sábado, 30 de mayo de 2015

LA “HOSTIA” DE RITA BARBERÁ

                        Mientras Pablo Iglesias declara abierta una nueva fase en la relación con el PSOE (se jacta diciendo que el líder socialista “ahora me llama”) y Ciudadanos retira la exigencia de primarias para poder alcanzar pactos con el PP, lo que de cara a la matemática electoral, que no a los proyectos, es un avance, supongo yo que Rita Barberá no se imaginaba la hostia que se avecinaba en el PP cuando, tras conocer los desastrosos resultados electorales, abrazándose a Serafín Castellano, se lamentó esa misma noche con el famoso comentario: “¡Qué hostía! ... ¡Qué hostía!”. Ni se imaginaba, supongo yo, que el ex Conseller y actual Delegado del Gobierno en Valencia, sería, como acaba de suceder, detenido y puesto en libertad con cargos, lo que, en caso de haberse producido la detención días antes de las elecciones, la “hostia” hubiese sido mastodóntica. El PP toca fondo en Valencia con este nuevo caso de corrupción o este nuevo golpe a la corrupción (mirado así hasta suena a positivo), el enésimo, que, aunque ya no sorprende a nadie, empieza a repercutir electoralmente, pues, a todas luces, los chorizos, del signo que sean, ya no pueden seguir gobernando este país; la enseñanza es clara: o bien los partidos toman medidas y los erradican de sus filas, o serán los ciudadanos, como ya se está viendo, quienes erradiquen a dichos partidos de forma definitiva. De momento, el juez investiga a Castellano por posibles delitos de malversación, prevaricación y cohecho (los típicos delitos de los chorizos de cantimpalo junto a la apropiación indebida) en la adjudicación de contratos públicos, durante su etapa como Conseller, aunque esta mención al pasado (consecuencia de la lentitud de la Justicia) no vale para escurrir el bulto. Se trataría de cacerías, relojes, jamones y dinero a cambio de contratos por 33 millones que, el ex gerente (de nuevo los “ex”) de Avialsa, que así se llama la empresa afortunada, desvela a Anticorrupción de forma precisa: una diabólica mecánica que usaban para sobornarle (supongo que él se dejaba) con negociaciones para amañar las contrataciones “a tumba abierta” mientras se entretenían ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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