Contra todo pronóstico,
en unos previsibles comicios, calificados como los más disputados y, por tanto,
de resultados más inciertos en cuatro décadas en el Reino Unido, el conservador
Cameron da una sorpresa monumental y no sólo gana en las elecciones sino que lo
hace con mayoría absoluta, disipando todos los temores de una más que
previsible ingobernabilidad, vaticinada por todas las encuestas. En todo caso,
su triunfo compromete de alguna forma el futuro del Reino Unido en la UE pues
Cameron se ha comprometido a celebrar en 2017 un referéndum al respecto (ya
ganó por los pelos el anterior, sobre el futuro de Escocia), lo que empieza a
provocar reacciones en Europa. El contundente e inesperado triunfo de Cameron
ha provocado un verdadero reguero de cadáveres políticos con una oleada de
dimisiones sin precedentes. El laborista Ed Miliband, el liberal-demócrata Nick
Clegg y el ultraderechista Nigel Farage dimiten ante tan contundente
descalabro, pues, entre los partidos de la oposición, sólo los independentistas
escoceses (¡quién lo diría!), con un rotundo triunfo, beben hoy, junto a los
conservadores británicos las mieles de la victoria. Cameron, que, tras el
“tsunami tory”, gobernará obviamente en solitario, ya ha prometido conceder más
autonomía a Escocia. Sus grandes retos de cara al futuro inmediato, además de
la cuestión económica, son, indiscutiblemente, el encaje de Reino Unido en la
UE, por un lado, y el encaje territorial interno, por otro. Dice Santamaría, la
vicepresidenta española, que “hay similitudes con lo que va a ocurrir en
España”, augurando el Gobierno que las elecciones españolas seguirán el patrón
británico. Puede que no le falte razón aunque hay que tener presente que nada
tiene que ver la ley electoral británica (sistema mayoritario que sólo otorga
escaño al candidato más votado de cada circunscripción) con la española, pues
aquí sería impensable, por ejemplo, que un partido con el 12´6% de apoyos
obtenga sólo un escaño, como ha sucedido con el eurófobo y antiinmigración
UKIP, la tercera fuerza más votada. Por tanto, aunque sociológica y
políticamente pueda haber no pocas similitudes, el escenario político español a
nivel de reparto de escaños, sería más parecido al que hoy mismo se da en
Andalucía, paradigma de la dificultad de los pactos para formar mayorías
estables, por lo que, ante ello, los partidos mayoritarios alertan contra ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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