No cabe duda que, pese a
la claudicación del Gobierno griego para conseguir un tercer rescate, la
trágica crisis griega tiene difícil solución. Europa alarga el drama o la
tragedia hasta el final y exige más a Grecia, mientras el Eurogrupo y Alemania
exhiben su profunda desconfianza en Atenas. No tanto, aunque también, porque
Grecia necesite 2.000 millones mensuales, al menos hasta 2018, un rescate que
podría llegar a los 74.000 millones de euros, que queda en manos de la cumbre
de Jefes de Estado de hoy, sino porque la actitud chulesca y amenazante del
gobierno de Tsipras, sus incoherencias manifiestas y sus guiños irresponsables
a Rusia y China, generan una desconfianza descomunal entre los socios en la UE,
que ya no tienen seguridad ni siquiera en que el populista gobierno griego se
tome en serio la asunción de los compromisos de su propuesta una vez concedido
el citado rescate. Para colmo, el propio Tsipras alardea de que “si Syriza
triunfa, Podemos ganaría las elecciones en España” y reconoce que “los márgenes
de maniobra de la UE son muy limitados”, mientras que desde el otro extremo
ideológico, pero coincidente en el antieuropeísmo, Marine Le Pen, líder del
Frente Nacional francés, añade que “el no griego es una victoria del pueblo
contra los oligarcas”. Por su parte, el Presidente Rajoy, acusado por la
oposición de que está utilizando la estrategia del miedo de cara a la campaña
electoral que se avecina, dice en la clausura de la Conferencia Política de su
partido: “no sé qué es el voto del miedo, lo que da miedo es lo que está
sucediendo en algún país de la UE” en clara referencia a Grecia. Y todo ello en
una Europa en la que... (sigue leyendo en
No hay comentarios:
Publicar un comentario