lunes, 29 de junio de 2015

¡Y ERAN CUATRO GOLFOS!


                        Menos mal que Manuel Chaves, al publicarse el presunto caso de los ERE fraudulentos en Andalucía, dijo que, en el peor de los casos, era un asunto “de cuatro golfos”; si llega a ser de más golfos, hoy no se libraba de ser imputado en la Junta de Andalucía ni el apuntador. El propio Chaves, junto a Griñán, ex presidente de la Junta como él, y los ex consejeros de la misma, Zarrías y Viera, son imputados definitivamente por el Tribunal Supremo por haber permitido todo un plan de ayudas ilegal y arbitrario, que repartía a su antojo (la Administración contabilizó 235 beneficiarios bajo sospecha, de los que 71 eran incluso intrusos)  millones de euros, que debían destinarse a los andaluces más desfavorecidos; así, estos cuatro personajes se suman a los más de 260 acusados hasta el momento por participar en tan grave e intolerable asunto. El Tribunal Supremo (eran aforados, como ven, por méritos propios, y el Supremo es quien puede decidir) considera que “cebaron sin descanso la partida de los ERE” (casi 855 millones de euros que, según el alto tribunal, “podría aumentar”) y en un auto demoledor sostiene que la versión de Chaves “se opone a las reglas de la lógica y linda con lo inexplicable”, que a Griñán “le advirtieron, no de meras irregularidades, sino de auténticas ilegalidades”, y que Zarrías “contribuyó a otorgar las ayudas, a sabiendas de que eran ilegales”. En definitiva, nada nuevo, simplemente lo que era “vox populi” desde hace ya tiempo y que sólo los imputados y sus acólitos y colegas desmentían indecentemente a diestro y siniestro. Ahora, tras este auto del TS, quedan atrás episodios memorables de malos modos e insinuaciones contra la jueza Alaya, encargada de la instrucción, pintorescas declaraciones para eludir responsabilidades, deplorables confesiones sobre.... (sigue leyendo en

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