jueves, 9 de julio de 2015

LA ESPAÑA FEDERAL DE SÁNCHEZ


                        No sé si se dan las mejores circunstancias para abrir el melón de la reforma de la Constitución Española; menos aún si ello habría de hacerse con un consenso amplio desde el Parlamento o con variopintas propuestas electorales como la que pretende el PSOE con su reforma constitucional federalista o Podemos con su proyecto constituyente. Dice Sánchez, y dice bien, que entre el inmovilismo absoluto y el rechazo total a la Constitución caben reformas razonables, pero el problema no es sólo el “qué” sino el “cómo”. De momento el empeño de Sánchez por forzar el debate interno sobre el modelo de estado tensa el equilibrio de sensibilidades dentro del PSOE, avisando Susana Díaz, y con razón, de que no tolerará un país “de dos velocidades”; si tal ruptura ya aparece a nivel ideológico de un solo partido, imaginen lo que puede ser a nivel de todos los españoles, al margen de la adscripción política de cada uno de ellos. Entretanto Montoro, con buen criterio, no cede a las presiones e impone un fuerte ajuste a las autonomías para que el actual modelo no parezca el ejército de Pancho Villa con cada uno de sus jefes campando a su libre albedrío. En efecto, las CCAA, en el Consejo de Política Fiscal, van a lo suyo, a su particular interés, sin tener en cuenta el interés general de todos los españoles y, mucho menos, de todos los europeos, cuyas instituciones son las que marcan a los Estados los niveles de déficit y de gasto para superar definitivamente la crisis (las comunidades socialistas y Cataluña exigen aumentar el límite del déficit hasta el 1´4% y el ministro lo deja en el 0´3%, manifestando que aplicará “con todo rigor la ley” a los barones que se desmanden). Y por su parte Artur Mas amaga con retirarse para facilitar una lista única independentista sin políticos para el 27-S, tal como le exige la ANC…. En fin, todo un despropósito detrás de otro, que podría conducirnos a un Estado sin políticos, a una Sanidad sin médicos y a una Educación sin profesores, pues, según algunos, como ven, también podría ser posible un Estado Autonómico pero sin autonomías, tal como se pretende un Estado Federal sin estados federados, aunque, para hacerlo posible, bien podríamos... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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