Tras la
dimisión de Tsipras la izquierda radical griega rompe con él y crea su propio
partido, mientras la UE le da un voto de confianza después de su convocatoria
de elecciones anticipadas. Así, el ala más radical de Syriza rompe con Tsipras
y, de rebote, divide, más aún si cabe, a Podemos, su partido homólogo en
España, en el que son dispares los análisis de lo acaecido en Grecia. Si para
Errejón, lo actuado por Tsipras, es una “lección de coraje, de responsabilidad
y de confianza en su pueblo”, descartando la posibilidad de escisiones como las
de Syriza en Podemos, para Teresa Rodríguez, la líder podemita andaluza,
Tsipras ha actuado con cobardía y por eso teme que a su partido le “tiemblen
las piernas”, como a él (en clara referencia a Pablo Iglesias) “tras haber
conseguido un no claro de la ciudadanía para ser desobedientes a la Troika”,
afirmando rotundamente : “Tengo miedo de que eso nos pase a nosotros”. Y para
el jefe supremo, Pablo Iglesias, en sintonía con Errejón, simplemente se trata
de que un gobierno responsable se somete a la voluntad popular, de que los
griegos decidirán si Alexis debe seguir, y de que Tsipras ha dado una lección
democrática a Europa. Resulta así que, según Iglesias, los analfabetos europeos
casi debemos sentirnos agradecidos de que Tsipras nos haya dado una magistral
lección política sobre las virtudes de un buen gobernante, cuyos logros son:
ganar unas elecciones mediante un programa electoral demagógico e inviable para
auparse al poder tras engañar al pueblo, arremeter contra tus socios y
culparlos de todos los males de tu pueblo mientras les pides ayuda para las
necesidades más básicas del mismo, rechazar dichas ayudas por considerarlas
gravosas y lesivas tras pedirle respaldo al pueblo para ello, arruinar con
semejantes contradicciones la confianza internacional provocando la ruina del
país (fuga de capitales, corralito, recesión económica, cortocircuito financiero,
etc etc), aceptar en tales condiciones ayudas con condiciones y exigencias más
duras que las anteriores por la desconfianza generada, y, conseguidas estas,
tras llevar al país a la más absoluta miseria e insolvencia, provocando incluso
la escisión de tu propio partido, dimitir apenas iniciada la legislatura (no
para pedir perdón y retirarte por la nefasta gestión) y convocar elecciones
anticipadas (a las que sin rubor alguno te presentas de nuevo) para que... (sigue leyendo en
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