jueves, 4 de junio de 2015

A COLAU SE LE VE EL PLUMERO

                        Las declaraciones de Ada Colau en una entrevista, como presumible alcaldesa de Barcelona (tras su pírrica victoria en los comicios locales), están levantando ampollas y generando inquietudes en el universo político nacional e internacional, pues dejan mucho que desear, al margen de su ideología, no ya sobre la viabilidad de su proyecto municipal, que también, sino sobre su capacidad como gobernante de una institución democrática (en este caso un ayuntamiento). Si en cuanto al primer asunto (la inviabilidad de su proyecto municipal) cabrían ríos de tinta y, en todo caso, la necesidad de un marco político y un escenario económico totalmente diferente, que no depende de ella, para intentar llevarlo adelante, en cuanto al segundo asunto (su capacidad como gobernante democrática), basta resumirlo en cuatro pinceladas, basadas objetivamente y sin interpretaciones en sus propias declaraciones públicas, claras y diáfanas. Si ya, nada más ganar las elecciones con el 25% de los votos, se apresuró a manifestar rotundamente que era el triunfo de la gente (“Hoy ha ganado la gente”, fue la frase), despreciando al 75% restante o no considerándolo como gente (ciudadanos de un estado democrático), ahora nos dice, solemne y sorprendentemente, cómo impondrá su proyecto por inviable que sea. Interrogada por el entrevistador sobre las dificultades de llevar adelante su mágico proyecto municipal, que, en todo caso, requeriría normas legales que rebasarían sus competencias como regidora de Barcelona, Ada Colau desvela su receta mágica: “Si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen”, con lo que el marco legal es lo de menos. Y se queda tan pancha con semejante declaración totalitaria, dictatorial y antidemocrática. De un plumazo, Colau se autoerige en... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/) 

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