Desde
que con el gobierno de ZP se iniciara la deriva decadente de la política y los
políticos, ganada a pulso con una serie de ocurrencias y despropósitos que
desprestigiaban la Política, con mayúscula, y evidenciaban no ya la incapacidad
política de sus autores sino la ignorancia más supina de algunos de ellos, que
les descalificarían como cargos públicos en cualquier país normal mientras aquí
los ejercían con normalidad, algunos incluso de relevante importancia (Ver “OCURRENCIAS
Y DESPROPÓSITOS” del 3-3-2011 en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/ o consultar hemeroteca de la época), no
hemos dejado de seguir cayendo en picado en este declive intolerable,
especialmente tras el aupamiento (aunque sólo sea a nivel local y autonómico de
momento) de las más variopintas opciones populistas radicales que, no sólo
presentan un currículo generoso de ocurrencias y despropósitos, sino de
auténticas barbaridades inaceptables no ya para ejercer cualquier cargo
político, sino incluso para convivir en una sociedad democrática, pacífica y
tolerante. Es el salto cualitativo, a peor, que casi hacen buenas aquellas
“ocurrencias y despropósitos”, inaceptables pero inocuas, si se comparan con
estos “despropósitos y barbaridades”, intolerables y nocivas para la salud
democrática que rozan incluso lo delictivo. Si entonces nos
sorprendimos de que... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
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