujol, con su
sede de CDC embargada por corrupción, es el paradigma de la lucha
anticorrupción; y ahora resulta que el president, a quien nadie, ningún jefe de
Estado a quienes se lo ha pedido, respalda en su loca aventura rupturista, goza
de un prestigio internacional extraordinario, cuando nadie le hace ni puñetero
caso. Y, digo yo, si todo... (sigue leyendo en
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