Como buen gesto de cara
al público y al bolsillo de los contribuyentes no está nada mal que el nuevo
alcalde de Valencia Joan Ribó acuda al Ayuntamiento a trabajar en bicicleta o
que Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona lo hagan en metro,
jubilando los coches oficiales de momento. Es justo reconocer los
comportamientos positivos por parte de nuestras autoridades, que debieran ser
ejemplo del buen hacer para todos los ciudadanos. Y precisamente por ello cabe
criticar severamente sus comportamientos indecentes que, desgraciadamente,
abundan, al menos en la lista de Podemos liderada por Carmena, según lo que se
publica en estos días. Zapata, el flamante concejal de Cultura del Ayuntamiento
de Madrid dimite de tal responsabilidad específica pero se queda como concejal,
cobrando obviamente del erario público. Que si lo ha destituido Carmena, que si
ha sido por propia iniciativa del deplorable concejal, que si Podemos se ha
atrincherado para que, al menos, siga como tal… lo cierto es que el propio
Zapata dice: “Nadie me ha invitado a marcharme”, lo que, en román paladino,
quiere decir que al final deja Cultura porque le da la gana. Seguramente por
idéntica razón se quedan como concejales, algunos otros, incluso con alguna
responsabilidad añadida, como la portavocía, siendo personajes cuyas conductas
y comportamientos cívicos dejan bastante que desear como, por ejemplo, animar a
agredir en su día al Ministro Gallardón (daría igual si fuera a cualquier otra
persona), asaltar la capilla de la Complutense (daría igual si fuera cualquier
iglesia, mezquita o sinagoga), y tantos y tantos otros de marcado carácter
intolerante, cuando no violento y vejatorio, que ningún ciudadano de bien tiene
por qué soportar y, menos aún, cuando el personaje de semejante calaña detenta
responsabilidades de representación política. Carmona, el socialista, con el
papelón que le ha tocado representar apoyando la lista de Podemos-Carmena, justifica
su apoyo diciendo que “no son un escollo”… Y, visto lo visto, hasta puede que
Carmona lleve razón, pues, si dimitiera cualquiera de los citados concejales,
correría la lista y la siguiente en ocupar su puesto, Alba López Mendiola, se autodefine
como “bollera, camionera, desviada, leñadora, femi-nazi, doctora en el arte de
quejarse e intento de marxista-leninista”, por lo que con tan amplios atributos
personales es obvio que.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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