jueves, 25 de junio de 2015

UNIDAD, DEMOCRACIA Y SOLIDARIDAD


                        Es la llamada que hace Felipe González en el 30 aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Europea, posterior UE, ante el Rey Felipe VI y su padre Juan Carlos I que protagonizaron al acto de celebración en el Palacio Real de Madrid.  Unidad, democracia y solidaridad entre partidos y ciudadanos para los temas importantes, como entonces, que siempre debieran estar por encima de cualquier legítimo interés partidario, ideológico o de grupos determinados. Dice Felipe, y no le falta razón, que “el hoy tan criticado consenso fue el fundamento de nuestro éxito en la integración europea” que, definitivamente, nos sacó de un aislamiento anacrónico que, con sus luces y sombras, ha sido altamente positivo para todo el pueblo español, se mire como se mire. Dice además Felipe González que aquel consenso que permitió el éxito “más que político, fue social”; cierto, ya que difícilmente se puede separar lo político de lo social pues carecería de sentido en democracia. Y hoy, en esta España cuya economía, según los expertos, crece a un ritmo del 4%, pero que sufre grandes desequilibrios y tiene buena parte de los ciudadanos pasándolo muy mal como consecuencia de la crisis, que estamos intentando superar, se hace imprescindible, igual que entonces, ese consenso político-social, perdido desde hace tiempo, capaz de distinguir entre lo esencial y lo accesorio, entre el grano y la paja, ya que, en caso contrario, al igual que entonces, estaríamos abocados a un retroceso de todo lo que, no sin grandes sacrificios, hemos logrado, por más que algunos pretendan olvidarlo y sean incapaces de reconocer, seguramente porque no lo vivieron, de donde veníamos y hacia dónde vamos. Que el Gobernador del Banco de España asegure, por ejemplo, que “el sistema público no va a poder garantizar el nivel de las pensiones” o que augure, en todo caso, la bajada “inexorable” de las pensiones,  sólo significa que hay que intentar poner los medios para evitarlo en la medida de lo posible, sin olvidar que hubo un tiempo, que algunos ni vivieron ni quieren reconocer, en el que no existía un plan global y universal de pensiones, en el que nuestros mayores, en su gran mayoría, quedaban abandonados a la mano de Dios o de sus familias, cuando hoy, gracias a... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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