Mientras el Rey reafirma
en Bilbao la idea de unidad territorial, en Navarra proclaman a Uxue Barcos
como Presidenta de la Comunidad Foral. Hasta aquí, nada que objetar, pues en
estos días se están constituyendo los gobiernos autonómicos. Sin embargo, el caso
Barkos, trae cola cuando ella misma dice “seré una presidenta abertzale donde
la mayoría no lo es”, durante su investidura, mientras defiende a Bildu y
aunque habla del “daño” en su discurso, elude referirse a las víctimas de ETA,
mientras Koldo Martínez, portavoz de Geroa Bai, la coalición impulsada por el mismísimo
PNV de Navarra que encabeza Uxue, no tiene reparo alguno en llamarla la “lehendakari”
navarra. Así con el 15´8% de los votos y 9 escaños (de los 50 que conforman la
Cámara Legislativa navarra), que obtuvo Geroa Bai, la lehendakari se aúpa al
poder gracias a EH Bildu (14´3% y 8 escaños), Podemos (13´7% y 7) e I-E (3´7% y
2), frente a UPN (27´3% de los votos y 15 escaños), PSN (13´4% y 7) y PP (3´9%
y 2). Sin poner en tela de juicio la matemática democrática (26 escaños, frente
a 24), siempre que aceptemos que se pueden sumar cosas diferentes (peras,
manzanas, rosas…), para que den un todo homogéneo, lo cierto es que el caso
navarro puede ser paradigmático de la bonanza de un sistema electoral nuevo con
doble vuelta, mucho más ajustado a los deseos de los navarros en este caso, ya
que hubieran decidido inequívocamente entre UPN y Geroa Bai, primero y segundo
partido votados en la primera vuelta. Por otra parte, Raúl Romeva, que encabeza
la lista unitaria de Artur Mas por la independencia, dice “Vamos a por todas,
ya no hay margen, esto va en serio”, mientras presenta su calendario y sus
objetivos, en tanto que el TSJC no quiere imputar al president por
desobediencia en el esperpéntico 9-N hasta después de las elecciones catalanas del
27-S, que los independentistas pretenden convertir en un nuevo... (sigue leyendo en
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