De chantaje a la UE se
puede calificar la postura del gobierno populista griego, presidido por
Tsipras. Convocado un referéndum para que se pronuncien los griegos sobre el
asunto, solicita “in extremis” una nueva propuesta pidiendo 29.100 millones de
euros y dejar fuera al FMI, a quien no paga los 1.550 millones vencidos,
convirtiéndose así en un país moroso de corte tercermundista. La respuesta
lógica es obvia: rechazar la propuesta y rehusar incluso a hablar ante la
amenaza del referéndum. Así las cosas, la UE está dispuesta a hablar e incluso
puede haber concesiones (la salida de Grecia del euro no es buena para nadie)
pero no antes del referéndum, con lo que son ahora los griegos quienes tienen,
para bien o para mal, la última palabra sobre su futuro, por lo que Tsipras
tiene la opción de consultar con el riesgo de salir del euro (dramático para la
UE, pero trágico para Grecia) o volver al diálogo, mientras el ala europeísta
de su gobierno, que también la hay, le empuja a negociar. Grecia, de momento,
se queda sin avales, entra en la lista de países morosos (el primero de los
desarrollados que no paga a los acreedores internacionales), mientras Tsipras
agota la paciencia y los plazos dados por el Eurogrupo, con miles de griegos
manifestándose por votar “sí” en el referéndum (otros, alentados por Syriza, lo
hacen por el “no”), como último recurso a la desesperada. Es la consecuencia
lógica de un gobierno irresponsable que promete a su pueblo un maná inexistente
que, en todo caso, depende de los demás. Los griegos han de elegir entre euro y
dracma. Juncker advierte que “hay que decirle al pueblo griego lo que está en
juego”, que un “no” en el caprichoso e innecesario referéndum griego es “un no
a Europa” y “será desastroso”, desenmascarando así la farsa de Tsipras que,
mientras ruega un tercer rescate pero sin concesiones, dice que “no quieren
echarnos del euro porque el coste para ellos es demasiado grande” y que piden
un “no” en el referéndum “para llegar a un acuerdo viable”, alentando a los
griegos con que “vamos a sobrevivir y elegir nuestro futuro”…. Evidentemente
van a elegir su futuro, como elegimos todos los demás pueblos el nuestro,
elegir entre seguir perteneciendo a la eurozona, a la UE, o no; en eso Tsipras
lleva razón, pero para elegir bien hay que hacerlo con conocimiento de causa y
para ello se requiere poner encima de la mesa con absoluta trasparencia todos
los pros y contras de ambas opciones. De momento, en estos días... (sigue leyendo en
No hay comentarios:
Publicar un comentario