Ante el chalaneo
mercantilista de votos que se intuye para intentar gobernar con cierta
solvencia nuestros ayuntamientos y CCAA, no extraña que, según sondeo de
NCReport, más del 65% de los españoles apoye reformar la Ley para que gobierne
la lista más votada o que casi el 70% considere, en todo caso, que los partidos
deberían decir durante la campaña con quien van a pactar antes de que se emita
el voto, lo que, a ciencia cierta, cambiaría drásticamente el resultado
electoral ya que, de entre todas las posibilidades, gustos o preferencias, la
peor de todas para la mayoría de ciudadanos es la ingobernabilidad de las
instituciones, por más que haya minorías que se muevan en tales circunstancias
como peces en el agua. Según la citada encuesta, la mayoría rechaza que los
socialistas gobiernen con Podemos (se temen lo peor) y prefieren que Rivera
apoye al PP, lo que viene a ratificar la solidez de esa mayoría genérica de
centro derecha o centro izquierda (seguro que no harían ascos a acuerdos entre
Ciudadanos-PSOE, si los resultados así lo posibilitaran) frente a experimentos
radicalistas de extrema izquierda o extrema derecha (seguro que no apoyarían
mayoritariamente un acuerdo entre PP y un hipotético partido de extrema
derecha). Si la moderación, la tolerancia y la búsqueda de consensos han sido
los pilares sobre los que se ha construido nuestro sistema democrático en
convivencia, paz y libertad, es obvio que cualquier menoscabo de semejantes
principios causa recelo en la mayoría de la ciudadanía. Cada vez, visto lo
visto, se hace más necesario, como hacen en otros países de nuestro entorno
democrático, bien primar a la lista más votada, bien hacer una segunda vuelta
entre las dos fuerzas más votadas cuando la vencedora no lo sea de forma sustancial,
bien exigir que ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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