lunes, 1 de junio de 2015

“¡QUÉ HOSTIA!... ¡QUÉ HOSTIA!”


                        No se imaginaba Rita Barberá, supongo yo, la hostia que se avecinaba en el PP cuando, tras conocer los desastrosos resultados electorales, abrazada a Serafín Castellano, se lamentó esa misma noche, sorprendida por los mismos, con el comentario: “¡Qué hostía! ... ¡Qué hostía!”, resumiendo, en términos vulgares, el alcance del tremendo batacazo del PP en general y, muy en particular, del PP valenciano, a pesar de haber ganado las elecciones. Ni se imaginaba, supongo yo, que el abrazado, ex conseller y actual delegado del Gobierno en Valencia, sería, como acaba de suceder, detenido y puesto en libertad con cargos, lo que, en caso de haberse producido la detención días antes de las elecciones, la “hostia” hubiese sido mastodóntica, si es que con lo acaecido no lo es ya. Que el PP toca fondo en Valencia es un hecho irreversible, un nuevo golpe a la corrupción (mirado así hasta suena a positivo), el enésimo, que empieza a hacerse sentir electoralmente, pues, a todas luces, los chorizos, del signo que sean, no pueden seguir gobernando este país y, o bien los partidos toman medidas y los erradican de sus filas, o serán los ciudadanos, como ya se está viendo, quien erradiquen a dichos partidos de forma definitiva. El juez investiga a Castellano sobre posibles delitos de malversación, prevaricación y cohecho (los típicos delitos de los chorizos de cantimpalo junto a la apropiación indebida) en la adjudicación de contratos públicos, durante su etapa como Conseller. Se trata de cacerías, relojes, jamones y dinero a cambio de contratos por 33 millones que, el ex gerente (de nuevo los “ex”) de Avialsa, que así se llama la empresa afortunada, desvela a Anticorrupción de forma precisa: una diabólica mecánica que usaban para sobornarle (supongo que él se dejaba) con negociaciones para amañar las contrataciones “a tumba abierta” mientras se entretenían cazando (es decir, cada uno entretenido en cobrarse su propia pieza y todos contentos). Obviamente, tras este nuevo escándalo (que comenzó con el regalo de un rifle, pero que la UDEF cifra ahora en más de 750.000 euros), Rajoy ha... (sigue leyendo en

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