Mientras los partidos
clásicos tienen claro las rectificaciones que han de hacer si quieren ganar
apoyos de cara a las elecciones (especialmente dar a entender que en lo
sucesivo lucharán en todos los frentes contra las prácticas corruptas que les
han llevado a una desconfianza peligrosa por parte de los ciudadanos), los
nuevos partidos, surgidos precisamente del desencanto ciudadano hacia los
anteriores, están llenos de dudas de cara a lo que han de hacer para no
estropear su inesperado ascenso en apoyos populares. Por ello no extraña, por
ejemplo, que Fabra estalle contra Rus y el PP de la “vergüenza” para evitar una
debacle en la Comunidad Valenciana, exigiéndole que dimita para no “abochornar”
a los ciudadanos y que explique qué hacía “en un coche contando dinero”, ya que
el “caso Rus” (uno más) apunta a pagos ilegales al PP y al Gobierno de Camps,
época que los nuevos dirigentes pretenden exponer como de tiempos pasados,
mientras que el Presidente de la Diputación de Valencia, digno ejemplar de la
vieja guardia, mantiene el pulso y se niega a dejar el cargo hasta que pasen
las elecciones. Por ello no extraña, por ejemplo, que Susana Díaz exponga en su
discurso de investidura una lucha sin cuartel contra la corrupción, a pesar del
historial delictivo de la Junta en asuntos sobradamente conocidos, como si ella
nada hubiera tenido que ver, ni oir, siendo parte importante con cargos
importantes en la misma. Y, por eso, de entrada, ligeros de equipaje (nunca
gobernaron antes) los nuevos partidos en ascenso, tanto Podemos como
Ciudadanos, andan confusos a la hora de establecer pactos con cualquiera de los
anteriores no vaya a ser que los ciudadanos lo perciban como una contaminación
prematura. Así las cosas, mientras Díaz espera que todos menos el PP le
permitan ser presidenta, presentando el duro programa anticorrupción citado,
Iglesias teme que apoyarla acabe de romper a Podemos, reavivando su prematura
crisis interna entre los partidarios de Teresa Rodríguez y los de Errejón, en
Ciudadanos se perciben amagos de rebelión, pues los críticos con Rivera por el
pacto andaluz, exigen... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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